La segunda obra de Moon Studios tardó en llegar pero cuando lo hizo cumplió las expectativas de todos los que esperábamos esta secuela. Ori and the will of the wisps es una evolución en muchos sentidos para la saga y para este estudio que nos ha regalado un digno candidato a GOTY 2020.
Entra por los ojos y los oídos
Ori and the will of the wisps es de esos juegos que demuestra como los gráficos rompedores e hiperrealistas no lo son todo. El título luce como una obra de arte en movimiento, diferenciando muy bien cada lugar. Tenemos espacios coloridos y alegres, mientras que otros son lúgubres y aterradores, todo adornado con una música espectacular.
Desde el primer momento se genera un impacto a muchos niveles y para los que ya habíamos jugado la primera parte la sensación de de déjà vu pero donde se nota mucho la evolución de Moon Studios en cuanto a gráficas, mecánicas, personajes y misiones. Todo esto envuelto por una historia muy emocional y con un final que puede incluso llevar a las lágrimas.
El poder de los metroidvania
Algo que también demuestra el título es como los metroidvania han regresado y pisando fuerte. En los últimos años hemos tenido referentes como Hollow Knight o Dead Cells y es genial tener un representante más de este género gracias a Moon Studios, con una fórmula que no deja de ser divertida y por momentos retadora.
Acertijos, jefes intermedios y finales, habilidades, diferentes personajes, todo está debidamente puesto y siendo aprovechado de buena manera. Eso sí, no sentí que esta secuela tuviera el nivel de dificultad que su antecesor, lo que nos es malo y tampoco lo hace sencillo, pero para algunos puede ser algo a tener en cuenta.
En la variedad está el placer y creo que vale la pena resaltar como posible GOTY 2020 un juego como Ori and the will of the wisps en un género que cada año se potencia y se hace presente con un nuevo título de gran calidad. Se tomó su tiempo, pero al final llegó y cumplió las expectativas.