Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) abre con un intenso plano secuencia de aproximadamente quince minutos de duración. El realizador mexicano es uno de los realizadores del Hollywood más mainstream que mejor entiende el concepto de plano secuencia como ya demostró con su espectacular Hijos de los hombres (Alfonso Cuarón, 2006).
Obviando los aspectos más o menos negativos de la cinta de Cuarón, sí que logra transmitir durante esos primeros momentos la sensación de pérdida espacial, desubicación física y la angustia de un accidente en las estrellas. El realizador consigue que el espectador sienta la sensación de estar en el espacio de tal manera que incluso un periodista le preguntó que cómo fue la experiencia de grabar en el espacio y Adr1ft de Three One Zero es lo más cercano a lo que podríamos llamar “Experiencia Gravity”.
Adr1ft llega de la mano de 505 Games como una experiencia genuinamente centrada en el uso de Oculus. Es cierto que desde que se publicó en marzo en Steam (la llegada a consolas todavía está por ver) la aventura espacial se puede jugar sin las gafas de realidad virtual. Sin embargo, después de habernos puesto en la piel de Alex Oshima uno no puede concebir recorrer los pasillos de la estación espacial siniestrada sin la Oculus en la cabeza.
Three One Zero ha diseñado una aventura de exploración espacial que tiene en la interacción con la realidad virtual su baza más espectacular. Hablamos de un walking simulator (aunque en el fondo nunca llegamos a caminar realmente, flotamos por ahí) en el que tenemos que descubrir qué le ha sucedido a nuestra estación espacial y encontrar la manera de volver a casa. De la misma manera que Gravity, aunque ambos son muy diferentes, comenzamos nuestra andadura en un accidente espacial. Despertamos después de estar inconscientes y no sabemos qué ha sucedido, flotamos con una cuerda (¿en el espacio se les dirá cabos?) al pie. La estación espacial está hecha trizas delante nuestra y nuestro traje espacial se encuentra dañado.
Adr1ft nos pone contra las cuerdas desde el minuto uno ya que debido a la fuga de oxígeno que tenemos en nuestro traje nos encontramos siempre al borde de la muerte. Nuestro medidor de oxígeno desciende de manera alarmante y para continuar con vida tenemos que ir encontrando botellas de oxígeno desperdigadas por la nave espacial. Adr1ft es una aventura contrarreloj ya que en el momento en el que nuestro traje espacial se quede sin oxígeno moriremos asfixiados.
Alex Oshima debe recorrer los restos de la estación espacial mientras trata de encontrar al resto de sus compañeros y tratar de descubrir qué ha podido pasar y los motivos del accidente. Recorrer los pasillos en gravedad cero no es algo sencillo y tardaremos mucho en cogerle el truco a los controles, con o sin Oculus, ya que nuestro traje espacial, dañado, no responde tampoco todo lo bien que debiera. Par descubrir qué ha sucedido con el resto de nuestros compañeros tendremos que explorar el esqueleto de la moribunda estación espacial y solucionar diversos puzzles para abrirnos camino hasta el regreso a nuestra querida Tierra.
La experiencia Adr1ft queda marcada por la utilización de la tecnología Oculus. Las gafas de realidad virtual nos permiten ponernos en la piel de Alex Oshima dentro del traje espacial. Uno tarda mucho en acostumbrarse a los controles y a la propia visión e incluso si uno ha probado anteriormente la tecnología tarda en darse cuenta de determinados detalles. Adr1ft busca que nos perdamos en la inmersión espacial que nos propone y uno de sus principales aciertos es convertirnos en Alex dentro del traje, no en el propio traje lo que se traduce en que nuestros movimientos de cabeza son los de Oshima dentro del casco. Acercaremos el rostro al cristal quebrado, leeremos las señales vitales de nuestro traje en el casco y podremos observar alrededor nuestra de manera limitada. Para mover la visión tenemos que utilizar el mando para desplazar nuestro traje con los pequeños propulsores que tiene y mirar a nuestro alrededor. Rápidamente uno se se siente completamente inmerso en la angustia espacial que nos propone Adr1ft y nos encontramos mareados y desorientados al flotar en la gravedad cero. Orientarse sin tener muy claro qué es arriba y qué es abajo es algo muy complejo y Oculus nos mete de lleno en la angustia que sintió el personaje de Sandra Bullock.
En Adr1ft moriremos mucho. El control, la visión de Oculus y la propia disposición de la nave destrozada y los puntos para recargar el oxígeno nos pondrán contra las cuerdas en numerosas ocasiones. El mero hecho de tratar de coger una botella de oxígeno flotando en en un laboratorio se puede convertir en una de las tareas más complejas que hayamos jugado nunca. Las físicas de la gravedad cero influyen de sobremanera en las propias mecánicas y en nuestro agobio. Por supuesto no nos encontramos ante un simulador de gravedad cero pero sí ante un título que se acerca al asunto de una manera directa y realista más allá de los pequeños niveles de flotación de un Dead Space (Visceral Games, 2008). Todo flota y se mezcla delante de nosotros; bolsas de tierra con plantas, papeles, piezas, agua y nuestras preciadas botellas de oxígeno. La sensación de desorientación y agobio en Adr1ft se llega a hacer verdaderamente intensa en apenas unos minutos.
El apartado sonoro acompaña a la perfección a nuestra aventura espacial. El sonido apagado dentro del casco, las comunicaciones entre ruido blanco o los pocos datos que nuestro ordenador personal es capaz de proporcionarnos. La respiración de Alex Oshima se convierte en la banda sonora de la angustia, a medida que perdemos oxígeno iremos hiperventilando creando en nosotros una poderosa sensación de angustia que alcanza su clímax al asfixiarnos. Todo esto queda potenciado al extremo por la utilización de Oculus y la inmersión es completa (obviamente si no tenemos ningún tipo de problema con la tecnología).
El título diseñado por Three One Zero se puede alargar durante unas tres o cuatro horas (siempre en función de nuestra capacidad de exploración, claro). Los desarrolladores han tenido bien claro que el tiempo medio de uso de las Oculus puede verse muy influenciado por nuestra propia capacidad; uno puede marearse en apenas diez minutos o aguantar sin ningún problema durante largas sesiones de juego. Si todos los títulos desarrollados para la tecnología VR nos transmiten lo mismo que Adr1ft podemos augurar un futuro más que potente para la tecnología. Sin lugar a dudas el juego de Three One Zero es una de las mejores cartas de presentación para la tecnología de la Realidad Virtual.