Para mi este ha sido el año en el que he redescubierto los roguelike. Este género me ha resultado uno de los más satisfactorios de este 2018 que termina y me lo he pasado en grande con títulos como Enter the Gungeon o los nuevos Below y Hades y sobretodo, con el juego al que le voy a dedicar mi GOTY 2018: Dead Cells.
Dead Cells, la cuadratura del círculo de los roguelikes
Uno de los elementos que más me gustan en los rogues es la aleatoriedad. Cada partida es un mundo nuevo y diferente, aunque las mecánicas sean las mismas, tu tienes que adaptarte al entorno para sobrevivir el mayor tiempo posible y justo por eso, esa sensación de reto constante me invita a seguir jugando y descubrir todos los secretos del juego. En este punto Dead Cells ha conseguido la perfección. Es un sistema de combate ágil, pero las armas iniciales son totalmente aleatorias y debes aprender a dominar todas si quieres sobrevivir más de 5 minutos. Suma que los escenarios se generan de forma aleatoria aunque los caminos múltiples siempre te permitan elegir tu destino. ¿Te parece poco? Añadimos algo más que toma de otros géneros como los metroidvanias: el desbloqueo de habilidades.
Aleatorio, difícil, con cientos de objetos para desbloquear y habilidades que te ofrecen caminos alternativos o zonas nuevas. Todo esto suma el paquete perfecto para los que amamos este tipo de juegos.
Un juego para jugar todos los días, eso pocos lo consiguen
Porque Dead Cells consigue algo que ningún otro juego ha conseguido este 2018: que lo retome casi cada día desde que lo compré. Y me da igual que en más de 80 horas no haya acabado aun con el boss final, sigo llegando a él con las misma ilusión de tumbarlo y sé que lo conseguiré. Y para más inri, ha conseguido otro hito en mi carrera, que compre el mismo juego en diferentes plataformas: PC y Nintendo Switch. Si te gustan los retos, los roguelike y los juegos con un control exquisito, Dead Cells se convertirá también en tu GOTY 2018 particular.