Qué lejos se sienten esas épocas donde los juegos narrativos episódicos fueron tendencia y Telltale era el referente. Dispatch se siente como un juego de aquellas épocas. Una aventura narrativa, con actores de conocidos y no tan cerca de lo que dice su nombre.
Nota: Estas impresiones corresponden a los episodios 1-2 del juego.
Haciendo lo que saben
Veteranos de Telltale decidieron crear Adhoc Studio, una compañía cuyo primer juego lleva por nombre Dispatch y que tiene muchos de los elementos de la ya extinta empresa, que luego resucitó y de la que poco se sabe actualmente.
Su título debut está ambientado en un universo de superhéroes donde uno de ellos pierde su herramienta principal que ha pasado de generación en generación. Es reclutado por un grupo de héroes donde su tarea será asignar misiones a otros miembros del equipo.
Es así como entre conversaciones y respuestas conocemos los diferentes personajes y situaciones, que según las decisiones tomadas, pueden ser positivas o problemáticas. Todo muy parecido a las ya mencionadas aventuras narrativas.
Terreno explotado
Me sorprende que Dispatch sea un juego sobre superhéroes, un género sumamente explotado, con algo de fatiga y que en el caso de este título recuerda por momentos a Invincible. No es sangriento, ni habla de aliens super poderosos, pero el líder tiene cosas de Omni-man y el mundo donde suceden los hechos es similar en estilo.
Los primeros minutos de ambos episodios buscan poner el contexto, pero se siente como algo que ya se ha visto, a pesar de que el apartado visual está muy bien logrado. Los detalles y el estilo se mantienen a lo largo de las mecanicas narrativas y de despacho. Al terminar cada capitulo se resume como nuestras acciones se alinean con las de los demás jugadore. Es decir, nada nuevo por ese lado.
En esto deberían enfocarse
Donde Dispatch se siente diferente es cuando asumimos la tarea de coordinador. Allí el juego se transforma en un gestor de recursos, donde la misión consiste en asignar a los héroes indicados según la misión y las estadísticas de los mismos.
Tenemos de todos los tipos. Donde solo se puede enviar uno, donde se pueden tener varios, donde solo uno en específico puede ir. Cuando una misión termina se debe revisar el resultado y el héroe descansa antes de poder ir a otra misión. Durante el mismo encargo las cosas se pueden complicar y es necesario tomar decisiones en caliente.
El protagonista ha sido encargado de un equipo de ex-villanos que buscan redención y a medida que completan misiones se pueden mejorar sus estadísticas o incluso la relación que tienen con nuestro personaje, lo que genera conflictos entre los mismos personajes, al punto que algunos simplemente no nos hacen caso.
Lo que menos hay
El problema es que durante los dos episodios solo dos veces se realizan tareas de despachador, la primera a modo de tutorial y la segunda a cargo del nuevo equipo. No es algo que se realice a demanda, sino cuando la historia lo permita.
A mi eso es lo que menos me ha gustado de Dispatch. El nombre indica que de eso se trata el juego y es lo que menos se hace, lo que es una lastima. El minijuego es tan bueno, que me recordó a los de Yakuza, que te pueden tener enganchado por horas.
Pero siento que aquí, por lo menos en los dos primeros episodios, no se pone como el eje de la jugabilidad y es necesario avanzar en la historia para poder disfrutar de lo que a mi parecer debe ser verdaderamente el juego.
Conclusiones
Espero que con el pasar de los capítulos Dispatch se centre más en las mecánicas de asignar misiones o incluso que permita realizar dicha función a demanda, porque es sumamente entretenida.
No voy a negar que a nivel visual es interesante. Tener a Aaron Paul es llamativo, pero la temática ya es conocida y siento que no aporta nada que no se haya visto en los juegos de aventura narrativa. Donde puede aportar, que son las mecánicas de coordinación de misiones, es lo que menos ofrece y donde más brilla.