Con este análisis podría iniciar una sección que se llamase «Análisis sin hype» o «Análisis 100% completado» y pintarle la cara a más de un analista que le planta un 90 a un RPG de más de 100 horas tras apenas un par de partidas de media mañana. Mi caso con The Witcher 3 ha sido especial, pero es que un juego así se merecía todo el tiempo del mundo.
Vamos a hablar en este análisis de un camino, la «senda» del brujo como lo llaman en la saga de Andrzej Sapkowski, que me ha llevado a descubrir lo mejor y lo peor de esté videojuego de los polacos CD PROJECKT RED. Desde lo primero que vimos in game, en los que uno de los diseñadores nos enseñaba un contrato de brujo en directo en aquella maravillosa Gamescom 2013, hasta los títulos finales del juego, con el último parche 1.11 para Xbox One. Como veis, mi senda junto a The Witcher 3 ha sido larga, completada con la lectura de varios de los libros y que creo que son necesarios para descubrir completamente la grandiosidad de lo que ha plasmado la compañía polaca en este videojuego.
Gamescom 2013 y el comienzo del hype
Es imposible ponerle un mejor título a mi primera toma de contacto con The Witcher 3. Aun recuerdo cuando entramos en aquella sala, nos apagaron las luces y uno de los diseñadores empezó a jugar en directo al juego. En la sala había aproximadamente cincuenta personas y todos estábamos con la boca abierta. Todo en aquel mundo parecía que estaba vivo: la gente de los pueblos, los caminos, los bosques, los cambios atmosféricos, el mar, los animales, etcétera. Con tan solo 45 minutos, todos los que estábamos viendo el juego en directo estábamos haciendo nuestra reserva en nuestra tienda de confianza. Nos habían vendido un videojuego abierto, vivo, con un Geralt de Rivia más humano que en las anteriores entregas, capaz de destruir a los enemigos más complicados utilizando todas y cada una de sus habilidades. Y todo este alarde se magnificaba con la entrega de un dossier informativo del juego. ¿Recordáis la escena famosa del incendio en el pueblo realizado por la Cacería Salvaje? Esa toma de pantalla era una de las imágenes más detalladas de aquel panfleto, junto con las descripciones de todo lo que íbamos a vivir en el mundo de The Witcher 3. Los polacos lo habían conseguido, si habían conseguido que el juego se viese y se moviese de esa manera, el hype había comenzado.
El tiempo pasa factura a The Witcher 3
Y nunca mejor dicho, ya que The Witcher 3 empezó siendo un globo atmosférico de 500 metros de diámetro que se iba adelgazando cada pocos meses con las pésimas noticias que nos llegaban desde la compañía. «El juego es más grande de lo que pensábamos, hemos tenido que recortar gráficos para ganar fluidez, necesitamos más tiempo para terminar The Witcher 3, no habrá DLC de pago en nuestro juego». Esas fueron algunas de las noticias que en ese año hicieron que la gente empezase a desconfiar de un juego que estaba llamado a convertirse en GOTY del lustro. The Witcher 3 estaba herido y mucha gente iba a sacar provecho de esto para destrozar e intentar devaluar el gran trabajo que habían realizado desde CD PROJEKT RED. Y decimos gran trabajo porque lo que nos enseñaron en Colonia no era The Witcher 3, era una demostración instanciada del juego en el que, en ningún caso, se estaba cargando un mundo abierto y, por eso, todo ese alarde de recursos gráficos que nos dejó a todos impresionados. Sabíamos que The Witcher 3 se tenía que recortar por algun sitio y la compañía lo ha hecho donde debía: en el aspecto técnico y las florituras gráficas.
¿Puede un videojuego morir de hype?
Esa es una pregunta que muchos nos deberíamos hacer en algún momento, ¿es posible que las expectativas infladas artificialmente hagan que, un juego excelente de por sí, muera cuando sale al mercado? The Witcher 3 ha estado a punto de eso y mucho más. The Witcher 3 ha podido ser la Cleopatra de CD PROJECKT RED, el videojuego que ha estado a nada de fagocitar el estudio de desarrollo, como ya pasó con The Witcher 2 y su salida in extremis.
No vamos a entrar en una guerra absurda entre PC y consolas, pero este juego ha sido uno de los grandes que ha salido tocado de esta batalla sin sentido. Si The Witcher 3 hubiese sido un exclusivo de PC, lo primero, poca gente hubiese podido con sus equipos mover lo que la compañía quería realizar y, vamos a ser realistas, ni siquiera hubiese salido el juego a la venta. Las consolas han sido un lastre para The Witcher 3, pero han sido necesarias para que el juego pudiera tener viabilidad comercial y llegara a completarse, eso no podemos olvidarlo. Los usuarios de PC querían el mismo juego que se vio en aquella Gamescom y ese juego no existía, ese juego era un spot publicitario del videojuego que todos hemos podido disfrutar.
