Debo reconocer que desde hace tiempo he tenido interés por el periodo histórico que corresponde desde la Guerra de Independencia de Estados Unidos hasta la Revolución Francesa y todo lo que ello conllevó. Es una época fascinante, con juegos de más rigor, como We. The Revolution, y títulos más estéticos como el que hoy nos comprende: Banner of the Maid.
Vive la révolution!
Azure Flame Studio es el encargado de crear lo que, sin dudas, se puede calificar de shonen de waifus en la Revolución Francesa, incluso aunque Banner of the Maid sea un producto chino. Lo veo reflejado en otros productos audiovisuales de corte similar, como Youjo Senki, una novela ligera que toma inspiración en la Primera Guerra Mundial donde una niña con poderes va aumentando de rango en un ejército reflejo del alemán de Bismark de la época (con todo el trasfondo que existe detrás que no desvelaremos). En ese caso la inspiración está más alejada de la realidad, pero el título que hoy nos ocupa sí que nos coloca de pleno en medio de la Revolución Francesa en el instante mismo en que el Rey Luis XIV intentó su huida de París.
Nuestra protagonista, nuestra Juana de Arco particular, será Pauline Bonaparte. Un personaje histórico real, hermana Napoleón Bonaparte, que en el contexto de esta obra se nos presenta como una general del ejercito francés en misión de apoyo a su hermano en la campaña italiana de 1796 a 1797. Es precisamente en la batalla de Lombardía donde la joven Bonaparte descubre su poder de maid capaz de inspirar a sus tropas y así y provocar una autentica revolución dentro de sus unidades que le garantizan la victoria.
Los elementos están ahí, pero a su manera
¿Qué es una maid dentro de este contexto? Son mujeres con capacidades sobrehumanas capaces de generar un cambio profundo en su alrededor gracias a su poder a costa de su propia desgracia personal. No desvelaré mucho más sobre el tema para evitar spoilers, pero el ejemplo de maid histórica más famosa que se nos presenta es precisamente Juana de Arco. Estas mujeres son un eje paralelo a la trama del juego, donde sus capacidades influencian directamente los designios de Francia y del resto de personajes que nos encontremos en el juego.
Personajes históricos, eso sí, pero que realmente comparten ideales y poco más con sus contrapartes históricas. Separados en cuatro facciones, sin contar a los miembros de nuestro ejército, tenemos a los Jacobinos, liderados por Robespierre y con el Conde de Mireabeu Honoré Riquetti; los Monárquicos, con Luis XVI y María Antonieta a la cabeza; los Malmaisons, controlados por una Josefina Bonaparte (aún sin ser su esposa) y de la cual nosotros formamos parte por casualidades del destino; los Feuillants (constitucionalistas), donde Lafayette actúa como cabeza visible y el pueblo llano como última facción.
Cada una de las diferentes facciones y los personajes que las encarnan poseen diferentes visiones de cómo debería ser Francia de cara al futuro. Los monárquicos buscan mantener el país con un control férreo por parte del Rey y la nobleza mientras que los Feuillants pretenden seguir la constitución y hacer entrar al monarca en razón. Por otro lado, los Jacobinos buscan la rectitud en el camino y llevar una auténtica revolución a Francia, que más tarde se conocería con la época del Terror. Tenemos los elementos que convergieron en plena Revolución Francesa, como podéis ver, pero lo dicho, no esperéis tampoco un gran rigor histórico.
Las referencias están claras
Y una vez presentado (de manera bastante extensa) la trama y donde se nos coloca a nosotros, ¿tocará ir hablando del juego, no? Si os soy sincero, por la presentación y el trato que se le tiene a los personajes, nos encontramos ante un juego con una clara influencia por el título de Intelligent Systems más reconocido: Fire Emblem. Cada personaje de nuestro ejército posee nombre y apellidos, mayor o menor peso narrativo pero sobre todo cumple una función. Como RPG táctico mantiene sus mismos elementos, con el añadido de que en lugar de pelear de uno en uno se aplica un sistema de “batallones liderados” al más puro estilo Advance Wars.
