Diablo III no levanta cabeza y, aunque ya lleva una semana a la venta, parece que le crecen los problemas. Graves incidencias de conexión a nivel mundial durante su estreno, mantenimiento de servidores europeos el primer domingo tras su puesta a la venta impidiendo la conexión de jugadores, desaparición de oro de algunos personajes, robo de cuentas, tener que volver a jugar la misma fase una y otra vez por no conectar, workarounds que te obligan a chatear para no perder la conexión… Todo esto pasando factura a su fan-base.
La lista de problemas parece no tener fin, y aunque Blizzard reacciona lo cierto es que el sistema seguro que obliga a estar conectado a Internet para jugar incluso al offline parece tiene muchas carencias y más efectos secundarios. Hay jugadores, como @Willorh, que se preguntan: ¿Me dejarán los servidores jugar, por fin, mañana? Y eso, si hablamos de un juego de más de 50 euros, me parece un atropello.