Bethesda sigue resucitando los juegos de ID Software y en esta ocasión el turno fue para RAGE 2, un título que destaca por su personalidad, armamento y acción, pero que se queda corto en su intento de ser un mundo abierto variado y entretenido. Bienvenidos a la tierra de los locos.
Desafiando a la autoridad
Como lo comentaba en las primeras impresiones de RAGE 2, la premisa es muy sencilla. La autoridad, a cargo del General Cross, quiere controlar de nuevo el planeta y Walker, el último de los Rangers, es el encargado de detenerlo, con la ayuda de los encargados del proyecto Daga. La historia en sí es plana, pero se sabe respaldar muy bien es sus personajes.
Tenemos de todos los tipos, unos graciosos, otros más serios, pero cada uno representa muy bien su papel dentro de este mundo repleto de peligros. Ya que no solo tenemos humanos y sus diferentes facciones, sino también la gran variedad de mutantes que se han tomado el lugar.
Allí se lleva las palmas un motor gráfico que dota de detalles a todos los elementos que rodean el juego. Personajes, armas, vehículos, enemigos y escenarios lucen bellísimos y con una calidad impresionante. En varias ocasiones me dediqué a contemplar esos maravillosos atardeceres color rosa.
La acción, su fortaleza más grande
Me queda más que claro que lo más importante dentro de RAGE 2 es la acción. Armas y habilidades se mezclan para tener enfrentamientos frenéticos y muy divertidos, lo que me llevó a ignorar cualquier tipo de misión principal con el fin enfrentarme a cuanto enemigo se me pusiera enfrente. Por momentos me recordó a Bulletstorm mientras acababa con los enemigos de las maneras más ridículas.
Tenemos armas muy básicas, como fusiles de asalto y escopetas, pero todo va cambiando cuando llega el lanzacohetes inteligente, la pistola incendiaria (con un gatillo disparamos y con el otro chasqueamos lo dedos para que exploten las balas), lanza dardos gravitatorios o incluso la BFG. Cada arma se comparta de manera diferente cuando disparamos apuntando y cuando dejamos de apuntar.
Estas se combinan de maravilla con habilidades como: Vórtice, que envía a los enemigos por los aires; Vapuleo, un puñetazo al suelo que daña a varios enemigos al tiempo; Despedazar, una onda que envía a los enemigos por el aire. Mi favorita, la sobrecarga, donde el personaje entra en un estado superpoderoso, donde las armas y habilidades hacen mucho más daño de lo normal, el estado de locura total.
Al ataque mis valientes
En RAGE 2 el ataque es la mejor defensa y el juego está pensado para eso. Cuando los enemigos son derrotados dejan feltrita, un mineral que es la moneda de cambio del juego y a su vez, durante el combate, nos permite recuperar salud. El problema es que esta se destruye si no la recuperamos pronto, lo que nos obliga a ir al frente en todo momento
Los diferentes tipos de enemigos hacen los enfrentamientos mucho más interesantes. Los mutantes casi siempre enfrentan cuerpo a cuerpo, lo oscuros son más equilibrados, tiene armadura, armas poderosas y mucha agilidad, mientras que los pendencieros y los cerdos son máquinas de disparar, tanto balas como granadas.
También tenemos enfrentamientos contra enemigos de gran tamaño, principalmente mecas y mutantes, donde es necesario combinar muy bien nuestras habilidades si queremos superarlos. Esto también me pareció muy divertido, porque no es simplemente disparar, sino también tener una estrategia de cara al enfrentamiento.
Conociendo el mundo
Bueno, habiendo dejando claro ese core de RAGE 2, es hora de hablar de cómo explotar esa jugabilidad. Esta secuela nos ofrece un mundo abierto con gran cantidad de actividades por realizar. Para llegar a los diferentes territorios vamos a utilizar vehículos y allí es donde está una de las grandes fallas del título. La conducción, especialmente de las motocicletas, es terrible, más aún en las misiones de competencia.
Las colisiones son totalmente incoherentes, te puedes chocar con el mismo obstáculo tres veces y las tres ocasiones el resultado es muy diferente. Si a eso sumamos la cámara, hablamos de una experiencia muy poco interesante. No todo es malo, los convoyes son entretenidos, en especial por la manera que se deben enfrentar, buscando el punto débil del líder y aprovechando las habilidades con las que cuenta el vehículo.