Además, la cámara en vista isométrica también nos permite trazar otra referencia con la saga de Square-Enix Final Fantasy Tactics. Desde luego, tamañas referencias, bien llevadas, nos permiten ver que Banner of the Maid tiene potencial de ser un buen juego. Y en mi opinión, aunque tiene sus altibajos, sobre todo en el apartado narrativo para mi gusto, es así: el juego cumple perfectamente con su papel, es agradable de jugar y, salvo en la dificultad más alta, no es un juego especialmente complicado.
Un rpg de estrategia por turnos a la vieja usanza
Aunque uno de sus mayores referentes es Fire Emblem, existe una diferencia radical con respecto a esta y es la carencia de las muertes permanentes. En este caso, si una de nuestras unidades cae, lo único que ocurrirá es que se restará de nuestras ganancias una parte de la recompensa, lo que en dificultad avanzada es ciertamente un inconveniente al no poder comprar después las mejoras de armas u objetos que nos permiten afrontar las batallas de manera más sencilla. Sin embargo, esto te permite maniobrar de otra manera con las unidades y no sufrir tanto al ponerlas en posiciones comprometidas, jugándotelo al rng a veces incluso.
Manteniendo además una suerte de triangulo de armas, cada personaje tiene asignado un rol y un tipo de arma para su cometido. Pauline funciona con mosquetes mientras que D’Eon utiliza rifles. Otras unidades se decantarán por sables o espadas, usarán cañones de larga distancia o directamente no atacarán y se dedicarán a curar o motivar a las unidades. Un compendio de efectivos muy curioso con el que trabajar, donde además cada uno tiene sus animaciones y su ventaja contra ciertos enemigos que, después de 20 horas, no he aprendido y siempre termino mirando cuando me enfrento a una unidad. Si, eso es un poco triste, pero aún sigo sin entender del todo porqué algunas unidades van bien contra otras.
E incluso con esto, algunas unidades tienen peculiaridades a la hora de realizar sus acciones. Cuanto más lejos ataque la caballería pesada desde su posición de partida, más daño ejercerá. Por otro lado, los cañoneros pueden moverse dos veces por turno para cubrir más distancia si no atacan y buscar ventaja táctica. Hay que tener esto muy en cuenta para realizar la táctica más inteligente y que no nos derroten a las unidades.
Que bonica se ve mi revolución
Comienza a notarse que he disfrutado de este título. Si bien el apartado jugable me ha parecido muy divertido y disfrutable, sobre todo como fan de Fire Emblem acérrimo que soy, no solo de esto vive el título sino que además Banner of the Maid cuenta con un apartado artístico ciertamente hermoso. El pixel-art es fluido, colorido y sobre todo distinto en cada uno de los escenarios en los cuales nos encontremos. Cada personaje principal es único y, cuando no estemos en batalla, pasaremos a una representación con un estilo visual marcadamente oriental que a los que nos gusta el rollo nos molará bastante. Eso sí, todos los personajes son galanes o mujeres pechugonas, full shonen japonés.
Por otro lado, el apartado sonoro es bastante más obviable. No desentona pero tampoco destaca y algo que me saca totalmente de contexto es el idioma del doblaje, completamente en chino. Con tantas expresiones en francés, encontrarme a Napoleón hablando chino con subtítulos en inglés manteniendo en la localización un la victoire est a nous me resulta extrañísimo. Entiendo la situación, pero me saca completamente del contexto e incluso hubiera preferido que no existiera dicho doblaje salvo para sonidos de ataque o similar.
En conclusión
Creo que va siendo hora ya de chapar este análisis, ¿no creéis? En definitiva, Banner of the Maid es un buen ejemplo de cómo crear un juego de estrategia rolera para fans de todas las sagas mencionadas anteriormente. No innova en la formula como otros títulos más recientes, como el maravilloso título de Chucklefish Wargroove, pero se coloca como una apuesta segura por sus mecánicas y agradable apartado artístico. En cuanto a la historia… me habré hecho mayor, pero las historias de este tipo no me atrapan como antes, me ha pillado con 5 años de más a cuando me comía SAO y creía que era la leche.
Así pues, lo recomiendo si te gusta el género, especialmente si compartes una afición al anime de temporada que puedes encontrarte cada año, pues tus gustos pueden ir en consonancia completamente con el título. Un juego con una duración de más de 20 horas y al que ya se le suman algunos DLCs que nos presentan nuevas campañas y misiones, como The Oriental Pirates. Por ello, la nota que le pongo al producto no es otra que un [78].