Probamos la demo de CloverPit: terror y comedia en un rogue-lite

Las demos son un elemento esencial que beneficia tanto a la industria cómo a los desarrolladores y los jugadores. CloverPit es un rogue-lite desarrollado por Panik Arcade dónde el objeto de cambio y avance en la historia es una máquina tragaperras.

Sí, lo sé: EW

Este sentimiento fue derivado de mi asco por prácticas que rozan las zonas más grises y de la semejanza con juegos de «jugador atrapado en sitio» como es el Inscryption. Por suerte, mi curiosidad por conocer todas las formas que puede tomar el videojuego superaron este prejuicio y al menos me atreví a ver el trailer. Si no me llamaba, ni lo probaba.

Huelga decir que aquí estoy con una grata sorpresa. CloverPit (al menos en su demo) comienza atrapándote en una sala cerrada con una tragaperras, un terminal, un teléfono, una mini-tienda y un suelo rejado que lleva a un pozo sin fondo.

En resumidas cuentas, o pagas tu deuda o caes. Tu única oportunidad es aprovechar los recursos y combinar los amuletos de la suerte de la mejor forma posible para que, cuando tires de la palanca y suene el duuulce, duuulce sonido de los rodillos girar, y doblegues la suerte a tu bando.

Este baile entre el azar y la construcción ladrillo a ladrillo de una combinación perfecta que consiga sacarte piezas de un solo tipo y, por consiguiente, ganar en cada tirada, crea una experiencia que se balancea entre el ludo y la patía.

Lo que salva a Cloverpit, y me lleva a querer saber más, es la intriga intrínseca de cualquier buena historia. Las ganas de querer bucear que traen últimamente una serie de juegos pequeñitos que basan su acción en un entorno pequeño, repleto de tareas repetitivas y con una ambientación tétrica, como ya consiguió Threshold a finales del año pasado.

Todavía queda ver desde dónde partiremos en el juego final y, sobre todo, hacia dónde iremos tirando de la palanca a cada paso. Podéis probar ya mismo CloverPit en su página de Steam y esperar al 26 de septiembre para haceros con él.

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