El auténtico The Witcher 3
El auténtico videojuego que hemos disfrutado, en el caso de este análisis en Xbox One, lo podríamos definir como una montaña rusa: lleno de altibajos, tanto en su desarrollo a nivel argumental, como en el aspecto técnico del mismo. Vamos a hablar claro, The Witcher 3 ha sido tratado como un juego de PC por la compañía en su versión de consolas y no ha sido hasta el último parche en el que, de verdad, hemos podido disfrutar el juego en todos sus aspectos. No vamos a hablar de bugs, que por cierto los tiene y demasiados, y de los que poca gente ha salido a la palestra para airearlos como pasa en el Assassin Creed de cada año, vamos a hablar de que el juego, en determinados momentos, estaba literalmente roto.
El primer tercio de nuestra aventura, a nivel argumental y técnico, es de un notable alto, cuasi sobresaliente. Pero empezamos a encontrar algunos defectos serios en los controles y algunas incongruencias que, por fortuna y con el paso de los sucesivos parches se han solucionado. El primer tercio de The Witcher 3 era un buen juego, pero ni por asomo lo que nos habían intentado vender por parte de la compañía o algunos medios que, presupongo, tendrían el juego semanas antes. Pero lo malo llegaba en cuanto pisábamos Novigrado, la ciudad libre de Redania y uno de los parajes para espectaculares de todo el título. Una ciudad que, como hemos dicho, estaría viva y que disfrutaríamos a cada callejuela que explorásemos. Eso hubiese sido posible si Novigrado hubiese funcionado a nivel técnico.
Hacía mucho tiempo que una localización en un videojuego no destrozaba la experiencia como ha sido Novigrado para The Witcher 3. Vayamos por partes o por parches, que sería la mejor definición del magnífico despropósito que ha sido esta ciudad para el juego a lo largo de estos meses. Parche de salida, Novigrado jugable, pero con bastantes errores de carga por lo que muchas calles de la ciudad aparecían con las texturas en baja resolución y tardaban bastante en cargar. Es el primer parche, si analizo el juego así, esto puede terminar bastante mal. Segundo parche, Novigrado funciona algo mejor, pero ahora casi todos los NPC de la ciudad modifican sus andares y parece que siempre suben escaleras. Lo dejaremos pasar esperando al siguiente parche. Tercer parche, Novigrado bloquea el juego a cada pocos segundos con una pseudo pantalla de carga, además esta pantalla aparece a cada pocos segundos en cualquier conversación. ¿En serio? Penúltimo parche, Novigrado va algo mejor, la gente no se comportar andando como zancudos, pero el sonido se bloquea en la ciudad. Último parche, el 1.11, Novigrado va perfecta, no hay señores que andan raro y la música se disfruta. The Witcher 3 funciona por fin. Lo podéis creer o no, pero esas han sido mis notas para este análisis durante bastantes meses. Me negaba a resignarme y darme por vencido con el juego y ponerlo a la altura de productos mal acabados. Tenía fe.
Y esto es solo con una localización del juego, además de que es uno de los lugares más importantes y al que vamos a tener que volver sí o sí, cada poco tiempo. Entiendo que mucha gente abandonase el juego y despotricara de el en foros y comentarios, cada arreglo del juego destruía algo que funcionaba a la perfección y eso es algo que uno no entiende. En muchos momentos parecía que CD PROJECKT RED pensaba, «arreglamos esto que es lo que la gente se queja y si se rompe otra cosa, bueno, cuando se quejen lo arreglaremos también». No, así no se deben hacer las cosas si no quieres que la gente odie tu producto.
El resto de los aspectos del juego son excelentes, desde el doblaje al polaco y el subtitulado al castellano, que es como he jugado a The Witcher 3, hasta la parte jugable, cuando uno se acostumbra al control, con las diferentes builds de personaje, mutágenos, habilidades y todas las armas y armaduras con las que podemos personalizar a Geralt de Rivia y el Gwynt, el adictivo juego de cartas. Todo el mundo de The Witcher 3 está pensado para que te pierdas rebuscando en su inmensidad y, eso hay que reconocerlo, es maravilloso.
El amor por la saga puede con todo
Y esa es la mejor definición que he encontrado para intentar mostrar lo que he sentido en este largo camino hasta llegar a terminar The Witcher 3. Tras superar todos los altibajos y parches del juego, me he dado cuenta de que este juego, a nivel argumental, no tiene rival en esta generación y eso es lo que ha hecho que nunca abandone el título a pesar de todas las piedras del camino. Geralt de Rivia, Ciri, Yennefer, Vesemir y Triss, los grandes protagonistas de esta epopeya ya estaban en mi mente tras la lectura de la saga, pero el videojuego ha conseguido que sean, para mi, algunos de los personajes más carismáticos y a los que más cariño les he llegado a tomar en mi vida como jugador. Las duras decisiones, los enamoramientos, las muertes, los combates, todo en The Witcher 3 está realizado para que quede marcado en el jugador y que entiendas que estás jugando a algo grande, demasiado grande para nuestras consolas y PC a nivel técnico, pero suficiente para enseñarnos que las buenas y grandes aventuras se pueden disfrutar tanto en los libros como en nuestras consolas o PC.
Sin lugar a dudas, The Witcher 3 pasará a la historia como el juego que no llegó a completar a los jugadores a nivel técnico, pero que consiguió la excelencia a nivel de desarrollo y guión, lo más importante para un juego de rol. No podemos olvidar a lo que estamos jugando. Estamos jugando a ser Geralt de Rivia, el gran lobo blanco. [88]