Gamescom - Día 4 desde Colonia

Hoy ha sido el último día con citas de empresas gordas en la Gamescom. Daba mucha pena ver cómo los PRs iban recogiendo los stands de la zona de prensa – la de público, así como la indie, dura hasta el domingo.

Edge of Nowhere

Otra Gamescom a punto de acabar, es una sensación agridulce porque hacía años que no preparaba la maleta para cubrir este evento, pero siempre da pena cuando ves que se ha acabado. O que está a punto de acabar.

Preveyendo que necesitaría una dosis extra de descanso tras la fiesta de Wargaming, hasta las 11.30 no tenía ninguna cita, para poder alargar un poco más el sueño. Aún así, el día ha empezado con sensación agridulce. Por un lado he conocido Crossout, un juego de diseño y creación de vehículos de combate, que luego tienes que poner a prueba en el campo de batalla. Me ha parecido un título curioso y con potencial para enganchar; por desgracia, por alargarse demasiado esta cita, me he quedado sin poder probar Morpheus.

Para compensar, he podido probar Eve y, sobre todo, Edge of Nowhere, en el stand de Oculus. El primero está curioso, el segundo es una experiencia ALUCINANTE, así, en mayúsculas. Como he leído por twitter, el futuro de los videojuegos tiene que pasar por la VR sí o sí. Es increíble lo que aporta el experimentar la acción desde las gafas de Realidad Virtual y eso que la demo de Insomniac es en tercera persona. En serio, la cosa funciona, admirar el escenario es increíble aunque no estés en los ojos del protagonista.

También he podido probar Gigantic, un juego del que Microsoft sacó pecho en la conferencia de Xbox y que supone la apuesta más fuerte en el género de los MOBA en lo que a consolas se refiere – también saldrá en Windows 10. Me ha parecido entretenido, aunque quizá la mecánica que te conduce a la victoria – debilitar 3 veces al Monstruo gigante enemigo – me parece demasiado exigente, por decirlo de alguna forma. Le falta el dinamismo que Gigantic podría tener perfectamente.

Fragments of Him ha sido la cita con mayor carga emocional de mi Gamescom. El dev me ha contado que el juego, el retrato de un trágico accidente, está basado en una historia personal y eso me ha dejado tocado. Con una mecánica que no afecta al desenlace del argumento – no hay nada que se pueda hacer para alterarlo -, la experiencia para Xbox One y PC, de menos de 3 horas de duración, intenta naturalizar el concepto de pérdida, acompañando en el viaje a diferentes personajes con diferentes relaciones con la persona fallecida.

Mi día en el recinto ha acabado pudiendo jugar 1 hora a PES 2016. El simulador me gusta mucho, los jugadores responden a la perfección y mecánicas clásicas como el pase al hueco – por arriba y por abajo – están ahí. El salto con respecto al PES 2015 es más que evidente pero las comparaciones con FIFA 16 son odiosas. Los dos son simuladores con muchas posibilidades, aunque de diferente corte, pero el paquete completo del juego de FIFA sigue estando a años luz en cuanto a producción, acabados, Ultimate Team…

Al final, escapadita a la fiesta de los juegos de Aventuras Gráficas, con Ron Gilbert saludando a los fans y repartiendo pins e imanes a destajo. Y por hoy poco más. Mañana ruta para visitar el pabellón indie, jugar a lo que se pueda a primera hora en la zona abierta al público y disfrutar de Video Games Live.

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