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Batman Arkham Asylum es una joya

Los videojuegos de superhéroes han tenido en su naturaleza un arma de doble filo. Por un lado, el inherente tirón de los héroes – y villanos – que los protagonizan les dotan de un gran atractivo. Pero a la vez esa popularidad que viene de serie hace que los desarrolladores se duerman muchas veces en los laureles, dando por hecho unas ventas independientes de la calidad del producto final. Por fortuna, Batman Arkham Asylum es, junto a alguna que otra rareza, la excepción que confirma la regla.

Y es que echando un vistazo atrás, pocos superhéroes como Batman pueden presumir de contar con un historial de videojuegos generalmente de calidad. Desde los tiempos de Amstrad CPC Batman ha protagonizado grandes títulos. Tanto es así, que a pesar del cuidadísimo producto que es Batman Arkham Asylum yo personalmente no me atrevería a asegurar que se trate del mejor juego de Batman nunca visto. Aunque si no es así, poco le falta. Porque este Batman que se ha vestido con el motor de Unreal Engine luce a las mil maravillas. Y no me refiero únicamente a los soberbios gráficos – atención al modelado y detalle de cada personaje, todo un lujazo.

Batman Arkham Asylum es una señora aventura. Una aventura que sabe a veces a Bioshock, por su cuidadísima ambientación, su impresionante doblaje, quizá el mejor que he escuchado nunca en un videojuego, su cuidadísimabanda sonora y detalles como las audio entrevistas a los diferentes internos de Arkham, todo un guiño (o plagio) al juego de 2K Games. Pero también tiene detalles de Dead Space, como su apuesta sin concesiones por la acción, o incuso de Max Payne, con los flashbacks de Bruce Wayne rememorando sus demonios personales al enfrentarse a el Espantapájaros.

El principal punto negro de Batman radica en la potencial monotonía, aunque gracias a la cuidadísima ambientación tardaréis en sentir que siempre estáis luchando contra los mismos enemigos y que sus pautas de comportamiento – y consiguientemente, las estrategias a seguir para derrotarlos – sean exactamente iguales una y otra vez. El saltar de gárgola en gárgola, la infiltración, el modo detective para la obtención de pruebas y posterior investigación… Misma mecánica que se repite una y otra vez, pero que gracias a los giros argumentales y a la calidad global del envoltorio este Batman Arkham Asylum la jugabilidad no cae en la monotonía.

Y es que el argumento de este juego escapa de los convencionalismos de los cómics más tradicionales y se adentra en ese apasionante mundo de las novelas gráficas, tan a menudo incomprendido. Aquí no hay caballeros de brillante armadura ni dragones que escupan fuego por la boca. El elenco de actores consiste en un Batman adulto, una Batgirl retirada, en silla de ruedas y reconvertida en informador, un Joker más enfermo que nunca y una legión de secuaces sedientos de sangre, entre los que se encuentran muchos de los archienemigos del encapuchado defensor.

Con el sistema de combate cuerpo a cuerpo implementado hay que sacarse el sombrero. La fluidez que los desarrolladores han conseguido implementar para los combates es alucinante. Eso, combinado con la infiltración hace que el jugador sienta que realmente que está controlando al héroe protagonista, quizá lo mas difícil de conseguir en un juego de este tipo.

Eso sí, poniéndome quisquilloso, se echa algo de menos es la posibilidad de escoger si el siguiente golpe va a ser un puñetazo o una patada. Otro matiz: Al mejorar la armadura de Batman utilizando los puntos de experiencia, la apariencia externa de la armadura no cambia, algo que choca dado el elevadísimo nivel de detalle con el que todo parece estar recreado. Y por pedir, ya que no se pueden usar las armas de los enemigos – al menos no equipárnoslas, es cierto que durante ciertos contraataques sí que se puede -, se echa en falta un mayor catálogo de BatCachivaches. Por lo demás, chapeau.

Batman Arkham Asylum es un señor juegazo. A Rocksteady le ha quedado un título totalmente redondo en el que uno tiene problemas para destacar un apartado sobre el resto. Quizá sea la conseguidísima ambientación lo que consagre a un juego que poco o nada tiene que envidiar a los pesos pesados del género, como son Bioshock y Dead Space.

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