"GTA 4 es tecnicamente mediocre"

Sí, viéndolo retrospectivamente era jodidamente distinto al resto de mis compañeros de clase. Tenía la Microhobby cuando mi compi de pupitre se mataba a pajas con el Lib, o algún Interviú -mangado a su padre-, y me pasaba las horas muertas dándole al maldito tornillito del cassette de mi Amstrad, intentando cargar los juegos de mi cinta TDK, mientras mis compis se golpeaban las espinillas jugando al futbito, gritando frases equivalentes al “tonight we dine in hell” en versión ochentera.

Ahora, las cosas no han cambiado demasiado… Porque sigo siendo jodidamente distinto.

Era un sentimiento que se había disuelto con

el paso del tiempo, las borracheras y la correspondiente integración social, pero que GTA4 ha vuelto a sacar del polvoriento y oscuro rincón donde yo mismo lo había recluido y exiliado al olvido.

Dando mi paseo diario por los post de Akihabarablues -ese blog que me martiriza-, he caído en el descuido de dar mi opinión -creo que conscientemente- sobre el popular título de Rockstar, intentando explicar un punto de vista indefendible –visto lo visto- : GTA4 es técnicamente mediocre.

Así que, después de la humillación a la que he sido y seré sometido en el hilo de las vanidades -que me ha recordado a los capones en el pasillo del patio-, me dispongo a plasmar mi punto de vista, ya de forma más distendida, para el regocijo y reflexión de todos – sobre todo de Kristian-, que por segunda vez en un día, me ha empujado al pozo de la discordia.

Hablar de GTA4, por sí solo, como juego, sería un mal punto de partida, si tenemos en cuenta la masificación informativa a la que se nos ha sometido, y que podría calificar de casi violenta. Así, que obviar todo el hype mediático del título de Rockstar a la hora de valorarlo es un error. La sobrecarga especulativa nos lleva a crear unas expectativas que difícilmente se cumplen, siempre proporcionales al tiempo de espera, y que en la mayoría de los casos termina devorando al propio juego.

Así pues, GTA4 no es sólo un videojuego: Es una especulación de proporciones casi bíblicas en la historia de los

videojuegos, maquinada con una premeditación tan calculada como vil, ante la que muy ningún aficionado ha podido permanecer indiferente, aislado o virginalmente desinformado. Ésta es una de las razones por las que se me antoja casi imposible que las publicaciones mediáticas que han lanzado las campanas al vuelo, en vanagloria de GTA4 –y que casualmente fueron las seleccionadas por Rockstar como ariete informativo- partan del punto de imparcialidad que esperaba como profesionales del sector.

A todo esto, y como otro contaminante más, algunos análisis de “10” fueron hábilmente editados antes del lanzamiento de título, algo que obviamente produjo una inercia de opiniones ya irreversible.

Centrándonos en el punto de discordia que nos ha traído aquí, y dejando bien claro la premeditación de los medios, y la consiguiente inercia que ha generado, divaguemos sobre el aspecto gráfico del titulo de Rockstar.

Creo que a estas alturas, debería ser innecesario explicar algo que se pone de manifiesto ya en los primeros minutos de juego, pero no. La ferviente idolatría, -peligrosamente fanática- de los fans me obliga a argumentar por enésima vez, la diferencia entre perfecto y

mediocre.

Estos fans ha querido hacer caso omiso a un entorno gráfico, que más allá de presentar molestos fallos, se convierte en un despropósito. Un despropósito que hubiese supuesto un linchamiento masivo en cualquier otro título del mercado, y que aquí se ha maquillado informativamente de la mejor manera posible: ignorándolo.

En el mejor de los casos, la prensa ha utilizado términos como “equilibrio técnico perfecto” y en otros, desafortunadas afirmaciones en las que se vanagloria el “alarde visual y las excelencias técnicas de esta generación”, en una dislexia mental que aglutina en el mismo párrafo, terminologías como “texturizados irregulares, planos y de baja resolución”, “popping”, “flickering” y “bajadas de framerate”, para terminar resumiéndolo en una “maravilla gráfica”. He rescatado este texto de una web española, pero podemos extrapolar todo esto a cualquiera de los medios más conocidos.

Ante esta situación, las publicaciones se han amparado en la quimera de un mundo visual que sólo existe en sus propias necesidades de hacer llegar al resto de usuarios algo tan relativo como sus gustos, y auto justificando así, que algo tan mediocre como su aspecto

gráfico, no puede interferir en el resto de cualidades –que las tiene y muchas- del título.

Mediocre principalmente porque en la armonía gráfica de un juego, se pretende siempre alcanzar la mayor calidad visual posible, sin entorpecer la fluidez y jugabilidad del mismo, y Rockstar ha conseguido justo lo opuesto. GTA4 no es armonioso consigo mismo, adolece de megalomanía y sucumbe irremediablemente a sus propias pretensiones, por culpa de una arrogancia gráfica sin parangón, que rompe las reglas del equilibrio grafico a las que tantas publicaciones han hecho referencia. No nos engañemos: GTA4 es todo lo que queráis gráficamente excepto un juego equilibrado.

Los fallos gráficos de los que hace gala, interfieren directamente en la jugabilidad, pese

a que su trama y acción pretendan eclipsarlo. Encontrarse de repente con objetos que aparecen de la nada, con ralentizaciones, texturas que se cargan a destiempo, atravesar una pared o quedarse atrapado dentro, luces y sombras intermitentes, y bugs de todo tipo hacen que la valoración global que podamos tener del juego, disminuya considerablemente, por mucho que nos atraiga el resto de factores. GTA4 es un título que evidencia por estos motivos un total descuido en la búsqueda de la armonía a la que hacíamos referencia, a base de imponer un acabado gráfico a una generación de hardware incapaz de asumir semejante tarea.

Existían soluciones, como reducir los límites de Liberty City, sus posibilidades, o cualquier otro factor atenuante, pero no. Era más fácil cargarlo con el lastre de una falacia gráfica que posiblemente la mayoría de fans ignorarían, absorbidos por el resto de cualidades. Y señores, un juego “perfecto” no se crea menospreciando factores.

Y no quiero que nadie se dé por aludido, la culpa de todo el sectarismo que he encontrado estos días la tiene cada peldaño de la escala, empezando por una compañía que en un descarado acto de control sólo contó con aquellas publicaciones de peso

y relevancia que pudiesen generar una corriente informativa que arrastrase al resto, pasando por las propias publicaciones que han eludido su profesionalidad y compromiso con los lectores, y terminando en los propios usuarios, los cuales, sinceramente, han actuado de la forma que me esperaba, con mezquindad e intransigencia.

Si, sigo siendo jodídamente distinto.

Señores, pónganse a los lados del pasillo.