Otro año más llegaba la Madrid Games Week, el evento llamado a ser el de mayor relevancia de la industria de los videojuegos en España, y más si cabe cuando las pretensiones del mismo es ir creciendo y atrayendo mayores y mejores atractivos a esta feria. Pero este año parece ser que la Madrid Games Week se ha lanzado a un piscina con poco agua.
Todas las noticias que salían del evento hacía prever un enorme salto cuantitativo con respecto al año pasado, con 2 salas (bueno 1 y media) exclusivas para la Madrid Games Week y una de ellas más centrado en los eSports made in spain. Con la Social Nat como la asociación que se encargó de traer a los equipos y organizar los torneos/eventos durante los cuatro días de Madrid Games Week
En el otro pabellón nos encontraríamos con el lado más «comercial», las grandes empresas del sector dándonos a probar las mieles de lo que es el presente y el futuro de la compañía, bueno pero sin Microsoft, como gran ausente entre otros, que decidieron no asistir en detrimento de los asistentes ya que este año prefirieron montarse su propio evento.
Playdtation aprovechando la ocasión decidió comprarse el pabellón y ocupar más de 1/3 del mismo, espacio suficiente como para perderse cual Ikea. Oportunidad que no desaprovechó echando el resto y trayéndose de todo un poco, haciendo así las delicias de la mayoría de los asistentes que pudieron probar el Project Morpheus, Ratchet & Clank, Dogchild ganador de los PlayStation Awards junto a los nuevos participantes, e incluso el Uncharted donde te daban la oportunidad de probar la segunda entregad o tirarte desde una tirolina.
Pero habría más, de la mano de Playstation, Star Wars Battlefront llegaría con su gigantesco Tie Fighter, Ubisoft y Assassin´s Creed nos hicieron probar nuestra fe con su nuevo juego y saltando desde un campanario.
Par parte de la Gran N se presentó repitiendo la fórmula del año pasado, muchas consolas tanto 3DS como Wii U, una pantalla gigante donde se realizarían la mayoría de los «torneos» con Mario Maker como gran protagonista. Como gran sorpresa de la compañía nipona, pudimos probar en adelante el nuevo y esperado Star Fox: Zero, una mezcla del de Nintendo 64 y el Assault. Pero ahí se acabó la cosa, poco espacio y muy poco atractivo más para una Nintendo que sigue aguantando la vela.
Bandai Namco se supo ganar su cola de fans gracias al atractivo de Dragon Ball y a las pocas consolas con las que jugar a Dark Souls III. Ubisoft no solo vendría con Assassin´s, también se dejó ver Rainbow Six Siege, pudiéndose probar en solitario o de forma competitivo junto al primer equipo español de eSport.
Sin duda los rincones con más amor de la Madrid Games Weekn los encontraríamos de nuevo de la mano de BadLand indie y Made in Spain, quienes trajeron esos que tantos sueños e ilusiones desprendían, juegos cuyos desarrolladores te invitaban a probar su juego, que te pedían tu opinión para tomarla en cuenta en su juego y que al final acababas conociendo e incluso haciéndote amigos de ellos. En definitiva juegos que por poco presupuesto que tengan se te quedan en la retina si no podías llevártelos a casa.
Pero un año más a esos juegos que nos apaciguarían las horas en el evento y nos quitarían el mal humor del ajetreo y colas de las grandes compañía, se les relegó a una escuchimizado zona, donde podías encontrarte 4 juegos con sus respectivos desarrolladores en un metro cuadrado, provocando que la gente desistiera de ir a probarlos.
El puntazo de la organización fue que habiendo suficiente espacio a su alrededor como para haber hecho más grande el área de los juegos indies, dejaran calles enormes que a veces daba la sensación de que estuviera vació el pabellón. Mi pregunta es ¿No se les podría haber ampliado el área? Vamos un verdadero despropósito desde la organización haciendo que la gente, si se acercaba, no estuviera mucho tiempo debido al agobia.
Este año nos encontraríamos con otra zona debutante en la Madrid Games Week, la llamada Manga Experience de la mano de la Asociación Española de Amigos del Cómic, donde artistas noveles o de renombre trajeron al evento su arte con talleres, conciertos, actividades, cosplays, sesiones de firmas, comida oriental, karaoke y sobre todo mucho mucho merchandaising.
Volviendo al pabellón 8, el medio pabellón, y con la gran atracción de los eSports como único reclamo, si algo hay que reconocerles es del buen trabajo allí realizado. Tanto organización como Social Nat si supieron montárselo bien, con un espacio aún reducido, muy poca parafernalia de por medio, lograron ordenar su zona y crear varias áreas recreativas y de torneos junto a un gran escenario y una enorme torre desde donde se castearon las partidas que se daban en directo en la gran pantalla del pabellón.
En definitiva, ni más grande quiere decir mejor, ni este año ha sido un gran avance para la Madrid Games Week, cuya organización ha ninguneado a la prensa, ha pervertido el evento en cuanto a la venta de entradas y no ha sabido gestionar las largas colas que se han formado dejando a mucha gente fuera del recinto de IFEMA, sin cobijo, a la espera de que no les lloviera encima y les pudiera estropear sus Cosplays, que meses les ha costado, o tener que volverse a casa empapados. Por suerte no son los únicos que forman la Madrid Games Week y las empresas, cosplayers, desarrolladores, prensa y todas las personas que se pasaron por allí consiguieron que se olvidara lo malo y se volviera algo inolvidable.