Estoy encantado con Helldivers. El juego de acción recomendadísimo por Tibu se ha revelado como una fusión de Destiny e Ikari Warriors, una perla a medio camino entre lo indie y los Triples A, con un apartado técnico que esconde trazas de virtuosismo.
El paquete en si es de juego con pinta de last gen pero con una jugabilidad de esas que te hacen dejar el mando a las 5 de la mañana, sin acordarte siquiera de cuánto te embarcaste en una partida sin – potencialmente – fin.
Así es Helldivers, un título que te mete en la piel de un soldado en medio de un conflicto intergaláctico en el que nuestro papel es freír a todo lo que no sea humano. Con un argumento y maneras robadas a punta de pistola a Starship Troopers, este juego exclusivo de las consolas PlayStation – PS3, PS4 y Vita – es uno de esas creaciones que hacen que te preguntes hasta qué punto hay que seguir buscando el virtuosismo técnico en vez de volver a las raíces de la diversión. El juego de Arrowhead lo hace y consigue crear una experiencia que no está muy alejada de esas bombas de jugabilidad que eran los recreativos.
Un montón de armas a desbloquear, tácticas que te permitirán invocar desde cañones a jetpacks, pasando por mechs armados hasta los dientes, realmente Helldivers tiene potencial para convertirse en uno de esos juegos de cabecera a los que nunca le haces ascos para un par de partidas más o menos rápidas. Si tienes 20 euros y una PS4, Helldivers debería ser tu principal objetivo del bazar de PlayStation – solo está en digital. Te recomiendo que le eches un vistazo a los vídeos que acompañan este texto y veas de qué va una de las primeras sorpresas – por no decir tapados – que nos ha traído el 2015.