Si te cuento que Assassin’s Creed 3: Liberation para PS Vita es el primer Assassin’s Creed al que me enfrento, igual te extraña. Personalmente nunca me he sentido atraído por esta franquicia, y, tras darle unas cuantas horas, mis temores sobre la saga se han hecho realidad, uno tras otro: Liberation no me entretiene.
Antes de seguir, me dejaría dejar claro que desde aquí aplaudo a Ubisoft por haber creado un juego exclusivo basado en una de sus franquicias más populares para una consola como PS Vita, cuyo catálogo necesita cuantos más juegos mejor.
Una vez dicho esto, sigo explicando por qué no creo que este título sea un grande. La base de la jugabilidad de este Liberation es, opino, la misma que la de uno los títulos que considero como candidato a GOTY 2012. Es decir, el concepto tiene potencial, está demostrado. Pero, como los cracks de Mighty Gate dicen, la diferencia siempre está en la ejecución. Y aquí no es brillante, no sorprende ni convence.
Me gustaría remarcar que estoy hablando de sensaciones personales, pero las causas, creo, son objetivas. Assassin’s Creed 3 Liberation no es nada ambicioso, no intenta revolucionar, pero sí muy pretencioso, al pretender que el jugador se crea unas mecánicas de juego que, simplemente, no funcionan. Poder escalar casi todo es divertido por un rato, pero pocas cosas más me han parecido satisfactorias. Pero lo que me queda claro es que el principal problema es que el juego está poblado por criaturas virtuales con una IA con una profundidad cuestionable.
Si se tiene en cuenta que la gracia del asunto debería ser la interacción de la protagonista con esos NPCs, la fórmula se derrumba como un castillo de cartas. Más que un juego de asesinos a mi me parece más un título simple de eliminar bots usando mecánicas que tengo la sensación que no han evolucionado desde los tiempos del maravilloso Metal Gear Solid. El comportamiento de los NPCs de este título me hace dudar de si los grandes estudios realmente invierten en las rutinas de comportamiento como sí que hacen en el progreso gráfico.
Tras esta reflexión, me gustaría comentar algunas cosas buenas, precisamente de los gráficos. Visualmente a mi me gusta. No me parece impactante pero los gráficos no están nada mal, sobre todo en el modelado de los personajes y en el diseño de los escenarios. Liberation es un juego que queda bien en las fotos. Hay problemas con la tasa de frames en las animaciones, pero nada realmente grave. Además, las animaciones de saltos y de escalada son muy fluidas y agradecidas para el espectador. Por cierto, Liberation está totalmente en castellano, voces incluida. El doblaje no está mal aunque dista de ser un trabajo perfecto. Los verdaderos pero vienen de otro lado.
Y es que cuando me he enfrentado a él, a sus limitadas mecánicas de acción, a sus misiones lineales y a su argumento más propio de una teleserie que de un título de una franquicia de éxito, al confirmar con este juego de Vita muchas de mis sospechas sobre la saga de Ubisoft, me he sentido desilusionado.
Sí, puede ser, igual tenía la secreta esperanza de que los muchos millones de unidades vendidas de los juegos de la franquicia hubieran desembocado en un título una calidad remotamente parecida a la de Dishonored. En cambio, me he dado de bruces con la realidad: Liberation es un título que juega en otra liga. Como en el caso de Resident Evil 6, la franquicia a la que pertenece le puede pasar factura, pero personalmente no tengo ningún aliciente por seguir jugando a Liberation.
Dice el amigo zeratul_ que Assassin’s Creed 3 es el mejor juego de la franquicia. Quizá debería probarlo, pero, sinceramente, tras este primer contacto con la saga muchas ganas no tengo, y menos teniendo abandonado a Dishonored, un título que, me da la sensación, tiene unas cuantas cosas que enseñarle a Assassin’s Creed en general y a Liberation en particular.