Imagina un Battlefield en modo multijugador. Sustituye las metralletas, granadas y demás armas ultramodernas por espadas, flechas y hechizos. Cambia a los marines por los héroes imaginados por JRR Tolkien y el resultado se asemejaría a lo que la gente de Pandemic imaginó a la hora de diseñar este El Señor De Los Anillos: La Conquista: Trasladar las gigantescas guerras de la Tierra Media al salón de tu casa. La mecánica está ahí, los personajes también, pero la jugabilidad y, sobre todo, el apartado técnico, parecen más propios de un videojuego de la pasada generación.
Eso no quita que ESDLA:LC sea una perita en dulce para todos los amantes de la mitología de Tolkien en general y de la trilogía cinematográfica en particular. El juego producido por Electronic Arts está repleto de guiños y de detalles que conseguirán cautivar al fan de Légolas, Aragorn y compañía. Por poner un ejemplo personal, en una partida multijugador, sin duda el modo más interesante de este ESDLA:LC, estaba enfrentándome a arqueros enemigos – y no precisamente en una posición ventajosa – cuando de repente apareció un Ent controlado por un jugador y acabó con ellos. Me quedé literalmente de piedra, era la primera vez que lo veía en el juego y aluciné, literalmente. Por un momento me aislé del justísimo apartado gráfico – Los límites de los escenarios con guerreros haciendo ver que luchan no es precisamente algo de lo que Pandemic deba sentirse orgullosa – y de un control demasiado brusco y poco agradecido. La magia de Tolkien se impuso a lo terrenal. Aunque, ya digo, tan sólo fue un momento.
Y es que aunque ESDA:LC no es ni de lejos el mejor juego basado en la lucrativa licencia, cuenta con grandes detalles que hacen que uno se pregunte hasta dónde habría podido llegar este juego si realmente se hubiera aprovechado el potencial de las consolas de la Current-Gen y se hubiera incluido un control más agradecido, al estilo God of War o incluso el de los primeros ESDLA de EA. Porque la propuesta de Battlefield meets ESDLA era muy buena sobre el papel, pero, por el motivo que sea – prisas, recortes presupuestarios, producción permisiva – el resultado no pasa el corte. Recomendable tan sólo para los freaks de Tolkien. Los que busquen simplemente un buen juego no deberían acercarse.