El año pasado en Leipzig pude asistir a la presentación de Borderlands. La verdad es que no me hizo mucha gracia, aunque el hecho de que hubieran miles de diferentes armas disponibles – gracias a la combinación de las partes de las mismas – me llamó la atención. Pero con el cambio de aspecto gráfico la cosa ha cambiado. Y mucho.
Según nos ha contado la gente de 2K Games, el cambio de look a cellshading tuvo mucho que ver con el éxito de Bioshock y su particular estilo visual. Gearbox quería que su título tuviera una personalidad muy fuerte y sentían que con el estilo gráfico que estaban utilizando la cosa no funcionaba. Pero claro, cambiar todos los visuales del juego significa una fuerte inversión económica. Gracias a Bioshock, los productores encontraron un motivo para creer que los millones de dólares que el cambio requería iban a merecer la pena.
El juego en si, visto en movimiento, me recuerda mucho a Brute Force. Se viene diciendo que Borderlands es un Shooter RPG, pero yo únicamente le he encontrado similitudes con ese género en la recolección de experiencia y en la posibilidad de asignar esos puntos para mejorar características concretas de cada personaje, además de que el contenido de los baúles que encierran las armas se genera aleatoriamente. No he visto ninguna secuencia de diálogo, más allá de aceptar nuevas misiones, o de decisiones morales. Aunque también es posible que eso no sea precisamente lo que quieran mostrar por ser algo no especialmente novedoso.
Por cierto, la presentación a la que asistí se jugó en tiempo real con 4 integrantes de 2K Games controlando a los personajes, para demostrar lo avanzado del desarrollo. Y el aspecto visual era genial. Imaginaros a Rage pero en Cell Shadding y a 4 bandas. Así es la visión que tengo de Borderlands. Si te gustan los shooters te digo que éste no te lo puedes perder.