Columna ZG: Cuando lo bello dejó de ser lo importante

Hace ya algún tiempo intenté mediante un juego de palabras polisémico explicar dos conceptos de suma importancia dentro de lo que podríamos llamar Conceptualización del Videojuego. En este apuntaba a la dualidad entre lo bello y lo bruto.

Trine 2 es una maravilla visual hasta en sus wallpapers

Trine, una franquicia que combina cuidados visuales con buenas mecánicas jugables

El primero entendido tanto como el art design de un título y el buen diseño de niveles. El segundo concepto, a su vez, se refería a la calidad del desarrollo y al gameplay en si. Sin embargo, no insistiré en dichos conceptos debido a que cada uno de ellos merecería un artículo a parte y no es ésta nuestra pretensión.

Ya hace algún tiempo que la Next Gen ya es pasado y nos encontramos de lleno en la Next-Next Gen. Normalmente y durante este periodo al cual denominamos cross-gen suelen aparecer múltiples listas de títulos que uno no debería dejar escapar. Personalmente lo que me agrada de estas listas son aquellos títulos que pasaron sin pena ni gloria pero que por algo merecen ser destacados, ya sea gameplay, historia o diversión. Del mismo modo, son exageradas la multitud de listas destinadas a gradar aquellos videojuegos que han sido referencia en equis consola; los ya conocidos Top-equis. Particularmente me agradan, suelen entretenerme y sobre todo, me ofrecen la posibilidad de conocer juegos que de otra manera jamás hubiese catado.

Sin ser una crítica directa al consumo masivo de títulos, cosa que daría para otros debates, sí que generalmente consumimos menos de lo que tenemos y normalmente nunca en profundidad. Es decir, nuestra colección de títulos es superior a los que hemos jugado y de ellos, son pocos los que hemos exprimido hasta el final. Y me pregunto; ¿Por qué? Supongo que la respuesta debe ir encaminada hacia la explicación de la cultura del consumo. Aún así, considero que existen títulos que nos engañan desde el aspecto visual. ¿Cuántos juegos recuerdas te hayan dejado literalmente enganchados durante días? Seguro que existen muchos, pero podría apostar que no precisamente por su apartado estético; lo bello de su obra.

Dark Sector

Dark Sector, uno de los videojuegos favoritos de siempre de @laocoont

Por personalizar un poco más, desde hace días vengo combinando un par de títulos; Terra Battle y Trine. Podríamos decir que el aspecto estético de los dos es decente tirando a bueno. Pero a pesar de que cada diseño artístico de Terra Battle me enamora, su apartado jugable me tiene completamente atrapado. Lo mismo podría afirmar de Trine –o de su segunda parte– pero no, es la parte jugable, los puzzles que se plantean los que han sido capaces de atender toda mi atención. ¿Son realmente importantes los gráficos? Me pregunto y mi respuesta no puede ser otra que un rotundo no. Al menos, no lo más importante.

Rescatando la temática de las listas Top-equís de videojuegos, mencionadas anteriormente, podríamos afirmar que muchos de los títulos han llegado a envejecer mal o muy mal. Sin embargo, mantienen su pura esencia. Como excepción, ya que siempre es la excepción, cualquier título sacado de la factoría Nintendo donde aparezca un tal Mario, será rejugable al 100% sin perder un ápice de su esencia. ¿Es Super Mario Bros. un título bello? En apariencia evidentemente no, en jugabilidad no me cabe la menor duda. Y eso es sin duda porque el título es consistente, el diseño de niveles suele ser excelso y eso personalmente es el 90% del alma del juego.

Super Mario Bros

Super Mario Bros. no ha pasado a la historia por su belleza visual

Sin duda, no todo es válido, existen títulos que aparecen en esa lista más por la nostalgia de quien las elabora que por otro tipo de criterios. Y ahí, es donde entre el debate de los gustos, los colores y el prisma de cada jugador. Existen títulos que marcan una infancia, pero no por ello son buenos o imperecederos. Podemos coincidir en una cantidad ingente de títulos pero seguramente jugar a Space Invaders hoy no tenga la misma repercusión en nosotros que haberlo jugado en su momento. Sin la pretensión de ser determinista, cabe destacar que se debería buscar un equilibro entre lo bello y lo bruto es decir, entre el buen arte (a veces limitado por la tecnología), el buen diseño, la experiencia jugable y la buena programación (hay bugs que maltratan al jugador en sobre manera).

No hay vuelta atrás, podemos hacer tantas listas como deseemos y seguiré pensando que son útiles aunque no determinantes. Quizás se sorprenderían si en la mía no apareciese ningún Zelda o Metal Gear y sin embargo sí lo hiciesen títulos como Sparkster o Dark Sector. Pero como apuntaba anteriormente; ¡Para gustos, colores!

Daniel del Olmo Soriano
@laocoont

  1. Gracias Dani por el texto! Entiendo por dónde vas, pero no puedo estar de acuerdo en determinados puntos. Por ejemplo, para mi Super Mario Bros es un juego bellísimo, incluso sin necesidad de contextualizarlo en su año de lanzamiento. Pero el punto principal es que yo sí que creo que un juego preciosista puede tener recursos suficientes sin recurrir a mecánicas de juego innovadoras para triunfar. Mira Valiant Hearts, a mi me parece un coñazo, pero el público lo ha acogido con los brazos abiertos solo por el envoltorio.

    Otro ejemplo es uno que tú mismo mencionas: Trine. Yo creo que las mecánicas de Trine no están mal, pero donde realmente despunta es en sus visuales, es lo que realmente lo diferencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × tres =