Archaeogaming, repensar el pasado mediante la tecnología

La relación entre arqueología y videojuegos es un campo emergente y fascinante dentro de las humanidades digitales. Lo que comenzó como un estudio marginal de cómo los videojuegos representan la historia, ha crecido hasta convertirse en un área de investigación seria llamada Archaeogaming.

Esta área estudia tanto los videojuegos como representaciones culturales y artefactos arqueológicos en sí mismos. Este artículo, escrito gracias a los textos y libros de Héroes de Papel, explora cómo los videojuegos no solo recrean el pasado, sino que también pueden convertirse en objetos de estudio arqueológico, como en el famoso caso de los cartuchos de E.T. para Atari, y cómo títulos como Assassin’s Creed han transformado la enseñanza de la historia. Además, reflexionaremos sobre el futuro de los videojuegos como herramientas educativas en el marco de las humanidades digitales.

El caso de los videojuegos enterrados: Atari y E.T.

Uno de los eventos más icónicos en la intersección de arqueología y videojuegos es la excavación de los cartuchos de E.T. the Extra-Terrestrial para la consola Atari 2600, enterrados en 1983 en un vertedero de Alamogordo, Nuevo México. Este juego fue un fracaso comercial tan grande que contribuyó al colapso de la industria de los videojuegos en los años 80.

En 2013, un equipo de arqueólogos liderado por Andrew Reinhard excavó el sitio, confirmando la leyenda urbana de los cartuchos enterrados. Más allá del impacto histórico de esta excavación, lo interesante desde una perspectiva arqueológica es cómo este evento permite estudiar las prácticas industriales de la época y la cultura del consumo desechable dentro del capitalismo tardío.

Este caso es emblemático porque redefine la arqueología para incluir no solo restos de civilizaciones antiguas, sino también los productos culturales modernos. Los videojuegos, al igual que otros productos de la cultura de masas, son artefactos que cuentan historias sobre las prácticas económicas, sociales y tecnológicas de nuestro tiempo. Este tipo de análisis también subraya cómo la arqueología contemporánea se extiende hacia nuevos territorios, desde el estudio de residuos modernos hasta la exploración de mundos digitales.

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Assassin’s Creed: La arqueología y la historia como experiencia interactiva

La serie Assassin’s Creed, en particular los juegos Origins y Odyssey, es un claro ejemplo de cómo los videojuegos pueden servir como plataformas educativas y de recreación histórica. Ambos títulos destacan por la fidelidad con la que representan el Egipto ptolemaico y la Grecia clásica de la Guerra del Peloponeso, respectivamente.

Ubisoft, la compañía desarrolladora, trabajó con historiadores y arqueólogos para asegurar la precisión de sus recreaciones, no solo en términos arquitectónicos, sino también en los aspectos sociales y culturales. El modo Discovery Tour en estos juegos elimina la jugabilidad tradicional para ofrecer recorridos educativos por los entornos históricos, permitiendo a los jugadores explorar monumentos como las pirámides de Giza o el Partenón, mientras aprenden sobre las civilizaciones que los construyeron.

Estos títulos han llevado la representación de la historia a un nuevo nivel, no solo en términos de realismo visual, sino también al permitir una inmersión interactiva en la vida cotidiana de civilizaciones antiguas. La posibilidad de recorrer ciudades históricas y aprender sobre ellas de una manera lúdica y accesible convierte a estos videojuegos en herramientas valiosas para la educación. Además, abren una nueva vía para explorar la arqueología a través de medios digitales, el futuro de desarrollo del sector.

Humanidades digitales y el futuro de los videojuegos en la educación

La intersección de videojuegos y arqueología es solo un aspecto de un fenómeno más amplio: el auge de las humanidades digitales. Este campo busca integrar las tecnologías digitales en el estudio de las humanidades, permitiendo nuevas formas de acceder y estudiar la historia, la literatura y la cultura. Los videojuegos, como plataformas interactivas, son un vehículo perfecto para explorar este enfoque, permitiendo experiencias educativas inmersivas que superan las limitaciones de los métodos tradicionales de enseñanza.

El potencial de los videojuegos como herramientas educativas es enorme. Juegos como Assassin’s Creed han demostrado que pueden ser recursos poderosos para enseñar historia, pero el futuro promete aún más. Con avances en realidad virtual, simulaciones históricas y mundos virtuales cada vez más detallados, los videojuegos podrían integrarse de manera formal en currículos educativos, no solo para la enseñanza de la historia, sino también en campos como la antropología, la arqueología e incluso las ciencias políticas. Además, los videojuegos pueden ofrecer a los estudiantes la posibilidad de experimentar de manera interactiva los procesos históricos y culturales, lo que favorece un aprendizaje más profundo y significativo a nivel gnoseológico y neurológico.

Reflexiones finales

El estudio de los videojuegos desde una perspectiva arqueológica y su uso como herramientas educativas señala una transformación importante en cómo interactuamos con el conocimiento en la era digital. Los videojuegos no solo son entretenimiento, sino también plataformas para la exploración del pasado y del presente.

En el contexto de las humanidades digitales, los videojuegos tienen el potencial de redefinir el aprendizaje, proporcionando experiencias inmersivas que invitan a reflexionar críticamente sobre la historia, la cultura y la tecnología. En este sentido, los videojuegos y la arqueología no solo comparten un interés en el pasado, sino también en cómo lo interpretamos y lo hacemos accesible en el futuro.

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