Hace ya dos años que se celebró la última feria importante de videojuegos en la capital. Este año, bajo un nuevo nombre y con una nueva dirección, IFEMA vuelve a llenarse de leds, pantallas, mandos y jugones para darle la bienvenida a la Next Gen. ¡Bienvenidos a la Madrid Games Week!
Siempre se dice que las comparaciones son odiosas, y en este caso, es así. Tras las dos primeras ediciones del Gamefest, que si bien no eran ningún E3, estaban muy bien montadas y entretenidas, la primera sensación que me ha producido Madrid Games Week es de decepción. Menos stands (ni rastro de Ubisoft, Kochmedia, Square-Enix…) y, lo que no acabo de entender, muchos, muchísimos juegos que están más que vistos. Sony dedicaba una parte enorme de su sección a The Last of Us, un juego que lleva meses en el mercado. ¿Por qué? Nintendo ha llevado demos de Fire Emblem, otro que tal baila, y encima, en japonés. ¿Qué sentido tiene esto? No obstante, aquí somos todos jugones y estas cosas nos gustan más que a un tonto un lápiz, así que, tras la decepción inicial, vas disfrutando del asunto. ¡Que no todos los días tiene uno la posibilidad de ir a un evento de estos!
El jueves fui con la mentalidad de aprovechar para verlo todo, ya que era el día de prensa y profesionales y había mucha menos gente. Empecé por el stand de Microsoft, ya que no había tenido la oportunidad de ver la Xbox One. Allí pude catar Forza 5, Dead Rising 3, Killer Instinct, BF4 y Ryse.
Forza 5 sigue en su línea de simulador, pero con una mejora en el apartado gráfico que se nota, sobre todo, en los coches. El circuito disponible para correr era el de Laguna Seca, y había algunas cosas que cantaban un poco, supongo que por tratarse de una beta: sombras que hacían cosas raras, espectadores de cartón con pixelacos estilo 8bits…
Dead Rising 3 muestra más zombies en pantalla, sí. Pero no le sale gratis. En el momento en el que cogí un coche y me metí en medio de una oleada, los fps cayeron perceptiblemente y la consola comenzó a dar tirones cuando algún zombie salía por los aires o el coche se elevaba. En la puerta, nos dijeron que era la versión más reciente que existía para probar. Esperemos que no sea la final…
Killer Instinct es el que más me llamó la atención gráficamente. Ni una sola rascada, gráficos muy nítidos con un curioso efecto parecido al cel shading que le sienta muy bien, brilli-brilli por todos lados (no puede faltar una buena capa de barniz en el personaje, que brille para que se reflejen las luces de la next gen) y partículas al golpear por doquier. ¡Que se vea la cantidad de chispicas que maneja la One!
Battlefiled 4 me llamó 0 la atención. Para qué os voy a engañar. Se ve mejor, sí. Y ya. ¿Exageradamente mejor? ¿Maravillosamente mejor? ¿Asombrosamente mejor? No. Yo, además, siempre he pensado que los FPS son para jugarlos en PC, por lo que no me parece que sea un título definitorio de cara a decidir si das el salto a la nextgen o no.
Ryse lo dejo para otra entrada que publicaremos, ya que el viernes 8 acudimos a su presentación a manos de Patrick Esteves, y, como imagináis, da para explayarse.
La Xbox One es fea. Muy fea. Es un VHS de los grandes, y encima plasticoso. El Kinect no le queda lejos, porque también es feo con ganas. Todo esto queda compensado por el mando. Un mando ergonómico, comodísimo y con el tamaño perfecto. La cruceta ha sido mejorada una barbaridad, y es mucho más suave y cómoda de apretar. Le han quitado la caja de las baterías por detrás y ahora los dedos reposan con mucha más comodidad. Los gatillos tienen vibración personalizable (en Forza se notaba) y aunque algunos compañeros se han quejado de la posición y el «click» de los superiores, a mí no me causaron ningún problema. Creo que es el mando más cómodo que he probado a día de hoy.
Tocaba el turno de Sony, donde, como ya os he comentado, chocaba ver casi medio stand dedicado a Beyond y The Last of Us, de los que, obviamente, pasé olímpicamente (yo y el 99% del pabellón). Allí nos esperabanKillzone Shadow Fall, NBA 2k14, Knack, Driveclub, y GT6.
Killzone Shadow Fall luce estupendamente. Ningún problema técnico mientras pude probarlo. Donde más se nota la nextgen es a nivel de iluminación (preparaos para ver efectos lens flare hasta cuando os miréis al espejo) y en la distancia de dibujado. Asomándonos a un balcón, vemos la ciudad con todo lujo de detalles, sin neblinas, poppings o desenfoques. Seguro que se convertirá en el vendeconsolas de salida.
