Forjando armas al ritmo de la música

Solo con escuchar la palabra LEVEL 5 es imposible no asemejar la palabra calidad. Si hablamos de los creadores de Ni No Kuni, Professor Layton, Inazuma Eleven, Dark Cloud o Attack of the Friday Monsters, quizás sepáis mejor a lo que me refiero.

Así pues, en el pasado Nintendo Direct pudimos observar cómo la compañía de Fukuoka movía ficha, esta vez de nuevo con un nuevo título para el conocido como Guild 1, o lo que es lo mismo, una compilación de juegos dentro de un mismo bundle que han ido saliendo al mercado desde 2012 para la eShop de Nintendo 3DS, aunque más allá de aquellos lares no se ha hecho mucho ahínco en esta categorización.

Weapon Shop de Omasse es una propuesta que como no podía ser de otra manera destaca por su originalidad, ya que estamos ante una obra con una jugabilidad puramente rítmica sostenida por un alto contenido argumental. Vamos a comprobar si podemos volver a decir que este estudio está a otro nivel.

Lo primero que tenemos que saber es que vamos a meternos en la piel de un aprendiz de herrero para aprender a forjar armas en una peculiar herrería. Nos llamamos Yuhan y tenemos un arisco maestro, frustrado por sucesos pasados poco gratificantes en lo que a mercantil se refiere. Lo primero que llama la atención es el concepto de RPG ya típico en la compañía con el que se ha querido perfilar a este título, debido a que no tendremos que subir nosotros de nivel sino hacer lo propio con las armas que vayamos forjando y atraer así a mejores y más fuertes luchadores de todo el continente. Puede resultar extraño que un concepto como este salga del país nipón, más aun teniendo en cuenta los otros factores fundamentales que residen en la tienda de Omasse: el ritmo y el humor.

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Vamos a ser claros, esta entrega no está dirigida a cualquier tipo de público, es un experimento que o bien lo amas o lo odias. La idea principal es muy atractiva, poniéndonos en el papel de un herrero que trata de hacer de las necesidades de sus clientes delicias para sus batallas y otros menesteres, pero es necesario destacar que no es ésta la piedra angular de esta obra, sino que es su argumento, rebosante de un humor muy, muy japonés y una abundante cantidad de texto. En un primer momento se nos enseñará a cómo llevar a cabo de manera satisfactoria nuestra tarea como forjadores de armas, así como mantener en pie la tienda en sí.

Al igual que dijimos antes, nuestro maestro lo hará todo a regañadientes, siendo nosotros los que le animemos e incitemos a que mire al frente y deje atrás su luctuoso pasado. Toda conversación estará acompañada de risas en off, demasiadas desde mi punto de vista. Una vez hayamos completado el tutorial tendremos libertad de acción para completar un día de trabajo. En la pantalla superior estará siempre presente un reloj que indicará el momento del día en que nos encontremos y por ende el tiempo que nos queda. De este modo tenemos total potestad para forjar o atender clientes, que irán llegando de manera casi aleatoria y progresiva a lo largo de la jornada diurna.

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Si optamos por forjar armas, podremos ver un amplio abanico de posibilidades, habiendo espadas, hachas, mazas, dagas y un largo etcétera. La primera vez seremos sorprendidos sobre el modo en que éstas van dándose forma, pero cuando llevemos cinco utensilios finalizados la repetitividad llegará a Omasse para quedarse… Iremos pulsando en distintas partes del futuro producto para que vayan cobrando forma, algo ameno y simpático, que posiblemente no hayamos visto antes en un videojuego. Hay detalles interesantes como tener que estar pendientes de la temperatura de los materiales para lograr mayor puntuación por cada pulsación o poder dar la vuelta al utensilio y girarlo a nuestro modo, todo en pos de una mayor comodidad en el trabajo. El problema radica en la repetitividad de la jugabilidad, siguiendo siempre un patrón claro: escucha un compás y repítelo respetando el tempo.

