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Análisis BoxBoy! Porque HAL Laboratory siguen siendo unos genios

Estamos en una época de cambios para Nintendo, donde las tornas van a cambiar radicalmente durante los próximos meses y que posiblemente comencemos a ver cómo se materializa antes de cambiar de calendario. Hoy pasamos el bisturí sobre lo nuevo de HAL Laboratory para 3DS, porque no todo podía ser Kirby, y no te lo puedes perder.

Puede que la idea de sacar franquicias de la Gran N en dispositivos móviles siga siendo algo incmpatible para muchos, pero a decir verdad solamente hace falta entrar en la eShop de Wii U y especialmente la portátil estereoscópica para darse cuenta de que las ropas que visten estos títulos lucirían igual de bien en las pantallas de nuestros smartphones y tablets. La obra que hoy nos concierne es una de ellas, y viendo las mentes pensantes tras su desarrollo podemos utilizarla a la perfección para ejemplificar por dónde pueden ir los tiros cuandoquiera que Satoru Iwata decida dar una fecha concreta para este esperado momento.

BoxBoy! es, desde estos momentos, un auténtico imprescindible de 3DS, pero como no quiero terminar ya de hablar de este juego tan chulo, vamos a desengranar qué es lo que nos ofrece y por qué está gustando tanto a la comunidad de usuarios que hemos tenido la oportunidad de catarlo.

Tal y como hemos comentado al principio, BoxBoy! ha sido desarrollado por HAL LAboratory casi en secreto, pues no supimos de su existencia hasta comienzos de este mes cuando tuvo lugar el Nintendo Direct con motivos primaverales. Podría pasar por juego independiente sin muchas complicaciones, ya que su apariencia y presupuesto apuntan a ello, pero sin embargo estamos hablando de una de las second party más importantes de Nintendo, que lleva en esta industria desde 1980, comenzando su andadura en las oficinas de Kyoto allá por 1987 en NES. 35 años de ilusiones y proyectos que pocas veces han estado alejados de la excelencia.

Se trata de los padres de uno de los juegos que marcaron mi vida como jugador por motivos que debería preguntar a mi yo del pasado como son Pokémon Snap, Pokémon Stadium o Super Smash Bros. 64, casi nada. Sin embargo, sería más justo reconocerlos y recordarlos por Kirby y el mundo que rodea a la bola rosa. Aquí no hay nada de eso, en BoxBoy! nos encontramos solos frente a una caja; tú y un simpático monigote que perfectamente podría haber sido dibujado en el típico cuaderno de hojas blancas pero que, por algún motivo, transmite mucho más.
El género de los puzles no vive su mejor época, pero durante los últimos años estamos viendo resquicios que dejan entrever muchas reminiscencias del pasado y la viva intención de rescatar un tipo de juegos que hacen falta, porque no todo puede basarse en una explosión técnica y alardes visuales.

La propuesta conceptual de BoxBoy! es muy sencilla, tendremos que superar niveles perfectamente pensados y calculados al milímetro donde se premiará nuestra agilidad visual; su complección no es difícil durante los primeros mundos, pero lo realmente valorable es hacerlo en el menor tiempo posible, algo que el juego tomará en consideración y nos recompensará. Los niveles serán muy, muy cortos; en menos de quince minutos te verás inmiscuido en el siguiente mundo.

Solamente hay dos colores, el blanco y el negro, además de ser únicamente concebible en un dispositivo portátil por sus mecánicas y forma de desarrollarse. Esta simpática caja tiene una habilidad especial basada en la generación de un número limitado de cuadrados de su mismo tamaño para superar plataformas. Esta limitación vendrá marcada por el propio título, siendo por ejemplo tres de estos. Así pues, en las primeras fases tendremos únicamente que llegar al final del recorrido llegando a zonas altas, inalcanzables por nuestro compañero, Qbby, cuyas piernas no dan para esos saltos. De este modo, elegiremos uno de los tres catetos que no tocan con la superficie y crearemos un cuadrado gris. ¡Ahí va! ¡Tenemos una caja en la cabeza! ¿Ahora qué hago? Pues pongamos otra. Y otra más. Bueno, ¿qué hago con todo esto encima?

Podrás caminar con ello y soltarlo cuando más te convenga, pero por desgracia poco podremos hacer con esta figura geométrica que acabamos de engendrar, así que nos tocará hacer una que no sea únicamente vertical y nos permita simular una especie de escalera para subir a ese peldaño dichoso.

La curva de aprendizaje es magnífica; me encanta cuando los juego este obligan a experimentar. No estamos en Mega Man X, aquí hay pistas y consejos, además de que suele vislumbrarse fácilmente cómo continuar, pero seremos nosotros los que tendremos que darle vueltas a la cabeza para comprobar cómo llegar al lugar deseado. A su vez, es memorable que haya múltiples modos de avanzar y no solamente uno; no tendrás que hacer uso de ,la nueva habilidad aprendida hasta la saciedad, sino que en la mayor parte de las veces podrás rescatar movimientos adquiridos con anterioridad y avanzar de formas con mucho estilo y otras más bien rudimentarias. La cuestión es no caerse sobre los pinchos.

La cantidad de técnicas es bastante elevada, y aunque hayamos mencionado una totalmente básica, es clave para entender las demás. Al igual que no tiene mucho sentido tratar de aprender a multiplicar sin haber sumado anteriormente, aquí HAL Laboratory propone un sistema de progresión lógico, que termina siendo complejo pero que está bien ordenado y da por supuesta nuestra actitud receptiva. Nada de interrupciones, todo va rodado; ni escenas secuenciadas o prácticas, es mejor el ensayo-error. Llegará entonces el momento en que te veas sumergido en un verdadero rompecabezas donde se desafían las leyes de la gravedad y prácticamente la racionalidad; es muy extraño, pero termina gustándote.

Si a todo esto añadimos una tienda donde podemos disfrazarnos de raperos o ponernos un vestido de mujer, el enfoque desenfadado se da por sentado. Durante los niveles hará una corona a la que podremos acceder durante un tiempo determinado, algo que sirve de ejemplo para demostrar que se premia nuestra velocidad, que volvamos a intentar hacerlo pero más rápido, sin cometer errores.

Por desgracia, esta aventura se termina relativamente pronto; en algo menos de cuatro horas ya habremos visto el final de una historia que, por cierto, tiene su aquel. Solamente nos quedarán los desafíos y conseguir todos los ítems de los niveles, algo que personalmente todavía no he conseguido completar no por falta de horas de juego sino por motivos de habilidad. Hay algunos bastante difíciles. Por último, decir que en la pantalla táctil podremos acceder siempre a Miiverse y compartir nuestras experiencias o, lo que es mejor, mandar una versión de prueba del juego.

Conclusión
BoxBoy! es una verdadera sorpresa, una de esas obras para nada mainstream que pasarán desapercibidas y solamente serán recordadas cuando dentro de 5 años hablemos de los juegos ocultos de 3DS. Por desgracia, este simpático personaje no contará con el éxito que merece, pero desde aquí os invitamos a invertir los 5 euros que cuesta para experimentar su apuesta jugable por vosotros mismos.

La esencia de la Gran N en estado puro, porque hay detalles del juego que solamente concibo procedentes de esta casa. Minimalismo, sencillez y complejidad a partes iguales, gran jugabilidad y adicción… Solamente reprocharle su falta de ambición, el miedo de HAL Laboratory por haber realizado un proyecto más valiente y con todavía más vueltas de tuerca. Por lo demás, es imprescindible en tu 3DS. BoxBoy! [80]

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