NBA2k14 pasaba por un partido real si pasabas por allí y lo mirabas distraídamente. Gran calidad a nivel gráfico, animaciones muy suaves, modelos de los jugadores muy bien recreados… Otro que seguro que no decepciona.
Knack fue la primera decepción gorda del día. Se ha hablado mucho de que este juego va a ser un plataformas old school de enorme calidad. ¿Qué había allí? Un juego con mecánicas A,B,C, simple hasta el extremo, gráficamente normalucho, que podría correr sin despeinarse en PS3, y, sobre todo, vacío. Uno o dos enemigos por algún lado y ahí se queda la cosa.
Driveclub es la nueva apuesta de Sony en el terreno de la conducción. Los que esperéis un simulador, olvidaos, porque su mecánica es arcade total. Gráficamente es resultón, y opuesto a Forza: en esta versión, los coches tenían menos detalle, pero los circuitos estaban más cuidados que su competidor.
GT6, obviamente, es un jarro de agua fría tras venir de probar Forza 5 y Driveclub. Modelos más pobres, texturas peores… No vi nada que no me hiciese pensar «vale, un Gran Turismo más». Ni siquiera gráficamente.
PS4 estaba expuesta en una vitrina, junto a su mando y el Eye Toy. Es más bonita y elegante que Xbox One, lo cual no es ningún mérito. El mando, por el contrario, sale perdiendo, y lo dice una que siempre ha sido firme defensora del Dual Shock. Ojo, estamos ante un buen mando: han mejorado los gatillos y han cambiado la forma de las mancuernas y ahora son más redondeadas y se hace más cómodo agarrarlo, pero en mi opinión, gana el pad de la One.
PSVita pasó bastante desapercibida. Había muchas máquinas para probar, pero nadie les hacía ni caso. De nuevo, tenían más protagonismo títulos más que trillados como Sly o Jack&Daxter, lo cual no entiendo. Como novedad, estaba Tearaway, y aún así, tampoco atrajo muchas miradas.
Para terminar el tour por las tres grandes, había que dirigirse a Nintendo. Como poseedora de una 3DS iba empujada por el hype para ver dos juegos concretamente: The Legend of Zelda: A Link between Worlds y Bravely Default. Acompañando a estos dos títulos estrella, el resto del espacio lo ocupaban, de nuevo, juegos que no se han presentado en primicia en el evento: Pokémon XY, Profesor Layton y el legado de los Ashalanti, Fire Emblem…
The Legend of Zelda: A Link between Worlds. Qué decir, se me enamora el alma cada vez que me acuerdo. Hay gente que reniega de su aspecto gráfico, pero a mí no me desagrada en absoluto. Independientemente de que os guste o no, hay algo que no puede negarse: el 3D le sienta de maravilla, es una preciosidad. Podíamos elegir entre jugar en una mazmorra, la Torre de Hera, o en el exterior. Si Nintendo abandona la tónica que ha tomado últimamente de hacer juegos ridículamente fáciles, va a convertirse en un must have en toda regla.
Bravely Default también es precioso. Tiene un aire nostálgico a Final Fantasy clásico, una mezcla entre los diseños de personajes del III y los escenarios del IX. Diseño bonito, JRPG clásico y portátil. ¿Qué más se puede pedir? Ah, sí,una edición coleccionista sin un precio sangrante, por ejemplo.
WiiU era la gran protagonista del espacio reservado por Nintendo. Juré una y mil veces que esta consola no iba a entrar en mi casa porque ya hice el canelo en su día comprando 3DS de salida y Vita, y lo he mantenido. Sin embargo, he salido del evento con más ganas de las que entré de pillar una (ay…) pero pienso resistir hasta que tenga más catálogo y baje un poco de precio. Algunas cosas de las que disfruté, me pusieron los dientes largos:
Bayonetta 2 me dejó con la boca abierta. Frenético, divertido, desafiante, se ve de lujo y va completamente fluido. Ni un tirón, ni una rascada… Nada. Pinta de vicio y seguro que vuelve a ser un imprescindible dentro del hack&slash.
Mario Kart 8 va a vender consolas como churros. ¿Qué tiene de nuevo? Pues… Siendo sinceros y limitándonos a lo básico, no deja de ser lo mismo de siempre. Corre, usa ítems y llega el primero. Pero es que luce espectacular, el control es fantástico y las pequeñas novedades como lo de los coches magnéticos le dan más gracia al asunto.
