Braid empieza muy bien. Aterrizar en un juego sin diálogos, escenas con vídeos interminables o animaciones fruto del script es algo poco habitual, le da un toque fresco que se agradece en un juego que se presupone Arcade. La presentación, en tonos pastel, entra por la vista, y soporta muy bien el desgaste que sufrirá por todo jugador que se embarque en el reto de completar los puzzles que pueblan cada uno de los niveles del juego.
Porque Braid es, en esencia, un puzzle. Endulcorado con muchas plataformas y cientos de enemigos prestados extraídos – junto a infinitas referencias como la estructura de los niveles, la banderita de final de fase, el monstruo final cada x niveles – directamente de Super Mario Bros., Braid confundirá al jugador ocasional, el cual puede caer en la conclusión precipitada de que se trata tan sólo de un descaradísimo clon de ese monumento a la jugabilidad que fue el primer Mario de la NES. Ni tan sólo los poderes de Ted, el protagonista, que evocan a los vistos en el poco glorioso Blinx, se antojan originales. Pero tras horas de juego, tras sesiones non stop intentando recolectar cada una de las piezas en las que se dividen los cuadros de los niveles, uno alcanza a atisbar la grandeza de Braid. Un título de corte singular sin parangón en consolas comerciales, jugar a Braid es equiparable disfrutar de un manjar para sibaritas, un capricho que, a pesar de su excelso sabor, no todos los paladares sabrán apreciar.
La presentación de cada mundo-habitación es una reveladora pista de que Braid tiene personalidad propia. Elegante como ella sola, en un ejercicio de autosuficiencia viniendo de un juego que ocupa tan poco y que sacará los colores a los DVDs y BluRays repletos de gigas, los libros que narran la historia de Ted y de su anhelada princesa crean, junto a la emotiva y embriagadora banda sonora, una ambientación mágica, que traslada al jugador a un mundo que escapa de la fantasía «infantil» de tantos y tantos juegos.
Braid es, en definitva, un capricho, una delicatessen, un Señor Juego que se aleja de los títulos más asequibles y que esconde bajo su manto de plataformas inofensivo todo un mundo de matices emocionales convertidos en retos que es un delito en primer grado afrontar con una guía. Visitad todos los mundos y después rejugadlo, ya veréis como vuestra mente, en una segunda/tercera/enésima oportunidad, es capaz de revelaros la clave para completar la experiencia Braid. Porque completar un puzzle en cada mundo es potenciar la sensación de que estamos viviendo jugando algo mágico. No os lo perdáis.
Braid es un videojuego disponible en el Bazar de Xbox 360