He tenido al suerte de ver Star Wars Ep. VIII: Los últimos Jedi en un maratón junto al Ep. VII y ha sido el modo perfecto de poder comparar lo que consiguió hacer J.J. Abrahams y lo que nos propone Rian Johnson en esta nueva entrega. ¿Estará a la altura de las grandes películas de la saga? Os doy mi opinión, totalmente libre de spoilers.
Star Wars Ep. VIII: Los últimos Jedi. Comenzamos donde terminamos
Para nadie va a ser una sorpresa saber que esta película empieza justo donde acabó la anterior, pero lo que más nos va a dejar con un palmo de narices es ver hasta que punto ha llegado una guerra en la que poco o nada sabíamos entre la Primera Orden y la Nueva República. Porque ese es uno de los grandes problemas de esta nueva trilogía: la falta de contexto. Y lo peor es que en este Episodio VIII va a más. Ya en el Episodio VII nos planteaban una galaxia en guerra entre una República que había cuasi desaparecido fagocitada por los Caballeros de Ren y nuestro odiado/querido Rylo (no te quites el casco nunca) y el líder de la Primera Orden, Snoke. Nos quedábamos con más preguntas que respuestas al final de la anterior película y, si creéis que van a solucionarnos algo, vais mal encaminados. Todo sigue como lo dejamos, aunque las cronologías de las diferentes tramas parece que van a destiempo.
Por la experiencia en la saga ya sabemos que la República es muy de autodestruirse o dejar que se la carguen a pesar de poner X-Wings y personal a cascoporro para morir por evitar que un mal mayor se apodere de la Galaxia y aquí no es menos. Desastre a desastre vemos como lo que tenía que haber sido paz y prosperidad tras la destrucción del Emperador Palpatine se ha convertido en un caldo de cultivo de un nuevo Imperio Galáctico, la Primera Orden. ¿Se defenderán la Nueva República? Ya sabemos que no, y en esta entrega irán de mal en peor aunque con una consecuencia que será el hilo conductor del próximo Episodio IX.
El gran desastre de este Ep. VIII, las subtramas
Esta es la mayor crítica que le podemos poner a los 152 minutos de duración de Star Wars Ep. VIII: Los Últimos Jedi. Relleno, vacío constante y algún atisbo de claridad que en seguida se ve cortado por los continuos saltos entre tramas y situaciones. Nos gusta la variedad, pero hay algunos momentos en los que la película parece más un spin off de Poe Dameron que un episodio al uso de la saga. Por no decir que los 30 minutos de trama Benicio del Toro más subtrama amor romántico en la guerra, sobran. Se hacen bastante pesados, no aportan prácticamente nada salvo los últimos cinco minutos que acaban sin pena ni gloria para uno de los personajes más interesantes, y al mismo tiempo, más olvidados de esta nueva serie de películas: la Capitán Phasma. Viendo como se las gasta Disney no me extrañaría nada que se marcasen un spin off de este personaje, se lo merece ya que el trato que lleva recibido en toda la saga no tiene mucho sentido para ser alguien importante dentro de una de las facciones.
La eterna lucha entre el bien y el mal se ve truncada por un personaje capaz de ver ambos sentidos y que le da luz a la saga: Rey. Daisy Ridley destroza a Adam Driver en cada plano que comparten. Se muestra como alguien sin miedo al no haber estado nunca influenciada por uno de los dos sentidos de la fuerza, alguien que se cuestiona cosas que nunca antes se habían hecho en las diferentes historias y cronologías que conocemos. Estamos frente a una película que habla de la redención, de que siempre hay una forma de volver atrás y arreglar los errores del pasado.
Nadie te toma en serio Kylo
Este Episodio VIII tiene muchas lagunas, muchos momentos cómicos que quizá están fuera del sentido original de la saga. Muchos gags escondidos en las tomas que hacen que no nos tomemos demasiado en serio a muchos personajes y eso no es bueno. Entendemos que haya un elemento cómico en cada film o algo que nos haga enternecernos. Tuvimos a BB-8 y ahora tenemos a los Porgs, de los cuales vas a terminar enamorado porque el product placement que hacen de ellos es totalmente bestial. Cada x minutos te van a colocar una imagen de uno de ellos de todos los modos posibles: tristes, contentos, guerreros, etcétera. Los vas a querer, los vas a ansiar y mañana te comprarás un Funko o un peluche de ellos.
Puro fan service para el fan, dos giros de guión, pero vacía de contenido y sin alma
Resumiendo, y esperemos que no hayamos realizado ningún spoiler de la película ya que hay algunos giros de guión que no te esperas y eso se agradece de una saga tan manida como esta. Star Wars Ep. VIII no es una mala película, pero vista junto al Episodio VII tiene muchas carencias y pocos elementos que impresionen al espectador. Si tienes en la lejanía el Despertar de la Fuerza es posible que ni te des cuenta, pero cuando vuelvas a revisionar la obra de JJ Abrahams te darás cuenta de que, aunque te dejase el regusto a ser un remake del episodio IV, es bastante más divertida y épica que Los últimos Jedi que, salvo algunas escenas y los susodichos golpes de guión inesperados, se pasa al tedio y te deja esperando que pase algo con lo que levantarte de la butaca.
No es espectacular, no es aburrida, pero es anodina y sin alma. Si eres fan lo vas a disfrutar por la vuelta de muchos personajes, pero te acabarás dando cuenta de que es un producto de relleno, vacío y listo para el consumo rápido. Justo lo que Disney quiere.