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El fútbol ya no es lo que era

Algo se ha perdido por el camino. Algo no me cuadra. Casi parece que el género vaya hacia atrás como un cangrejo. Más allá de las buenas sensaciones que me dio PES 2012 en la Gamescom y de que FIFA 2012 ha pulido un poco más la fórmula que le ha aupado al trono de los juegos de balompie, ninguno de los dos se sigue pudiendo comparar a juegos que salieron hace más de 6 años para PlayStation 2.


Esta reflexión/lamento en voz alta, que asumo suena a abuelo vigilante de obras o de currante con un par de cervezas arreglando el mundo a las 20 de la tarde entre semana, es extrapolable a esta corriente de remakes que no aportan nada más que unos gráficos en HD no tan rehechos como alguno querría. Me refiero a los ICO, Shadow of the Colossus, God of War y Resident Evil, cuyos respectivos responsables han tenido a bien hacernos pasar de nuevo por la caja registradora con la cantinela de Los juegos ya no son lo que eran.

Las HD, la captura de movimiento de superestrellas, las bandas sonoras a lo Máquina Total y los innumerables modos de juego están ahí, eso no se puede negar. Y, sin embargo, yo lo daría todo por volver a sentir lo que un juego del 2006 me sigue ofreciendo, día a día. Aunque sea controlando a Ronaldinho y no a Alexis Sánchez.

No se puede esconder la evidencia: que las sensaciones que los PES clásicos proporcionan siguen siendo inigualables. Si quieres podemos hablar de que el último PES es, por fin, potable y que FIFA sigue refinando un sistema de juego de muchos kilates, pero eso no quita que sigamos estando muy lejos de algo que ya teníamos. ¿Eso es avanzar? ¿Eso es Next-Gen? ¿Qué me estoy perdiendo?

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