Ni Wiimote, ni sixaxis, ni mandangas por el estilo. Toda la vida lleváis soñando con ese mando de control que se adapte perfectamente a tu mano, que sea suave al tacto pero con la dureza suficiente para resistir tus embestidas, excitante y atractivo, que te permita usarlo sin problemas tumbado en la cama, que a la par de diversión ofrezca otra clase de estímulos, que nos permita hacer ejercicio sin cansarnos, que emita ruidos con su contacto y, a ser posible, que tenga un buen sistema de vibración y, obviamente, un force feedback que hoy por hoy nos parece imprescindible. Únicamente tiene un problema: es mucho más divertido con un add-on que se adquiere por separado… Ya podéis dejar de soñar. Éste es el mando de control del futuro. Y es de verdad.
El trabajo de mi tesis consiste en crear controladores de juegos dentro de la ropa de forma que los videojuegos sean disfrutados por jugadores que se tocan físicamente. El objetivo era investigar y crear objetos que compitieran con las nociones tradicionales de orientación en los videojuegos.
Os aseguro que hay add-ons de todos los precios, tamaños y colores
Ejemplo de uso del force feedback
Os aseguro que Pong aparece en el segundo plano
El mando de control forma parte de la tesis doctoral de Jenny L. Chowdhury, que pretendía estimular que las parejas compartieran esos momentos íntimos de vicio. La primera parte del proyecto fue desarrollar un controlador para jugar a todo un clásico, Pong, a través de un sostén. El sistema es bastante simple por otra parte y todos lo hemos disfrutado alguna que otra vez: moviendo cada pecho se mueve su respectivo stick en el que rebota la pelota, arriba-abajo, arriba-abajo, vosotros me entendéis pero si queréis verlo en acción…
Ahora sólo espero que lo adapten a nuevos juegos. Mi favorito, Wario Smooth Moves: «descorchar» una botella de champán, realizar «flexiones», «mantener» el equilibrio… Eso sí, adaptarlo al PES como que no.
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