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Camp 1

Camp 1 es un juego de ciencia ficción creado por una sola persona bajo el seudónimo del nombre de su equipo de desarrollo, WaxwingGames, afincado en Suecia. Se trata de una aventura gráfica clásica con una interfaz point and click de estilo pixelart y baja resolución, 320×200. En ella encarnaremos a Korski, un piloto encargado de transportar materiales y suministros al personal que se encuentra prospectando en busca de minerales diseminados por distintos puntos del planeta y bajo la bandera de la compañía People´s Mining Company, la compañía minera del pueblo.

28 megas es una serie de textos dedicados a videojuegos indies gratuitos seleccionados por el autor en base a sus propias preferencias. El título viene del escaso tamaño que suelen ocupar estas obras.

Una vez hechas las presentaciones, pasemos a diseccionar la obra. Las aventuras gráficas han sido el género que más letras han recibido en 28 megas, reconocemos que, junto al rol de ordenador clásico y la alta estrategia, es una de nuestras debilidades. Todas las aventuras gráficas (¿acaso no son todos los juegos aventuras y gráficas? Pero esta es otra discusión que habrá retomar en otro momento) tienen dos elementos principales, una historia y unos puzles y según la presión que cada uno de los juegos ejerce sobre estos dos resortes podemos hablar de aventuras más narrativas y aventuras más mecánicas, muy pocas logran la difícil gesta de equilibrar la balanza y conseguir un equilibrio perfecto. Los puzles, en muchos juegos, se encuentran incrustados en la historia que avanza únicamente a pesar de estos, en lugar de con estos. Este, sin embargo, no es el caso de Camp 1.

WaxwingGames realiza un ejercicio muy inteligente que ya hemos podido experimentar en una de nuestras novelas, y futura película de Steven Spielberg, de ciencia ficción favoritas de la actualidad, El Marciano. En esta novela de Andy Weir el personaje protagonista queda abandonado en Marte y tendrá que intentar salir del aprieto con los elementos que están a su disposición combinándolos de todas las maneras posibles. Un escenario que se antoja perfecto para introducir puzles que vayan desarrollando la trama. Por ejemplo, si nos encontramos en la base, dentro de ella, tendremos que utilizar un traje espacial para salir a la superficie, pero con el desastre, los filtros se han estropeado y será nuestra misión arreglarlos con los elementos que tengamos en ese momento disponibles. Una vez resuelto el problema, podremos salir de la nave, pero, oh, horror, la puerta, con el golpe del aterrizaje forzoso no abre, tenemos que buscar otra manera de abrirla.

El procedimiento es simple y es un escenario que funciona a la perfección para introducir rompecabezas que hagan progresar la trama. Pero claro, en este escenario existe un verdadero problema, crear puzles accesibles que no rompan el ritmo de juego y esto, en Camp 1, es un bache considerable, ya que algunos puzles serán realmente complicados por dos motivos, el primero la lógica de muchos de ellos y el segundo, el idioma.

Nosotros, hispanoparlantes convencidos, tendremos, en muchas ocasiones, que tirar de diccionario porque no olvidemos, el juego se desarrolla en un ambiente científico – técnico y las palabras que aparecerán en pantalla harán honor a este escenario. Sin embargo, la trama y especialmente la ambientación se nos antojan tan sugerentes y atractivas que no cesaremos en nuestro empeño de saber qué hacer con ese enchufe, esos auriculares y ese dichoso teclado roto. El aspecto gráfico, aunque de escasas proporciones, 320×200, es más que suficiente para presentar un mundo vivo, aunque bien podríamos decir muerto. La ambientación del título es sencillamente genial.

El campamento donde comenzaremos ya nos introducirá en los pilares esenciales del juego, la aventura, la necesidad de seguir con vida y la obligatoriedad del ingenio para escapar con vida. Todos los ambientes serán esencialmente monocromos, y en todos ellos predominará un solo color, en el campamento un blanco sucio, grisáceo, en la nave un negro teñido de verde electrónico, en la superficie del planeta un claro marrón que sumergirá al jugador en la bastedad del espacio y en la infinitud del horizonte cuando no hay nada entre él y nosotros. Sin duda, el uso del color y como este influye en la psicología del título es otro de sus principales atractivos.

Como decimos, la ambientación es uno de sus puntos fuertes. El uso de colores, azules y amarillos, nos sumergirán en una aventura oscura que, como la novela de Weir trata sobre la soledad, el ingenio y la desesperanza y la lucha contra esta. Según el autor, su influencia principal a la hora de desarrollar el juego fue el historiador y novelista premio Nobel Aleksandr Solzhenitsyn, escritor soviético y exiliado de su propia patria por motivos políticos, conocido por su obra Archipiélago Gulag, una monumental crónica del sistema de represión soviético y sus entresijos políticos y represivos.

Aleksandr Solzhenitsynm autor de «Archipiélago Gulag»

En Camp 1, aunque las referencias son leves, si estamos atentos, podremos encontrarlas. La primera de ellas es el escenario, que recuerda a Siberia, donde se encontraban los principales gulags, muchos de ellos centros de explotación de recursos mineros como diamantes. Referencia que se hace aún más palpable cuando volvemos a leer el nombre de la compañía de la que dependen los obreros del juego, la compañía minera del pueblo, nombre soviético donde los haya. Pero no son solo estas las únicas referencias al modelo soviético sino otra muy importante es la burocracia y la importancia de esta para el buen funcionamiento del sistema, como veremos en diversas partes del juego, como la primera, que nos servirá como tutorial e introducción al juego. La historia hará honor a este aspecto y se centrará, además de intentar sobrevivir, en explicar lo sucedido para evitar la depuración de consecuencias y responsabilidades del gobierno de la compañía.

Para no alargar más este texto, desde AKB y 28 megas recomendamos encarecidamente este juego. Un título que podría venderse por más de una decena de euros sin ningún problema y muchos, entre los que me incluyo, lo compraríamos. Este juego no es como los que hemos reseñado aquí, su extensión no se mide en minutos, sino en horas. La atención al detalle, la calidad de la literatura que incorpora, la complejidad de muchos de sus rompecabezas y la calidad del producto final nos permite hablar de uno de los mejores juegos que han aparecido por esta sección.

Puedes descargar gratuitamente Camp 1 desde su página oficial.

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