Desde su demo estaba claro que Ball x Pit iba a ser un robavidas. Una reinvención de breakout con elementos de construcción y roguelike, donde las partidas son cortas, pero lo suficientemente entretenidas para estar diciendo cada quince minutos “la última y lo dejo”.
Enganchado desde el inicio
Fue a través de un tweet que supe de Ball x Pit. Cuando su demo estuvo disponible en steam le dí la oportunidad y desde entonces no podía esperar que llegara la fecha del lanzamiento. Porque es de esos juegos que te atrapa. No por su historia, gráficas o personajes, sino porque es endiabladamente divertido.
El juego toma el concepto de romper bloques con una pelota, pero en esta ocasión esos bloques son enemigos y las pelotas tienen poderes, se pueden fusionar y hasta hacer evolucionar, mientras que los encargados de lanzarlas cuentan con habilidades y estadísticas que pueden ser mejoradas.
Todo con el fin de conseguir recursos, reconstruir Babilonia y llegar al fondo de un pozo repleto de enemigos, nuevos personajes, secretos y mejoras. Suena todo muy sencillo y lo es, porque el juego consiste en apuntar y disparar, pero las opciones son tantas y encajan tan bien que termina siendo todo sumamente divertido.
Siempre hay motivos
El juego siempre ofrece motivos para regresar. Cuando un personaje es desbloqueado conviene usarlo en los niveles superados para mejorar sus estadísticas. Pero también es importante conocer nuevos niveles y así conseguir planos, mejoras y probar combinaciones.
Una vez en la superficie es importante construir, porque las diferentes viviendas ofrecen beneficios tanto a los personajes como a la recolección de insumos. Como la recolección tiene un límite, regresar al pozo es una buena excusa para hacer tiempo y conseguir materiales y dinero.
Cada personaje tiene ciertas habilidades y luchar es una buena excusa para aprender a usarlas. También es un motivo para conocer nuevas evoluciones de las pelotas, combinaciones más potentes o simplemente entender de qué va el nuevo bioma.
Difícil aburrirse
En Ball x Pit a medida que conseguimos engranajes, que se adaptan al elevador, y descendemos en el pozo, se descubren nuevos enemigos, combinaciones, planos y jefes. Porque al final de cada nivel tenemos un contrincante de gran tamaño que nos obliga a jugar diferente o aplicar ciertas estrategias.
La verdad nunca hay descanso, porque siempre vamos a estar combatiendo, construyendo, aprendiendo combinaciones, mejorando construcciones, desbloqueando personajes, aprendiendo a usar los nuevos personajes, adecuando terrenos o recogiendo recursos. Todo esto con mecánicas muy sencillas y divertidas.
Conclusión
Ball x Pit se une a esa lista de juegos difíciles de soltar, pero supremamente entretenidos, como Balatro, Vampire Survivors o Megabonk. También entra en esa tendencia de ser un título desarrollado por muy pocas personas y con poco presupuesto.
Todas sus mecánicas encajan a la perfección, tienen sentido, son divertidas e invitan a seguir jugando para intentar llegar al final, pero probablemente, incluso después de alcanzarlo, seguirán estando las ganas de jugar.
Lo que han hecho Kenny Sun & Friends es de aplaudir y ojalá, como ha sucedido con los otros juegos mencionados, llegue contenido adicional que siga añadiendo capas de profundidad a un pozo que no parece tener fondo.






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