Hace dos años llegó a Wii uno de los juegos que completaría el tridente de JRPG de última hornada en la consola de sobremesa de Nintendo. Ganbarion se sacaba de la chistera el que es hoy un objeto de deseo en su edición coleccionista pero que, por suerte, presume de mucho más que un apartado artístico envidiable. Pandora’s Tower.
Ese título, que pasó sin pena ni gloria en el mercado europeo allá por abril de 2012, se vio catapultado por la presencia de grandes Triple A de la competencia; no estamos ante una experiencia sobresaliente, y ahora que no he podido disfrutar al completo por segunda vez me doy cuenta una vez más que dentro de ese tridente que mencionaba quizás el bronce sería para él, pues Xenoblade Chronicles juega en otra liga y The Last Story me marcó mucho por otros motivos.
No obstante, adentrémonos en este JRPG de acción que nadie debería perderse, ya que la Consola Virtual de Wii U hace hueco a los clásicos de su casi homónima consola con alguna que otra característica que considero elemental para invertir los euros necesarios para iniciar su descarga.
Hay que rescatar a una chica. Con esa premisa se nos presenta la aventura. Helena, una joven sumergida en una maldición que no cesa y que degrada poco a poco su belleza exterior en la medida en que se va convirtiendo en un monstruo poco agradable a la vista. Una situación incomprensible, enigmática y bastante esotérica, donde las preguntas comienzan a aparecer ante nosotros sin cesar invitándonos a completar esta aventura de aproximadamente 20 horas. Cómo no, hay una esperanza; por muy remota que sea, ahí estamos nosotros, quienes tomamos el rol de Aeron. Nuestra amada nos necesita y habrá que exterminar todos los males de 13 torres cuyo contexto ambiental y situacional me recordó mucho a Shadow of the Collosus.
No nos vamos a engañar, el juego pedía a gritos una adaptación a la Alta Definición, pero tendremos que conformarnos con los 480p de antaño y un leve suavizado en las texturas que es casi inapreciable; pero volvamos a las torres.
Estas “Torres de la Cicatriz” esconden varias piezas de carne que sirven para alimentar a nuestra amada Helena y que así, progresivamente, vaya recobrando su estado original y podamos ver los créditos finales. El dolor, sin embargo, es palpable. La puesta en escena inicial está perfectamente contada, sin demasiado texto ni una gran cantidad de información que nos ahogue; no parece un JRPG en algunos apartados y eso le sienta muy bien porque sabe sintetizar lo mejor del rol occidental con el del país del Sol Naciente. Para saber más habrá que conseguir exterminar todos los males de las torres y recuperar los mencionados trozos de carne y que la joven maldita nos cuente más cosas sobre una situación de la que poco o nada sabíamos con el inicio más allá de la situación política y social del lugar.
Los niveles tendrán también en sus entrañas varios documentos arcanos de valiosa relevancia, con información detallada sobre los enemigos, el amo de la torre y la construcción de la misma. El estado de salud de Helena no desparecerá de nuestra vista casi en ningún momento, así que toca darse prisa para derrotar al amo de la torre en que nos encontremos para conseguir esa víscera tan ensalzada. De esta manera y aderezado con un espectacular apartado sonoro, la sensación de agobio, tensión y falta de conocimientos e información serán como una eterna persecución donde tú, jugador, eres la presa.
Pero hay algo que lo hace inolvidable, y aunque suene algo sentimental, es así. El amor entre Aeron y Helena te lo crees, su relación existe y se va forjando con el paso de las horas gracias al sistema episódico que introduce para contarnos las cosas. Te sientes realizado al perseguir la medicina, ofrecerla y recibir algo a cambio; no hablamos solamente del código verbal sino del no verbal. Son gestos, movimientos, miradas… Es un juego muy humano, con todo lo paradójico del concepto.
