Rising Tide es, en muchos sentidos, todo aquello que Beyond Earth debiera haber sido de lanzamiento y no lo fue. Esta primera expansión, aporta una nueva capa de profundidad jugable a un título que salió a la venta como una versión descafeinada de Civilization.
Con el lanzamiento de Beyond Earth, Firaxis se despojó de la formula encorsetada que implica desarrollar un juego de estrategia de la saga Civilization con sus tintes históricos y trato de experimentar con nuevas fórmulas en el marco de la ciencia ficción.
En algunas cosas se acertó como, por ejemplo, en la estructura en forma de telaraña del árbol tecnológico que ofrece al jugador mucha más flexibilidad a la hora de adaptar su estilo de juego tanto a sus preferencias como a las singularidades de su civilización y del escenario en el que se encuentra.
No me acaba de convencer el nuevo concepto de ciudades flotantes. Es interesante poder construir nuevos emplazamientos sobre el agua pero no acaba de convencerme que su forma de expansión se base en ir moviendo la ciudad. En primer lugar, dificulta la elección del sitio y cómo construir mejoras en las casillas circundantes porque, al mover la ciudad, puedes pisar esas casillas. En segundo lugar porque, mientras la influencia de las ciudades terrestres crece pasivamente según su puntuación cultural, las ciudades flotantes deben invertir producción para moverse. Me da la sensación que un emplazamiento sobre el agua trae más inconvenientes que ventajas.
Luego, hubo pasos a nivel de diseño en el buen sentido que acabaron teniendo un impacto extremadamente superficial a nivel jugable como el sistema de afinidades. Esa idea que tu sociedad pudiera evolucionar en función de una ideología y que eso tenga impacto en tus unidades bélicas da un cierto juego muy interesante pero limitarlo a 3 opciones no acababa de ofrecer la profundidad deseada.
Si miramos cualquier otro Civilization de la saga principal, el desarrollo tecnológico y la evolución de tus unidades cobran una relevancia clave en tus aspiraciones bélicas y era un aspecto que en Beyond Earth quedaba muy descafeinado. Lamentablemente, este aspecto no se ha acabado de corregir con Rising Tide y, pese a los ajustes de balanceo y las unidades híbridas, esta parte del diseño aún se antoja demasiado superficial.
Una novedad que sí me ha gustado es la inclusión de las nuevas reliquias. Ahora, al recuperar capsulas, investigar lugares de interés o destruir nidos alienígenas, existe la posibilidad de encontrar objetos únicos que se pueden intercambiar individualmente por pequeñas dosis de recursos o juntar tres de ellos para conseguir recompensas únicas.
Desde mi punto de vista esta es una de las innovaciones que aporta Rising Tide que más impacto tienen a nivel jugable porque ofrece una razón al usuario para cazar a los aliens que pueblan el planeta. En el juego original, los extraterrestes acababan siendo un zumbido algo molesto pero básicamente inocuos cuyo impacto era mínimo.
A diferencia de los bárbaros en otros civs que obligan al jugador a mantener un cierto poder militar, especialmente al principio de la campaña; su equivalente en Beyond Earth funcionaba con el mantra “no te molesto si no me molestas”. Ahora, ese mantra se mantiene pero, como mínimo, existe una cierta recompensa para el jugador al molestarlos.
Además, parece que con esta actualización, las otras civilizaciones que llegan al planeta también están dispuestas a dar algo más de guerra porque en la versión original, especialmente en niveles medios y bajos, los rivales controlados por la IA funcionando más como decoración que como un reto.
En este sentido, también se ha incorporado un nuevo sistema de diplomacia. Ahora podremos establecer acuerdos con otras civilizaciones con los que podremos obtener bonificaciones pasivas a cambio de un nuevo tipo de recurso que a nivel práctico funciona como la energía (o el Oro en los Civs tradicionales). Cabe destacar que las otras civilizaciones también nos ofrecerán este tipo de intercambios, en ocasiones de forma bastante insistente, y que estos acuerdos se pueden cancelar en cualquier momento. También podremos invertir este nuevo tipo de recurso en mejorar nuestras propias bonificaciones o invertirlo cual moneda para construir edificios o unidades en las ciudades.
En definitiva, Rising Tide es claramente un paso adelante que necesitaba Beyond Earth para dar algo de sentido a esa experiencia jugable. Una expansión que aporta algunos de los ingredientes que le faltaban al original y que lo hace un contenido indispensable para poder disfrutar de esta versión sci-fi de Civilization.
Si ya tenías el original, Rising Tide es una buena expansión para darle una segunda vida al juego. De lo contrario, mi apuesta sigue siendo Civilization V, que siendo más profundo, más robusto, más variado y más barato. [70]