Namco me ha sorprendido. No tenía especiales esperanzas en este juego, pero después de alucinar con el altísimo nivel del tráiler estilo cinematográfico que la compañía nipona ha mostrado en el TGS, he de reconocer que tenía cierto monillo por probar la demo del Bazar. Lo primero que llama la atención es el hecho de que pesa menos de 400 megas, que comparadas con la giga y pico que ocupa de media una demo, la diferencia salta a la vista.
Una vez en faena, el aspecto gráfico no sorprende, pero convencerá a los fans de la serie. Lo más destacable, por supuesto, es el modelado de los aviones. Están implementados hasta el mínimo detalle, con un montón de partes móbiles cuyo nombre desconozco pero seguro que chiflarán a los freakies de los aviones. Los escenarios no están mal, pero las ciudades no pasan de ser circunstanciales maquetas que deben su simplista acabado a la necesidad de no sobrecargar el motor gráfico con algo que no pueda volar. En lo que respecta a la jugabilidad, se puede decir que nada ha cambiado desde el primer título de la serie. Acción muy arcade y un control fácil, directo e intuitivo. Vamos, un auténtico gustazo para los que no son amigos de los simuladores pero no quieren dejar de pilotar un águila de hierro.
Namco ha hecho su trabajo, y su exclusivo título para 360 apunta maneras. No me extrañaría que se convirtiera en uno de los juegos de acción más exitosos para la consola de Microsoft. TIempo al tiempo.