Este fin de semana tuvimos la oportunidad de jugar la beta cerrada de Bleeding Edge, el multiplayer por equipos de Ninja Theory exclusivo para Xbox One. Después de varios enfrentamientos, estas son las impresiones que nos deja un título que estará llegando oficialmente en marzo.
Buenas ideas
Se que las comparaciones son odiosas, pero Bleeding Edge tienen un referente importante en frente, se llama Overwatch. Es así como las referencias al título de Blizzard llegan de inmediato. No me malinterpreten, el juego de Ninja Theory se parece, pero aporta muchos elementos interesantes a la fórmula.
Este título tiene un interesante enfoque hacia el cuerpo a cuerpo. Es así como podemos ver combos, opciones de bloqueo e incluso derribos. También tenemos niveles bastante interactivos, donde los objetivos se mueven de manera dinámica. Por ejemplo, el clásico modo de capturar territorios tiene algunas variaciones, donde los puntos se activan o desactivan pasado cierto tiempo.
De igual manera los escenarios presentan peligros por su cuenta, como trenes que pasan por los puntos de control o trampas que pueden ser activadas y que afectan cierto objetivo. Existe también un modo donde debemos obtener células de energía y depositarlas en un lugar, muy similar a lo que se ve en Brawl Stars.
Un mundo de marginados
Otro de los puntos interesantes que tiene Bleeding Edge son sus personajes. Aquí se les conoce como bichos y tienen una apariencia de marginados. Vale la pena mencionar esto, porque siendo lo protagonistas, se llevan todas las luces y esto también juega un papel dentro de los temas inclusión social que tanto se mencionan en la actualidad.
Cada personaje tiene habilidades específicas, como los ataques (que se ejecutan con X) y otras un poco más avanzadas (que se ejecuta RB, Y y B). De igual manera tenemos un poder especial (que se ejecuta con LB). De momento el roster es corto, pero con el tiempo para la beta, creo que la cantidad fue suficiente.
Como ya es común en este tipo de juegos, las opciones personalización son muy amplias, las cuales van desde lo estético, pasando por mejoras en forma de chips e incluso patinetas. Porque si, cada personaje tiene una patineta que le permite desplazarse más rápido por los escenarios, otra idea bastante interesante.
Lo que se puede mejorar
Uno de los primeros elementos a mejorar es la cámara. El juego es en tercera persona, pero a veces toma ciertos ángulos donde te dejan vendido. No se ve nada y al final la derrota es la única salida. De igual manera la calidad de los personajes no es la mejor a nivel visual, por momentos se ven pixelados.
Algo de lo que sufren los hero shooters es la falta de equilibrio de sus personajes y este es uno de lo problemas más grandes que tiene Bleeding Edge. Varios de sus bichos se encuentran rotos, te destruyen en un instante y ese tipo de situaciones frustran a los demás jugadores, porque simplemente el primero que escoja el personaje roto, pues tiene la ventaja.
De igual manera las micro transacciones se pueden convertir en un dolor de cabeza. Ya les mencioné los chips de mejora, estos se pueden comprar dentro del juego con el dinero que obtenemos de las partidas, pero no tengo certeza si será posible comprarlo con dinero real, porque de ser así, hablamos de un pay-to-win que no nos gusta a muchos.
Le falta ese algo
A pesar de las horas invertidas en el juego, yo siento que a Bleeding Edge aún le hace falta algo. Si, en Ninja Theory tienen buenas días y seguramente varios de los temas a mejorar van a ser trabajados, pero aun siento que le falta ese elemento que enganche, porque no deja esa sensación de querer más.
Mis impresiones frente a este juego no son ni buenas ni malas, me quedo en un punto neutral y creo que el lanzamiento oficial del juego, el día 24 de Marzo de 2020, será el momento indicado para que se incline la balanza. Será ese el día en el cual pueda decir si Bleeding Edge cumplió o no con las expectativas.