Donkey Kong Tropical Freeze me dejó un poco fría (badum tss). Si bien es el primer Donkey en HD, gráficamente no me llama la atención. Los escenarios me parecieron poco cuidados, hechos con poco cariño… Lo mejor sigue siendo su dificultad desafiante, pero no pude evitar tener la sensación de que es más de lo mismo. ¿Demasiado continuista?
Super Mario 3D World mezcla lo mejor de 3D Land y Galaxy. Si bien en el E3 me pareció el enésimo refrito del fontanero en forma de port cutre desde 3DS, mi opinión ha cambiado tras probarlo. Los niveles de la demo eran un poco cortos, eso sí, pero tanto solo como en multijugador, es muy chulo. Así que, estoy ahí ahí, con sensaciones enfrentadas…
Aún me quedaba algo gordo por ver, y era a lo que más ganas le tenía. Tras 45 minutos de cola, por fin tuve en mis manos (o en mis ojos, más bien) Oculus Rift. Las cosas como son: tiene que estar perfectamente ajustado o no se ve bien, y la malla de la pantalla se aprecia perfectamente. «Pues menuda mierda». En absoluto. En cuanto consigues ajustarlo bien, se te olvida la malla, los píxeles y todo. Oculus Rift es como estar dentro del juego. Asomarme a un precipicio me causó vértigo, y tirarme desde él, fue una pasada. Quiero 10, ahora mismo.
En la zona de Namco Bandai, Dark Souls 2 era el protagonista indiscutible. Su aspecto gráfico sigue siendo genial, con ese toque gótico que tanto mola, pero a nivel técnico, era todo un desastre. Caídas de frames cada vez que el enemigo atacaba o que esquivabas. ¿Cosa de la beta? Visto el caso de la primera entrega en consolas… Ojalá. También estaban presentes Tales of Xilia 2, Tales of Vesperia HD, Dragon Ball Battle of Z u Hora de Aventuras: ¡Explora la mazmorra porque yo paso! y algunos títulos japoneses que no hemos podido catar aquí.
Poco más queda por decir. La zona retro la ha cubierto mi compañero TenzinHasekura con un reportaje genial que tenéis que leer, y los pabellones de Call of Duty Ghosts y FIFA14 no me despertaron el más mínimo interés. Como hice los deberes bien hechos el jueves, el viernes me acerqué con la intención de volver a jugar tranquilamente lo que más me había llamado la atención y… oh, sorpresa. Cola de más de 3 horas en Oculus Rift, una hora en PS4 y Xbox One… Una auténtica locura. Y con las entradas del sábado y domingo agotadas, no quiero ni pensar cómo se va a poner eso.
Así pues, ¿qué sacamos de la Madrid Games Week?
– El evento da la sensación de ser vacío y un poco pobre en contenidos. Mucho espacio dedicado a juegos ya vistos. Aún así, a quién vamos a engañar. Estas cosas molan mucho. Para los amantes de los goodies… Siento decepcionaros, pero hay muy poco que encontrar. Salvo Nintendo, que se ha estirado un poco más, el resto solo regalan pósters y realizan algunos concursos en los que dan premios más gordos.
– Las colas pueden llegar a ser interminables. Incomprensible lo de un solo Oculus Rift para toda la feria, cuando estaba claro que era una de las atracciones estrella.
–¿Dónde está el PC? Salvo en algún stand de los que se encuentran apartados por los laterales… Nada. Y no lo entiendo. Es la Madrid Games Week, no la Madrid Console Week. En PC también se juega.
– La nextgen me deja fría. No tengo ganas de comprar ninguna de las consolas de salida, ni PS4 ni Xbox One. Estamos ante un salto gráfico que dista mucho de los dados anteriormente. Las texturas y las iluminaciones son el punto fuerte, pero no os van a hacer abrir la boca ni por asomo. Sumadle a eso todo lo que me queda (y os queda, no sirve de nada el autoengaño) por jugar, y la respuesta para mí está clara.
– Vistas «las tres mosqueteras«, se pueden hacer comparaciones. PS4 y Xbox One presumen más de potencia bruta. Luces, texturas detalladas, partículas… WiiU sale perdiendo en los títulos menos cartoon, sobre todo en texturas, al lado de ellas dos, pero a cambio ofrece una mayor estabilidad técnica y, de momento, oh ironía, más títulos 1080p y 60fps que sus competidoras.
Ahora solo queda esperar, ver cuántos visitantes ha tenido la feria (que con entradas agotadas 2 de los 3 días, seguro que son muchos) y que confirmen la celebración de una segunda edición, esperemos, algo más completa. Recordad que seguimos cubriendo el evento en directo con el hashtag #AKBMGW, así que aprovechad para ver impresiones de estos días o para preguntar cualquier cosa que queráis saber.