Movámonos al apartado jugable, el cual toma como pilar principal la Cadena de Oraclos, un arma con el que podremos atacar a los enemigos mediante agarres o simples embestidas. El combate recuerda por momentos a un hack’n’slash por su dinamismo y esa mezcla entre esquive y ataque. Tiene también reminiscencias de la saga The Legend of Zelda, con momentos en que nos tocará tomar objetos situados en la distancia, apertura de cerraduras… El conjunto de armas no termina en esta espada de Aeron sino que también habrá otros elementos que prefiero no desvelar para no destripar aspectos innecesarios en este análisis.
Tan solo comentar que las armas crecerán desde el taller de la bruja Mavda, introduciendo ese toque rolero que tan bien supo implementar Level-5 en Dark Cloud hace unos cuantos lustros, por poner un ejemplo. Los templos son, inevitablemente, un recuerdo constante a la saga The Legend of Zelda. Todo es muy lineal, en verdad; no me he perdido prácticamente nunca en esta segunda vuelta en Wii U, pero sí es cierto que los acertijos están bien pensados y tendremos que volver sobre nuestros pasos en según qué momentos. Castlevania saluda desde la lejanía también por la magnitud de los interiores y el estilo arquitectónico de las torres. Es artísticamente una pasada.
Los enfrentamientos finales siguen la esencia del chico de verde de Shigeru Miyamoto, pero aquí indudablemente la variedad es mucho mayor y los jefes serán tan variados, distintos entre sí y con patrones tan bien diferenciados que siempre tendremos la sensación de enfrentarnos a algo nuevo. A su vez, la dificultad está perfectamente medida, sin castigarnos en demasía y haciéndonos ser conscientes de que cuando morimos es más por nuestra culpa que por un nivel excesivamente elevado del rival en ciernes. Pongámonos en situación, hay criaturas que no quitan demasiada vida en las embestidas simples, pero si nos dan de lleno con uno de sus mayores golpes, estamos literalmente muertos. Hay que dominar los esquives y ser ágiles, atacar sin miedo y dominar la espada, desde luego. El juego nos premia si usamos la estrategia.
Uno de los alicientes de esta versión para Wii U es que podemos jugarla al completo en modo Off-TV; dicho de otra manera, podemos vivir Pandora’s Tower desde el Wii U Gamepad, y se ve de lujo. El motivo de esta compatibilidad es que al ser el original utilizable mediante el Mando Clásico de Wii, aquí no hay que cambiar ningún aspecto de los comandos y simplemente hacer que el tabletomando tome ese papel.
Gráficamente cumple perfectamente con su cometido. Personalmente le echo en falta algo más de color en algunos momentos, es un apunte personal pero le habría sentado genial algo más de variedad en ese sentido, y a decir verdad el juego de Ganbarion habría cosechado muchas mejores críticas si hubiera visto la luz en las ya veteranas PS3 y Xbox 360 por una mera cuestión técnica. El hardware de Wii fue lo que fue; es posiblemente uno de los mejores referentes del género en la consola pero siempre queda un cierto sabor agridulce, es como si usas unas gafas mal graduadas, pero sigue siendo notable. Otro gran lastre de la obra es su sistema de guardado tan injusto que combina el salvado automático con el manual, siendo el primero de ellos un desastre que puede hacernos perder valiosas horas por una muerte inesperada que nos obliga a empezar desde el principio de la torre. Por último, la cámara, en ocasiones imprecisa y por desgracia incontrolable por el segundo stick.
No dejemos que esto empañe el excelente apartado sonoro que he disfrutado al completo una vez más a lo largo de la redacción de este texto, una colección melódica dirigida por Yuichi Hirose, Takayuki Kobara y Wataru Suzuki, entre otros. En definitiva, estamos hablando de un juego enorme, un grandísimo JRPG que parece haberse empeñado en cumplir todo lo que se propuso y que, una vez más, me ha encantado. Su doblaje está en inglés, no incluyendo por desgracia el japonés (en todo momento tendremos subtítulos en castellano) y una banda sonora que dan como resultado un apartado artístico por encima de la media.
La construcción de las torres, la tensión de la situación y especialmente la relación y protagonismo de Aeron y Helena ponen el listón tan alto como los jefes finales. En caso de no haberlo disfrutado en su momento, no puedo hacer otra cosa que recomendarlo encarecidamente. Pandora’s Tower. [80]