Me encanta como los juegos independientes han encontrado su camino e incluso un estilo. En el caso de Dredge, lo que parece un simple juego de pesca se convierte en una aventura sombría, que esconde secretos en cada una de las islas que visitamos.
El voz a voz
No sabía nada, no conocía nada acerca de Dredge y comencé a leer comentarios y publicaciones en redes sociales mencionandolo bastante. Después llegó el anuncio del crossover con Dave the Diver, lo que generó más curiosidad en mi.
El estudio encargado del desarrollo, Black Salt Games, hasta ese momento totalmente desconocido para mi, pero con Team17 como publisher me generó confianza, ya que se han encargado de títulos tan importantes como Blasphemous.
Así las cosas, decidí darle la oportunidad y me pescó de inmediato. Mecánicas simples, un estilo visual interesante y una historia sumamente intrigante me fueron sumergiendo más y más, hasta confirmar que todos los comentarios que había escuchado eran muy merecidos.
Lo bello de lo simple
Ya lo he dicho varias veces, existen títulos que se complican mucho a nivel de mecánicas o que simplemente son un espectáculo visual sin alma. En el caso de Dredge tenemos un concepto simple, un pescador que llega una noche a una isla, recibe un encargo del alcalde y comienza a pescar.
Tenemos ciclos de día y noche, donde el tiempo sólo transcurre cuando estamos en movimiento o pescando. El mar nos da pistas de donde encontrar peces y dependiendo del tipo tenemos un minijuego para sacarlos del agua y almacenarlos en el bote, que tiene un espacio finito. Al final terminamos jugando tetris con los peces para acomodarlos.
Una vez conseguido el botín, solo es regresar a la isla, venderlos y hablar con otros lugareños, que nos pueden dar más misiones o pistas de que lo está sucediendo en el lugar.
La herramienta de trabajo
Nuestro bote lo es todo. Un golpe lo puede dañar y hacer perder la pesca del día. Algunas acciones lo pueden recalentar y dañar el motor. El uso excesivo de la luz hace que se apague por un periodo de tiempo, así que se vuelve necesario reparar y mejorar el vehículo para recorrer los mares y conseguir mejores peces.
Recorriendo las islas podemos encontrar materiales, que sumados al dinero de la pesca nos permiten mejorar el bote. Algunos engranajes nos permiten investigar mejoras para las cañas, redes, trampas, luces y motores. Además podemos obtener bonificaciones leyendo algunos manuales.
Cada que pescamos algo en Dredge se anota en una bitácora el tipo de animal, tamaño y si es una mutación o no, porque resulta que existen variedades exóticas de peces, por los cuales se paga mucho más.
No te confíes de la noche
No todo es pesca y tranquilidad. Cuando cae la noche muchos seres extraños merodean por el océano. Algunos se hacen pasar por barcos, otros atacan de las profundidades y si a eso le sumamos la paranoia generada en el capitán por la falta de sueño, la navegación constante en horas de la noche se convierte en una pesadilla.
En Dredge la oscuridad es total. Con la luz del barco se puede ver un poco al frente, pero las rocas se ven cuando las tenemos muy cerca y cuando la paranoia está al máximo unos cuervos comienzan a robar la mercancía y dañar el bote.
Un mar de historias
En una de sus travesías nuestro protagonista conoce a un solitario hombre que le pide encontrar algunos elementos perdidos en un naufragio. Cada que le devolvemos uno de los objetos el nos otorga habilidades, como propulsión para el barco, teletransportación y la posibilidad de repeler los efectos de la paranoia.
Los objetos se encuentran en diferentes islas y allí vamos a encontrar cualquier variedad de personajes, con más historias, misiones y artículos que nos pueden hacer la vida mucho más fácil.
Mientras llegamos a las islas podemos ir pescando, encontrando materiales, tesoros o incluso explorando. De esa manera es que se pueden encontrar otras misiones, con personajes mucho más extraños o incluso más de tesoros escondidos.
Te lleva la corriente
Dredge me supo enganchar tanto que los días, en el juego, se pasaban muy rápido. Por momentos ignoraba la historia principal para enfocarme en las mejoras del bote, completar la bitácora de especies, recoger coleccionables o completar las misiones secundarias.
Las mecánicas son tan atrapantes que simplemente te dejas llevar. Explorar una isla nueva, entender alguno de los acertijos, llevar mercancía o hablar con los lugareños. El juego siempre nos da algo que hacer.
Además, la historia principal, que al principio parece la de un pescador que busca sobrevivir, se torna tan sombría y macabra, que engancha aún más. Pero eso no es todo, como lo decía al inicio, muy al estilo de los indies actuales, cuenta con múltiples finales, lo que poco a poco se ha convertido en costumbre para los juegos independientes.
Conclusión
Creo que tardé mucho en jugar Dredge, pero me alegro de haberlo hecho. Es un juego en esencia simple, con una historia osctura, con unas mecánicas entretenidas, lleno de misterios, personajes interesantes, secretos y múltiples finales.
Todo el tiempo te tiene haciendo algo. Descubrir las variedades de especies, mejorar el bote, realizar recados, hablar con los lugareños, encontrar tesoros, incluso tomar fotos de ballenas y delfines mientras los días pasan volando. Los elogios no eran exagerados y puede decir, a ojo cerrado, que Dredge es un titulo que si o si debes jugar.[90]