Caí por el adorable amiibo de Yoshi y el juego me ha fascinado. Yoshi’s Woolly World me está pareciendo, de largo, el mejor plataformas que he jugado en Wii U y, quizás, su mejor juego.
Y aunque tengo que reconocer que el resto de juegos de saltos de la sobremesa de Nintendo no me han enamorado hasta la fecha – aunque reconozco sus virtudes -, este Yoshi tiene una pasta especial. Yoshi’s Woolly World no para de guiñarle los dos ojos a Super Mario World y eso nunca puede ser malo.
Eso, maquillado con la estética de lana, material en el que parece estar hecho todo lo que aparece en pantalla, constituye un espectáculo mágico que debería hacer recapacitar a los que siguen pensando que a la Gran N le iría mejor con una consola mucho más potente técnicamente.