Eso si, hablo de entretenido al inicio, porque después de un puñado de misiones de convoy, se comienza a notar algo que afecta muchísimo el juego y que le comienza a restar bastantes puntos, la falta de variedad. Cada sector tiene un tipo de convoy diferente y siempre nos vamos a encontrar con el mismo líder, su mismo séquito y la manera de derrotarlo es exactamente la misma.
Otra vez sopa
Como lo venía diciendo, RAGE 2 es un juego de mundo abierto con mucho que hacer, pero muchas de las misiones son exactamente iguales, incluso los escenarios son los mismos, solo que ubicados en puntos diferentes del mapa. Levantar bloqueos, acabar con bandas enemigas, abrir arcas o rescatar rangers desaparecidos son las menos repetitivas de todas.
Nidos de mutis, acabar con mutantes gigantes, recuperar feltrita de meteoritos o los ya mencionados convoyes, son las más repetitivas de todas. El mismo patrón, la misma estructura y los mismos enemigos, situaciones que comienzan a aburrir, más aún cuando ya no existen motivos de peso para realizar dichas misiones.
Al principio, mientras requerimos grandes cantidades de feltrita o puntos de experiencia, estas misiones se hacen con gusto, pero más adelante son prácticamente innecesarias, más aún cuando con dos o tres habilidades y armas es suficiente para afrontar los retos que el juego presenta de allí en adelante.
Es aquí cuando me la impresión que el equipo de desarrollo quiso abarcar muchas opciones de jugabilidad y al final, por cuestiones de tiempo supongo, terminaron completándolas como pudieron, dando como resultado ese alejamiento de la esencia del titulo y una cantidad de misiones repetidas.
Un mal balance
Todo lo bueno que el juego hace al centrarse en la acción, va perdiendo sentido con árboles de habilidades y misiones que buscan exprimir más horas de juego, pero que logran todo lo contrario. A disposición tenemos mejoras para vehículos, armas, habilidades e incluso opciones personalización cosmética, donde, siendo honestos, no utilicé ni la mitad de ellos y se comienza a notar que parte de esos elementos fueron adicionados porque si.
Las elementos cosméticos se consiguen participando en un concurso llamado Monster Bash, que sí, es entretenido, pero es necesario jugarlo muchas veces para conseguir un par skins interesantes. Lo mismo sucede con los vehículos, llevarlos al taller nos da dinero y la opción de utilizarlos, pero ninguno es tan equilibrado como el Fénix, nuestro auto inicial. Al final, conseguir todos estos elementos es más un tema de querer completar el juego al 100%, más de lo que pueden aportar a la jugabilidad de allí en adelante.
Un mundo loco, loco de verdad
Desde el inicio nos dejaron claro que RAGE 2 nos iba a presentar un mundo donde reina la locura y es cierto. Muchas de sus habilidades y armas son de locos, pero también los bugs que tiene el juego, comenzando por la inteligencia artifical, la cual funciona muy bien en combate, pero fuera de este, deja mucho que desear. Podemos ir por el mundo viendo como facciones enemigas simplemente se quedan mirándose y solo se atacan cuando ven a nuestro personaje.
Adicional a esto tenemos elementos que aparecen flotando en el aire sin ninguna razón aparente, un vendedor al cual nos debemos presentar cada vez que le vamos a comprar algo, enemigos atascados en lugares a los cuales es imposible llegar y misiones rotas, que en una ocasión me obligaron a iniciar el juego desde cero.
Caso aparte el de los menús. Lentos y complicados, por momentos era mejor acumular feltrita y puntos de habilidades, para evitar cualquier tipo de interacción con estos. La situación llega a tal punto que el juego se bloqueó y cerró en cuatro ocasiones, simplemente por haber ingresado allí.
Conclusión
A pesar de lo mucho que lo disfruté, pienso que RAGE 2 es un juego que no estaba listo, probablemente era mejor aguantarlo un poco más. Su elemento base, la acción, es el motor principal para seguir avanzando, pero otros elementos, como los vehículos, misiones repetitivas y árboles de habilidades, se sienten como puestos ahí, para dar más vida al juego a como dé lugar.
El título no es un desastre, porque siento que esos elementos positivos son suficientes para entregar horas y horas de diversión, solo que las funcionalidades adicionales no supieron complementar esa base. Para mi esta es la primera piedra para dar una nueva personalidad a la franquicia y de allí abrir la posibilidad a una nueva entrega, más pulida y que sepa aprovechar todas las bondades que un mundo abierto ofrece. Eso si, que se tomen su tiempo.[70]