Ya lo he dicho en varias ocasiones. The Saboteur me pone. Me encanta su estética en un París ocupado por los nazis; me gustan sus cabarets; me gusta la historia de venganza y sobre todo, la aplicación del color para diferenciar el mundo que nos rodea. Si encima el juego va a tener un poquito de GTA, otro poco de Assassin’s Creed y algo de Splinter Cell, ya es que no lo voy a perder de vista. El gualtrú de a continuación es más breve de lo que nos gustaría, pero deja buen sabor de boca.