Análisis Kirby’s Epic Yarn para Wii U Un bonito paseo

2015 es el año de la experimentación para Nintendo no solamente en lo empresarial sino también a nivel de desarrollo, con varios proyectos que, para paliar la espectacularidad gráfica inalcanzable por Wii U, apuesta por el preciosismo en su máximo esplendor. Yoshi’s Woolly World, Kirby y el Pincel Aroíris, Splatoon… Pero todo comenzó mucho antes.

Good-Feel, uno de los estudios más notables dentro de Nintendo EAD, nació sin muchos alardes en Tokyo allá por 2005; un acuerdo con los de Satoru Iwata les permitió afiliarse a la factoría nipona y desarrollar pequeños títulos para la portátil de doble pantalla. Nada memorable hasta 2008 cuando Wario Land: Shake It! Aterrizaba en una vibrante Wii. A partir de este momento se comenzó a ver el potencial de este grupo humano y desde más arriba se decidió que fueran ellos quienes se encargasen de tomar una de las licencias más queridas por la comunidad, Kirby.

Esta vez no sería HAL Laboratory la encargada de dar color y forma a la bola rosa; Satoru Iwata daba luz verde y desde Good-Feel no eran conscientes de lo que se les venía encima, una constante atención por todo movimiento, todo gesto y prácticamente cada cambio que se atreviese a modificar un ápice la esencia original de Kirby.

Sin embargo, había que arriesgar. ¿Cómo?, Con un apartado gráfico inédito en la casa del bigotudo. Así nace Kirby’s Epic Yarn, título que gracias a la Consola Virtual de Wii U podemos disfrutar en la nueva consola doméstica de la compañía con el aliciente de poder completar la experiencia con los controles clásicos, no el controvertido experimento de Kirby y el Pincel Arcoiris con su lápiz en todo momento, algo que encaja mucho mejor en 3DS.

Aquí todo está hecho de hilos y lana, de hecho Yoshi’s Woolly World se mostró exactamente como éste en su presentación. Entrando ya en materia, nada nuevo bajo el sol; Dream Land está en peligro y Kirby debe salvarlo derrotando a Zur-zir. Por unos acontecimientos casi devastadores, nuestro protagonista pasará a ser un cúmulo de hilos sumergido en el reino de las telas.

Por desgracia, Kirby ha perdido su capacidad de absorción de enemigos, un punto de inflexión que se palia mediante las múltiples transformaciones disponibles gracias a las posibilidades de os hilos. Tras jugar unos pocos minutos te das cuenta de que el mayor atractivo de Kirby’s Epic Yarn es indudablemente su apartado gráfico. Es una lástima que Nintendo no haya querido mejorar la resolución del título, pues habría ganado muchos enteros especialmente ahora, cuando queda exactamente un mes para que Yoshi’s Woolly World demuestre ser uno de los mejores plataformas en dos dimensiones de los últimos años (y si no, al tiempo…).

Entre tanta belleza se encuentra una ferviente crítica a su dificultad, y no es para menos; estamos posiblemente ante uno de los juegos más fáciles de Nintendo que se haya hecho en mucho tiempo. Quizá el problema no recaiga en lo sencillo que es llegar hasta el final de las fases y seguir avanzando hasta ver los créditos sino en la nula aportación de los enemigos. Están ahí, y ya está. No nos atacan, no nos hacen daño… somos invulnerables, vaya.

De este modo, el único incentivo para dejar de bostezar es tratar de conseguir todos los elementos coleccionables y demás ítems como gemas o zonas ocultas en cada fase. Asimismo, será necesaria cierta precisión en nuestros movimientos para conseguir la máxima puntuación al término de cada pantalla.

Ocurre algo similar a los Sonic, donde cuando somos golpeados salen todos los anillos despavoridos; la diferencia es que en este caso simplemente repercute en la puntuación, en ningún momento sentimos que estemos cerca de ver el mensaje “Game Over” en pantalla porque no morimos. Puedes hacerlo mejor o peor, pero nunca mal. Creo que es un tremendo error que no se penalice nuestros errores, que sea un descarado paseo definido y pensado para los más pequeños de la casa. Una lástima.

En cualquier caso, el trabajo de Good-Feel está encabezado por Etsunobu Ebisu, un verdadero genio en esto del ocio electrónico. La jugabilidad está medida a prueba de bombas, todo funciona como debe y se siente vivo, muy natural y sin que el apartado visual repercuta negativamente en el control (aunque tampoco aporta demasiado…).

El hecho de haber podido disfrutar de la obra en mi televisor pero utilizando los controles clásicos, con sus botones, cruceta, etc., es un punto a favor que se complementa con la utilización de Gamepad sin necesidad de depender de la pantalla doméstica. Eso sí, no es modo Off-TV, no se puede jugar en el tabletmando, necesitamos de un Wii Mote.

Las animaciones son una verdadera delicia y siempre están acompañadas de un notable apartado sonoro. Asimismo, las melodías son muy alegres, desenfadadas e incluso pegadizas. A mí personalmente me ha vuelto a faltar algo. En su día lo consideré un título notable; me gustó, pero estaba muy distraído por la llegada de Nintendo 3DS y eso fue algo que arrastró a Kirby’s Epic Yarn a un segundo plano demasiado pronto. Hace unos días pude ver el juego, precintado, en una conocida cadena de tiendas y en formato físico por prácticamente el mismo precio por el que se ha puesto ahora a la venta en formato digital para Wii U (20€).

Si no recuerdo mal, la descarga ocupó más de 4GB, un verdadero suplicio que me impidió comenzar la partida la noche que inició la descarga (no tenemos la culpa de que Wii U no venga con adaptador LAN de serie y haya que optar por la conexión Wi-Fi si no queremos pasar por caja), todo ello por no hablar de los únicos 32GB de almacenamiento interno de la consola. Así que si estáis interesados en este más que recomendado plataformas lo más interesante es optar por su versión física de Wii e introducir su precioso disco en nuestras Wii U, ya que esta máquina es felizmente retrocompatible, algo que valoro muchísimo personalmente.

En definitiva, si eres fan de Kirby este juego no puede faltar bajo ningún concepto de tu colección, ya que aunque la dificultad sea absurda, sí es un reto conseguir todos los desbloqueables y por ende la medalla de oro en todos los niveles. Simplemente notable, un buen trabajo de Good-Feel que deja buen recuerdo a todo cual que se atreve con él. Espero y deseo que Yoshi’s Woolly World no caiga en este error y pueda ofrecernos una experiencia sobresaliente, porque no esperamos menos de ellos.