No me acabo de decidir sobre si el hype es bueno o es malo. Ningún juego me ha dejado de gustar o me ha llenado más por todo el ruido que lo envolvía, aunque lo que sí que tengo claro es que el hype regala focos a algunos juegos y entierra a otros. Aunque sean grandes títulos.
GOTY vestido de fondo de armario
Este Gravity Rush (SCE Japan Studio, 2012 (Vita), 2016 (PS4)), por mucho que tuviera muy buena prensa en su versión de Vita, ha llegado a PS4 por la puerta de atrás, sin hacer apenas ruido, sin generar más expectación que la de ser el anticipo de una segunda parte creada en exclusiva para la sobremesa de Sony.Y eso es, básicamente, una injusticia. Gravity Rush en PS4 es, posiblemente, de los mejores juegos de aventuras/plataformeo que he jugado en esta generación. Casi que no sorprende descubrir que el diseñador del juego es alguien del calibre de Keiichiro Toyama (Snatcher, Silent Hill, Siren): Gravity Rush hace tantas cosas bien que no puede ser una casualidad.
A nivel conceptual, definiría Gravity Rush como un inFamous a lo japo, con todo lo que eso implica. Estéticamente, sobre todo a nivel de personajes, parece un anime, y los personajes y argumento tienen ese toque nipón que se mueve entre el surrealismo y el drama. Sí, no es un juego TOP gráficamente, pero su nivel artístico compensa una buena parte de la simpleza visual del juego de Japan Studio.
Jugablemente se las apaña para no aburrir, y eso que no se puede decir que sea un ejemplo de variedad, pero los poderes de Kat, la protagonista, combinados con el apartado artístico del juego, se las apañan para atraparte tantas horas como te hagan falta para completar el juego. Y es que la capacidad de volar y de alterar la forma en la que la gravedad afecta a la protagonista es una auténtica gozada. Recorrer los escenarios buscando la próxima misión es un maravilloso placer.
Destacar que Gravity Rush, al menos su historia, te durará como poco 8 horas, dependiendo de lo mucho que te dediques a explorar los escenarios y a superar todas las misiones secundarias y recoger cuantas gemas se te pongan a tiro. Por cierto, el guión, de muchos quilates, está escrito por el prestigioso Naoko Sato (Siren, Silent Hill), que no para de sorprender con nuevas tramas, personajes y giros, además de un final que, sin entrar en detalles, deja en bandeja de plata el guión para la secuela.
Los combates, aunque puedan parecer en un principio algo caóticos, no tardan en convertirse en un ballet aéreo en el que el jugador tendrá todo de su parte para poder dominar un set de ataques que, combinadas con la capacidad de volar de Kat, evitará que cada nuevo enfrentamiento se convierta en un tedioso trámite y sí en una oportunidad para depurar nuestra técnica. A medida que avancemos en el argumento se irán desbloqueando nuevos movimientos que podremos utilizar para rejuvenecer nuestras sesiones de hostias, así como ir mejorando las habilidades utilizando para ello las gemas que podremos ir recogiendo por los escenarios; una actividad – la recolección de gemas – que podría resultar del todo insulsa si no se combinara con la exploración aérea utilizando los poderes de Kat, una actividad que me ha parecido sorprendentemente adictiva.
Gravity Rush es, por sus méritos y, siendo prácticos, por su precio – 25 € -, una compra obligada si, como yo, te lo perdistes en Vita. Si le hincas el diente descubrirás una aventura plataformera con mucho que ofrecer, tanto a nivel artístico como argumental, así como jugable. Uno de esos juegos de los que ya no quedan, por lo redondo que me ha parecido. [90]