Quedan solo dos semanas para que el que es en mi opinión mejor juego del catálogo de Wii U cumpla dos años, Mario Kart 8. No es solo la mejor entrega de la saga en términos generales -favoritismos aparte-, sino que creo que va a envejecer la mar de bien. Vaya obra maestra de título, que me sigue atrapando como pocos cada vez que lo visito.
Cuando pude hacerme con mi copia de Mario Kart 8 ya había echado muchísimas horas en el Carrefour de mi barrio, que llevaba con una copia del juego final desde más o menos dos semanas antes de ponerse a la venta. Las sensaciones, en su momento, me parecieron increíbles; de hecho, ahora leo el análisis que publiqué en AKB y veo lo mucho que me gustó el título. Para más inri, los dos magníficos DLC con 16 nuevos circuitos por 12 euros. Creo que no he invertido tan bien esa cantidad de dinero nunca antes en un videojuego.
¿Hay mejor banda sonora en un Mario Kart?
Los 200 centímetros cúbicos fueron la gota que colmó el vaso, pero ahora que ha pasado otro año más desde entonces sigo enamorado de una obra donde Hideki Konno llevaba razón, porque además de ser el más balanceado es también el que mejor ha entendido cómo hacer algo bonito en lo visual y bonito entre manos.
Este fin de semana, mientras digería Uncharted 4, volví a Mario Kart 8, y ha sido un error. ¿Ahora cómo lo dejo? Me vuelven a entrar dudas sobre cómo es posible que de los doce millones de unidades vendidas de Wii U no haya doce millones de jugadores de Mario Kart 8. ¿Qué sensaciones te proporciona el juego a día de hoy?