Insisto, la primera vez está muy bien, pero en una hora estaremos deseando que venga gente a la tienda y venderles nuestras mejores fabricaciones, a ver si hay suerte. El hecho de incidir tanto en el argumento, teniendo que evidenciar largas conversaciones que siempre cuentan la vida de nuestros clientes es un arma de doble filo, nunca mejor dicho. Hay personajes que nos alargarán una sonrisa por lo que nos cuentan y su forma de actuar –objetivo esencial del título-, mientras que otros serán pesados, intentando ser graciosos y quedándose simplemente en eso, un intento de hacer gracia. Mi recomendación personal es que si alguien así llega a vuestra tienda le digáis que no tenéis aquello que busca para que se vaya y no tener que soportar un tostón semejante al que nos iba a contar. Tenemos por tanto que adoptar una postura que juzgue y tenga en cuenta las apariencias no solo por ser o no de nuestro agrado sino porque no podemos aceptar eternamente pedidos; el día es corto y lo iremos notando con el paso de las jornadas, cuando tengamos que ir haciendo más armas y mucho más complicadas.

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Si optamos por decir que sí a un NPC –ellos mismos se autocnsideran NPC’s- será la hora de ponernos manos a la obra y hacer lo que nos hayan pedido lo antes posible. A medida que vayan pasando los minutos y hayamos forjado ésa y otras espadas, vendrá más gente para volver a contarnos una historia y pedirnos algo específico. Ya que cada vez será más aburrido crear objetos, lo más recomendable es tener un amplio surtido hecho para cuando vengan clientes tener aquello que anhelan. Otro problema se presenta cuando les damos el producto finalizado, momento en que dan comienzo su aventuras.

En la pantalla táctil de la consola, mientras deambulamos por los menús mirando nuestro inventario, estadísticas o clientela, se mostrará una suerte de Twitter con pequeñas notificaciones de lo que esté haciendo un NPC en su busca del gran monstruo que acecha los alrededores –objetivo de todos los personajes del juego- y que interrumpirá nuestras tareas siempre que se encuentren con un enemigo, teniendo así que leer sus batallas y comprobar si nuestro arma ha sido o no lo suficientemente poderosa. Para mejorarlas habrá que realizar el forjado lo mejor posible en cada uno de los parámetros del utensilio habrá que mantener el ritmo de pulsación constante en todo momento y enlazar el mayor número de combos posible. Esto quiere decir que realmente somos nosotros los que tenemos la culpa de si un héroe triunfa o no ante sus rivalidades porque les prometimos una cosa y no hemos cumplido las expectativas.

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Para que os hagáis una idea, el juego se puede resumir en la primera hora de la partida, porque las otras cinco que puede durarnos no distan en absoluto de aquello que pudimos hacer en los primeros días de trabajo. Tener en cuenta también que no ha llegado localizado al castellano, siendo el inglés el único idioma disponible y por consecuencia un gran inconveniente para los usuarios que no dominen esta lengua, pues como dijimos antes el pilar fundamental de Weapon Shop de Omasse es su historia. No a todo el mundo gustará un juego musical con toques RPG, pero no cabe duda de que la apuesta es arriesgada y puede gustarte mucho si simpatizas bien con sus mecánicas.

Gráficamente cumple sin más, con un efecto 3D que aporta lo suficiente como para sentirte dentro de la tienda en el día a día y unos modelados de los personajes bastante bien diseñados, quienes siempre muestran correctamente sus emociones en sus rostros. Aunque podría haberse hecho un poco más, no es el objetivo y no sería justo considerar negativo un apartado totalmente indeterminante en el desarrollo de la obra.

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A modo de conclusión, decir que su recomendación dependerá de varios factores como el dominio del idioma, esencial para seguir el arco argumental y poder disfrutar de algunos chistes muy bien conseguidos y elaborados o historias de héroes interesantes (aunque otras no lo sean tanto…). Pero no podemos olvidar la repetitividad acechante al pasar la primera hora de partida, siendo siempre exactamente lo mismo, con interrupciones constantes de la clientela o los héroes que ya partieron en su nuevo viaje. 7.99 euros es lo que cuesta la última obra de LEVEL 5, un proyecto que no será recordado precisamente por su calidad, aunque sí por ser muy original y fresco.

Una secuela más pulida y mejor pensada sería ideal para mejorar la imagen que un jugador pueda llevarse de Weapon Shop de Omasse, que con buenas ideas, se ha quedado en un proyecto entretenido a medio camino, sin saber muy bien a dónde quiere llegar. [67]

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