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DmC

Aunque no contaba con ello, pudimos darle un tiento al lavado de cara de la franquicia Devil May Cry, el cariñosamente renombrado como DmC. Y debo decir que lo nuevo de Dante me recuerda horrores a Bayonetta.

No me malinterpretes, a mi Bayonetta me encantó, pero eso no significa que ese enfoque le venga bien a la saga, a no ser que quieran hacer una especie de cross over entre videojuegos. Lo cual, por otra parte, no me sorprendería lo más mínimo, la verdad.

Si has jugado a Bayonetta, será la primera referencia que te venga a la mente en cuanto te pongas en la piel de Dante y es que el sistema de ataque y combos es muy muy parecido a éste, auque no así el de puntuación. A favor de DmC hay que decir que el sistema de combate resulta muy intuitivo, pudiendo disfrutar de una demo del mismo sin mayor complicación, lo cual se agradece, puesto que un control bien adaptado en un hack’n slash es todo lo que se puede pedir a un título como DmC.

Las batallas son brutales. No hay demasiados enemigos por pantalla, al menos no en la parte del juego que pude probar, lo cual en cierto modo también es de agradecer, porque al ser bastante resistentes, pude probar los controles ensañándome a voluntad con cada uno de los extravagantes esbirros que iban apareciendo. Esbirros muy bien educados, por cierto, de esos que esperan a que termines con un compañero antes de atacarte. así da gusto. El escenario mostrado, si bien tiene un enfoque oscuro y siniestro, resultó, bajo mi punto de vista, demasiado luminoso, brillante, por decirlo de alguna manera. Quizá tanta luz estaba justificada por el avance del argumento, pero eso es algo que se me escapa por ahora.

Dante en DmC tiene una estética más propia de corista de Lady Gaga que de un Demon Killer

No pude probar DmC tanto como me gustaría, y confieso no ser un experto ninguna de las anteriores entregas de Devil May Cry, pero habiendo probado DmC con los ojos y las manos de un buen amante de los hack’n slash, el sabor que se me quedó tras cortar y despedazar fue más bien agridulce. Esperemos que la versión final de DmC compense sus sutiles carencias con un argumento más que interesante.

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