Explorando que es gerundio: Análisis The Legend of Legacy HD Remastered

Después de unos ocho años de su salida en Nintendo 3DS, nos llega ahora una versión remasterizada de The Legend of Legacy que se beneficia de la tecnología actual además de salir en muchas de las plataformas actuales.

Por si no os llamó en su día o simplemente no conocíais a este JRPG, este título surgió como una especie de “back to the basics” donde parte de su base sirvió como molde de The Alliance Alive, que hace unos años también tuvo un tratamiento HD, ambos títulos originarios de la citada portátil de Nintendo que, a su vez, tenían cierta relación con la subsaga 4 Heroes of Light y sobretodo con los SaGa. 

Y no solo porque jugablemente tuviesen que ver, sino también porque muchos de los responsables de todos los títulos citados se reunieron en este proyecto de Cattle Call y Furyu. Un proyecto que con lo mencionado parecía concebido para retomar aires añejos con sus más y sus menos, pero que tampoco dejaba de lado la innovación en varios aspectos jugables. La verdad es que como carta de presentación todo suena bien, pero al final todo quedó un poco a medias. Veremos por qué.

Un título con aroma a añejo…

Una de las razones por la que se le puede comparar con algunas de esas franquicias mencionadas y algún Final Fantasy clásico es por tener una historia simplemente centrada en vivir una aventura. En su día llamó la atención saber que uno de los responsables de la historia fue Masato Kato, el guionista de Chrono Trigger y Chrono Cross. Pero al final su contribución se ajusta demasiado a contar una historia bastante simple: simplemente nos ponemos en el lugar de unos aventureros sin apenas contexto alguno e ir haciendo quests mientras intentamos saber más de ciertos misterios que nos atañen. 

Concretamente en este juego tenemos que explorar una isla que apareció hace relativamente poco en un lugar sagrado y que, dicen las malas lenguas, encierra un secreto que, como no, tendremos que averiguar. Para ello tendremos que ir cartografiando la isla y adentrarnos en sus profundidades para saber el origen de su existencia. Realmente narrativamente poco más hay, salvo la introducción en la historia de otro elemento del que deberemos de investigar: la leyenda de un santo grial que se dice que proporciona la vida eterna a quien beba de él. 

…sin dejar de lado la originalidad

Otra de las razones por la que se le puede comparar con juegos como SaGa está relacionado con aquello de aplicar una forma original de desarrollar nuestra party. En la práctica estamos ante simples combates por turnos, pero la gracia es que nuestros personajes no suben de nivel de manera tradicional, sino que van adquiriendo habilidades y mejora de stats a medida que batallamos.

Pero ojo, ninguno de ellos tiene una tabla ni ramificaciones ya preescrita de este tipo de técnicas sino que, según lo que vayamos utilizando en los combates, lo iremos aprendiendo en relación a eso. Dicho de otra manera, si hacemos mucho uso de ataques de fuego o con un tipo de arma, el personaje aprenderá técnicas más poderosas relacionadas con esto. Y no solo de ataque, también de defensa si un personaje suele ser curandero o tanque. Esto no siempre es así ya que te pueden asignar una habilidad no relacionada con lo que uno espera, pero principalmente así va la cosa. 

Forjando a nuestra party

Eso sí, no es que siempre funcione este invento ya que ciertamente obliga a grindear demasiado a menudo debido a que es posible que lo que hemos mejorado en un punto de nuestra aventura puede que no nos sirva inmediatamente a posteriori. Por poner otro ejemplo muy básico, si nos ha tocado potenciar nuestra salud hasta ahora, es posible que en la siguiente zona o jefe nos haga más falta tener más potencial de ataque.

Aún con sus más y sus menos, es una forma de moldear a nuestro gusto a nuestro grupo de una forma muy original. Relacionado con todo esto, hay que añadir que es muy importante la formación en los combates para contrarrestar la falta de habilidades que tengamos si nos toca combatir con un rival de un elemento efectivo contra nosotros o por ejemplo si queremos que haya un tanque y dos en una fila atrás para ir atacando sin piedad entre otros tipos de estrategias.

El «grindeo» está a la orden del día

Esto último es algo muy presente porque las batallas no son aleatorias…del todo. O sea, en los escenarios veremos a una especie de sombra-bulto que podremos evadir o no, pero nunca sabemos qué tipo de enemigo se esconde ahí. Es un detalle a tener muy en cuenta ya que la dificultad de los enemigos es más variable de lo que podemos esperar, por lo que siempre tenemos que estar alerta ante la posibilidad de morir. Y ojo porque en relación a esto hay otra cosa que me ha llamado la atención y es que se penaliza mucho el escapar de los combates, ya que si lo hacemos tendremos que empezar el area donde estemos en ese momento desde el principio. Sí, la dificultad, a no ser que «grindeemos» de lo lindo y sepamos hacerlo bien teniendo en cuenta sus peculiaridades, es bastante alta.

Por cierto, durante nuestra aventura en principio manejaremos a un grupo de tres, el que elijamos de los siete disponibles y de ellos dos más que se nos asignan con estadísticas complementarias. De esos personajes se nos presenta su trasfondo relacionado con la isla en la pantalla de selección, pero poco más sabremos de su contexto a posteriori ya que, como decía, en esencia son simples avatares con poca personalidad salvo algunos momentos donde dialogan entre sí sin profundizar demasiado. Ah, los demás personajes se nos irán apareciendo durante nuestra aventura ya que, debido a las diferencias entre ellos, nos hará falta contar en algún momento con la base elemental de cada uno de ellos.

La parte artística, la que más se beneficia de este remaster

Artísticamente es bastante bueno, con los característicos diseños de Ryo Hirao. Es a su manera (ya que se nota que es un juego que ya iba justo en 3DS) todo bastante bonito de hecho. Sobretodo cuando vemos que los escenarios a medida que los vamos descubriendo se nos despliegan como si de un diorama se tratara, haciendo de paso un símil con uno de los objetivos principales del juego que es simplemente ir recorriendo las localizaciones hasta el último rincón para completar los diferentes mapas, incentivando así la exploración.

Decir que las novedades de esta versión simplemente se concentran en aspectos técnicos, como una necesaria mejora de resolución y texturizado, mejorando por mucho a la versión original que, como decía, era un poco «regulera» ya en su día, en parte porque se comparó demasiado con títulos como Bravely Default, bastante más resultones y que contaban con modelos algo más estilizados en comparación con lo que ofrecía The Legend of Legacy. De la banda sonora a cargo de Masashi Hamauzu (compositor entre otros de la BSO de Final Fantasy XIII y del reciente VII Rebirth), poco que decir más allá de que cumple su función ajustando su intensidad en el momento oportuno.

Acabando

En fin, poco más. Decir que el juego además es realmente es larguísimo, de mínimo 40 horas. Y aunque está en inglés, lo cierto es, aún siendo un juego de un género tradicionalmente muy narrativo, no creo que sea un detalle tan determinante justamente en este título. Aunque bueno, aunque la historia no sea memorable, lo suyo siempre es localizarlo. Por lo demás, si no habéis jugado al original y queréis un juego con bastante exploración o, en su defecto, un JRPG de aventuras sin muchos mareos narrativos y os interesa especialmente la faceta batalla, The Legend of Legacy gustará, aunque es una pena que no fuese algo más ambicioso en líneas generales. [70]

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