Forza Horizon 2 DLC Storm Island, La Tormenta Perfecta

Tal y como sucedió con la primera entrega de Forza Horizon en la pasada generación y su DLC Rally, con su propuesta enduro, llega su sucesor espiritual a Forza Horizon 2 para Xbox One, con toda una declaración de intenciones en su título: Storm Island.

Haciendo honor al mismo, la nueva expansión en forma de DLC de pago nos propone una experiencia enfocada en un cambio climático más extremo, centrado en una nueva isla (a la que accederemos desde el puerto de Niza), y con una orografía mas apta para el desarrollo de pruebas offroad.

Por la mencionada parte climática, la novedad radica en un uso más intensivo y extremo de la lluvia, – en ocasiones torrencial-, unida al viento y a la presencia de niebla. No es algo que esté presente en todas las carreras, ya que muchas las disfrutaremos como si fuese una prueba más del mapa original, pero sí que componen la mayor parte del DLC. Uno de los aspectos más reseñables es, sin lugar a dudas, el momento en el que encontramos la fusión de todos los elementos climáticos, es decir: lluvia extrema, viento y niebla, en forma de una tormenta perfecta casi intimidatoria y donde se han cuidado detalles tan espectaculares como el movimiento de los árboles y arbustos, o la lluvia cayendo casi en horizontal arrastrada por la fuerza del viento.

Pero no sólo afecta en lo visual, ya que estos detalles se trasladan también al propio vehículo, el cual podemos dejar parado en cualquier momento para ver como se zarandea bruscamente por las mismas ráfagas que amenazan arrancar el follaje. Otro aspecto jugable a tener en cuenta es la reducida visibilidad a la que nos hará enfrentarnos la densa niebla, que fusionada con los tramos nocturnos nos pondrán la cosa realmente complicada, convirtiendo nuevamente las carreras en un puro caos, a la par que divertido y que se convirtieron instantáneamente en mis favoritas.

Pero nuestras penurias en la isla no terminan solo en la adversa climatología, ya que todas los caminos offroad sufren ahora de un mayor desnivel, más abruptos y sinuosos que las placenteras carreteras del continente, con zonas totalmente embarradas que harán más inestable y resbaladiza la conducción, unidas a algunos obstáculos colocados con muy mala baba a modo de separador de carriles (aunque eso sí, muy esporádicos), así como algunas rampas artificiales.

Aunque también tenemos la parte buena, ya que el DLC trae consigo mejoras específicas que podemos añadir a nuestros vehículos y destinada a que el contacto con el hostil entorno no se convierta en algo menos traumático. Para ello, Storm Island nos ofrece desde suspensiones más altas, a neumáticos específicos offroad, pasando por la retahíla habitual de extras, -menos específicos- como frenos, motores, alerones, etc.

En cuanto a eventos, la cosa va bien servida, con un total de 30 campeonatos que sumados al resto de eventos (con las ya conocidas experiencias vitales) suman un total de 90. Eso sí, no es necesario completar 14 para llegar a la final. La duración de los mismos dependerá como no, de la pericia al volante de cada uno, pero eso sí, mantiene la tónica de juego accesible y a no ser que juegues con opciones de simulación activadas, no te llevará más de una tarde llegar a la final (que no completarlo, ojo). El escenario es amplio si tenemos en cuenta que es totalmente abierto, aunque en realidad al final su uso práctico sean las carreteras y caminos, lo que reduce la parte jugable considerablemente, sobre todo, teniendo en cuenta el precio del DLC. Al margen quedan sus posibilidades online, que como siempre ampliarán la experiencia por muchísimas más horas y es donde realmente los jugadores exprimirán Storm Island.

Respecto a los vehículos, el pack viene acompañado de cinco nuevos elementos, a saber: el ya clásico Ford Fiesta XR2, el Mitsubishi Galant VR4, un Mini Countryman hipervitaminado con el sobrenombre de X-Raid All4, un impresionante Ford Ranger T6 Rallyraid y la bestia parda de 600 cv Robby Gordon #7 Speed Energy Drink Stadium Super Truck.

Gráficamente, Storm Island mantiene la tónica de su hermano mayor al conservar la estética tanto en la parte de vegetación como en la arquitectónica (más escasa que en el modo principal). Este aspecto continuista es quizás la parte más negativa que he encontrado en el DLC, ya que -y esto son meros gustos- podrían haberse distanciado hacia un ambiente con unas posibilidades más acordes a la parte extrema a la que hace referencia el título. Por ejemplo, me quedo con las ganas de ver zonas más montañosas, de vegetación aún más densa o incluso parajes nevados -con el consiguiente efecto de nieve, aún inédito en la saga-, más cercanos al norte de Europa.

Aun así, y ya en la parte mas graphicwhore, Storm Island sigue siendo ese portento y fuerza bruta gráfica que me dejó totalmente encandilado hace pocos meses. Por mucho que esta parte bestia intente deslucir el escenario, respecto a la parte bella de la zona peninsular, no lo consigue, y todos sus atributos siguen intactos. Continúa erizando el bello ver los reflejos de los árboles sobre el asfalto encharcado, un atardecer cobrizo sobre una colina o simplemente atravesar una zona boscosa mientras los abetos parecen querer engullirte por el azote del viento, más propio de una película de Tim Burton que de un arcade de velocidad.

Ya puestos a poner alguna pega más, me quedo con el detalle del precio, que si bien gracias al modo online puede ofrecerte ingentes cantidades de disfrute, el modo offline queda tremendamente limitado. Sí, es cierto que por 20€ euros Storm Island te ofrece algo más que el simple pack de vehículos habitual del género, de la misma forma es también lo es el hecho de que debería estar incluido en el pase de temporada, y no como un pago extra (10€ si eres poseedor del mismo).

Pese a todo aquello que los fans dejamos irremediablemente para un segundo DLC, este Storm Island amplía Forza Horizon 2 más allá de lo que esperábamos. Hay que valorar las cosas como lo que son, ¿y qué leches?… Storm Island es quizás uno de los mejores DLCs del año, y encima de uno de los mejores juegos del año. ¿Para qué más?. [90]