Análisis de Dragon Quest XI S, el viaje continúa en Nintendo Switch

Hemos tenido que esperar un año, pero por fin ha llegado el momento de disfrutar de Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido en Nintendo Switch. Un JRPG que nos conquistó a todos y que ahora regresa en una jugosa edición definitiva. Es hora de volver a explorar Erdrea, un lugar más vivo que nunca.

El regreso del Luminario

Podríamos pasar mucho tiempo abordando todos y cada uno de los elementos que en septiembre de 2018 —en España— dieron lugar a uno de los JRPG más aclamados de todos los tiempos. Sin embargo, la gracia de esta nueva versión está en los cambios y mejoras que trae consigo, así que siempre podéis descubrir el título al completo en el extenso análisis que le dedicamos en su momento. Eso sí, a pesar de la decisión de centrarnos en la adaptación a Nintendo Switch, vamos a detenernos un momento para explicaros qué es Dragon Quest XI S.

En una época en la que muchos —entre los que me incluyo— recuerdan con nostalgia esos tiempos en los que el género nos brindaba aventuras con mayúsculas, de esas que nos proponían explorar enormes reinos, librar mil y una batallas y buscar un sinfín de secretos, recibir un título cargado de contenido y que presume de mecánicas clásicas se ha convertido en algo que roza lo inusual. Es por eso que la undécima entrega de una de las franquicias por excelencia del JRPG logró conquistarnos a todos en un abrir y cerrar de ojos hace poco más de un año.

Un héroe anónimo incapaz de vislumbrar lo que el destino tiene preparado para él y los suyos, un reino rebosante de vida cuya tranquilidad se ve amenazada y la eterna guerra entre la luz y la oscuridad. No es una premisa demasiado original, pero Dragon Quest XI S hizo es capaz de partir de algo tan recurrente como eso y sumergirnos en una aventura que difícilmente podremos olvidar. Una aventura en la que los grandes acontecimientos comienzan a formarse gracias a las pequeñas historias de cada uno de sus habitantes.

Con sabor añejo y un centenar de horas por delante, Erdrea es un lugar de ensueño para cualquier amante del género: inmenso, bello y repleto de secretos. A los mandos, clásico como él solo, pero con ciertas decisiones de diseño que lo hacen más accesible de lo que habitualmente —y desde hace más de treinta años— acostumbramos a ver en la franquicia. Elementos como la escasa penalización por morir o la inclusión de puntos de guardado automáticos en cada transición entre zonas y otras concesiones que dan lugar a una experiencia relativamente ligera, a pesar de ser un título muy generoso en contenido.

Edición definitiva: novedades de peso

Sí, como ya sabéis, podemos jugar en 2D con un aspecto visual que nos hace viajar a la época de los 16 bits. Aunque es probable que para muchos sea la principal novedad, hay muchas sorpresas más: banda sonora orquestada, nuevas historias personales de cada compañero, viajes en el tiempo gracias a los Cronolinos… Nintendo Switch no solo acaba de recibir un fantástico JRPG; también cuenta con la versión más extensa y completa del mismo.

Hay que decir que el paso del motor 2D al 3D —y viceversa— resulta un tanto confuso, ya que para cambiar un aspecto por otro debemos ir a una iglesia y guardar partida y nos tocará repetir una sección ya completada previamente. Un sistema peculiar en el que no es posible continuar la historia tras realizar el cambio y que, si no os informáis de antemano, puede dar lugar a la confusión, e incluso a la sensación de que el progreso no quedó guardado correctamente.

Jugar en 2D no solo es una opción para aquellos que quieran disfrutar de una experiencia clásica; también es un añadido de peso que descubrimos en el preciso instante en el que aparecen los Cronolinos, unos simpáticos y diminutos personajes que nos proponen viajar a otros reinos —reconoceréis alguno a la perfección— con la intención de ayudar a sus habitantes. La gracia está en que estas misiones siempre se suceden con el motor de 16 bits, ya que estamos hablando de contenidos que hasta ahora eran exclusivos de la versión de Nintendo 3DS en Japón.

Por si fuera poco, la historia principal de Dragon Quest XI S también se ve ampliada gracias a las misiones personales de cada personaje. Sin entrar en demasiados spoilers, digamos que llegado cierto punto, la trama da uno de esos giros capaces de dejar con la boca abierta al más pintado. Momentos de incertidumbre en los que, hasta ahora, no sabíamos qué había pasado a ciertos habitantes de Erdrea… Pues ahora sí podemos conocer su situación, porque tenemos la oportunidad de ponernos en su piel durante un buen rato. Un añadido interesante, que no tiene demasiada incidencia en el devenir de la historia pero que, sin duda, aporta más riqueza a un guion capaz de aguantar el ritmo durante más de 60 horas.

Consideraciones técnicas

Por último, hay dos elementos que no podemos pasar por alto en esta versión: el visual y el sonoro.

En primer lugar, tenemos un apartado técnico que se sitúa por debajo de las versiones mayores. Sin embargo, la adaptación es genial y el juego rinde con soltura sin renunciar a un aspecto visual sorprendente, más allá de mostrar texturas menos detalladas y sufrir algo de popping en entornos extensos. Por su parte, al escuchar la banda sonora no podemos hacer otra cosa sino ponernos en pie y aplaudir. Al ya de por sí excelso trabajo de Koichi Sugiyama hay que sumar la principal novedad de esta versión: la apuesta por la música orquestada. Un auténtico regalo para los oídos, desde la pieza que suena durante la introducción hasta la que comienza en los créditos.

Siempre es buen momento para volver

Esperar un año para disfrutarlo —o volver a Erdrea una vez más— en Nintendo Switch es una decisión que implica aceptar ventajas e inconvenientes. En un lado de la balanza tenemos novedades de peso como la inclusión de los Cronolinos, las historias paralelas de cada personaje o la banda sonora orquestada, entre otros elementos inéditos. En el otro, la evidente diferencia técnica con respecto a las versiones de PC y PlayStation 4, a pesar de que se ha llevado a cabo un fantástico trabajo en la adaptación a la consola de Nintendo. Cada uno es libre de dar a cada uno de estos aspectos la importancia que considere oportuna, pero, en cualquier caso, lo que no admite debate alguno es que Dragon Quest XI S continúa siendo uno de los mejores JRPG que hemos visto en mucho tiempo. [96]

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