En serio, EA me encanta. Y no es por haber creado el que, hoy por hoy, es el juego de fútbol referencia worldwide, ni por marcarse la frivolité de montar un torneo la lado mismo del Camp Nou e invitar a la crême de la crême de la prensa nacional, como son la revista erótico-festiva Primera Línea y el semanario metereológico El Temps (ojo, anuncian temporal en Madrid). No. Lo verdaderamente épico es colar hasta a 3 insiders – al menos confesos – products managers, rrpp y demás en la competición. ¿El motivo? Qui lo sa, pero dicen las malas lenguas que en el último momento alguno se repensó eso de regalar la camiseta de Xavi firmada y una reluciente PSP Go. Y es que en estos tiempos de crisis la cosa está muy malamente.
Hay que decir, en honor a la verdad, que los rrpps intentaron solucionar la papeleta mirando de recaudar fondos insitu para comprar, al menos, una PoP Station y unas Xivecas para el ganador, revendiendo unos Brütal Legend que habían traído. Pero cuando dejaron catar al personal la mercancía, comprobaron perplejos que se los metían en la bolsa previa palmadita en la espalda del perplejo mileurista de EA. Y es que claro, cuando das algo gratis, después cobrar por ello es jodido. Cuesta.
Fue por eso que la consigna de los rrpps era tan clara como desesperada: Tenían que ganar ellos el – su – torneo. Y con ese objetivo tan moralmente discutible se lanzaron al tendido. Alguno intentó añadir el componente de épica-sorna jugando con el Alcorcón, pero la cosa no le salió excesivamente bien. La cosa pareció arreglarse, para EA, al menos, cuando un community manager se coló en la final, aunque finalmente acusó la presión de tener que pagar parte del premio de su bolsillo y sucumbió ante un héroe bloguero llamado Txesc.anónimo. Y digo anónimo porque en cuanto me ganó el community manager en segunda ronda puse los pies en polvorosa, y los compis no me han sabido decir quién obró tal hazaña.
Amiwitos de la blogoesfera: No pidáis juegos a EA durante un tiempo que han tenido que hipotecar la carpa que se usó ayer para costear los servicios de un falsificador de firmas para la camiseta del ganador.