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Análisis de Need For Speed Rivals para Xbox One

NFS Rivals

Yo, fan acérrimo de Most Wanted, me he encontrado como EA, Ghost y Criterion se han confabulado para proveer a las parrillas de lanzamiento de Xbox One y PS4 de un Need For Speed con un regusto muy familiar.

Y es que Need For Speed Rivals sabe a Most Wanted Next Gen, convenientemente potenciado con una mecánica de los Polis vs Cacos que acaba convirtiéndose en el epicentro de la jugabilidad.

El concepto de ciudad abierta sigue ahí, aunque al contrario que en Paradise City o en la de Most Wanted, en NFS Rivals el diseño no tiene ese regusto de variedad, genialidad, de mundo vivo. Las carreteras están repletas de eventos, pero la mecánica de Policías persiguiendo a Corredores Ilegales ha monopolizado el imaginario de los diseñadores y lo que debería acabar dando diversidad a las partidas, las pruebas, acaba por reafirmar un mensaje: aquí se viene a luchar.

El juego está desarrollado por Ghost con la colaboración de Criterion. Por ello este NFS Rivals tiene bastante menos de la franquicia Burnout que el propio Most Wanted. Sobre todo se aprecia en los Takedowns, que no cuentan con cámara de replay y, sobre todo, son más complicados porque ahora los vehículos cuentan con una barra de energía. Para compensar, los coches pueden equiparse tanto con armamento de ataque como medidas de defensa. Una vuelta de tuerca a lo Twisted Metal que le pega bastante por el concepto de Policía vs Maleantes, pero que le chirriará a los incondicionales de la mítica saga de Criterion.

El multijugador se divide en dos vertientes: el offline y el online. El primero consiste en competir contra los récords conseguidos por nuestros amigos de Xbox Live, una fórmula muy adictiva que juegos como Trials HD, Geometry Wars Retro Evolved o el propio Most Wanted han demostrado como muy adictiva. Lo segundo es sustituir la IA que controla a los coches de policía y a los corredores ilegales por jugadores reales. Y ahí, si hay colegas de por medio, la diversión alcanza cotas de Festival de Woodstock.

Visualmente NFS Rivals es un juego espectacular en sus 1080p. Los coches, modelos reales, tienen un aspecto brutal, hiper detallado, los efectos de partículas inundan los escenarios y en el mundo abierto no hay más pantallas de carga que las provocadas por entrar al menú de control. Lástima de la poca sensación de fluidez del motor gráfico, que provoca que, al menos en la versión de Xbox One, la sensación sea de 30fps máximos y no constantes. Es como si el motor gráfico fuera a tope y estuviera a punto de no dar abasto con los gráficos. Las ralentizaciones, no obstante, son muy puntuales, pero le falta fluidez al conjunto.

Es extraño decirlo de un juego Next-Gen, pero la escasa soltura del motor gráfico de NFS Rivals acaba pasándole factura. Si a eso le juntamos lo encasillado que está en su concepción de Polis vs Cacos, se podría decir que este título, en una valoración global, está un par de peldaños por debajo de Most Wanted, aunque es un juego potente y que no puede esconder que Criterion ha metido mano – la que le han dejado. Eso sí, si tenías pensado comprártelo para ver hasta dónde llega la potencia gráfica de tu nueva consola, quizá deberías replanteártelo en favor de NBA 2K14 o Battlefield 4. De coches la alternativa es Forza 5, y visualmente está más cuidado, pero este Rivals, al menos a nivel jugable, está, a mi entender, por encima. [77]

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