Kunitsu-Gami, un mix de géneros japoneses

Capcom deja de lado temporalmente sus Monster Hunter y Resident Evil para recordarnos que todavía conservan ese interés por no solo crear nuevas franquicias, como en el caso de este Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, sino también por el folclore japonés que tan bien aplicaron en juegos como Okami o Devil Kings/Sengoku Basara.

Y es que estamos ante una nueva IP que recupera esta vertiente tan llamativa e interesante aplicada de una manera más valiente y efectiva de lo que podría uno esperar debido a varias vueltas de tuerca que han conseguido adaptar a un juego que, en esencia, no deja de ser un Tower Defense. 

Purificando lugares sagrados

Pero vayamos por partes. Decir que en Kunitsu-Gami: Path of the Goddess manejamos a Soh, el guardián de una sacerdotisa llamada Yoshiro que deberemos defender debido a una misión que deberá cumplir: purificar el monte Kafuku de una sustancia negra que engulle todo lo que ve por culpa de la corrupción motivada por los Arreptos, unos seres demoníacos que se transportan al mundo terrenal mediante toriis (las típicas puertas sintoístas) infectadas que tendremos que sellar mediante una ceremonia religiosa. Pero claro, estos enemigos no nos lo pondrán fácil, ya que han dejado el monte hecho unos zorros y no paran de atacar, por lo que toca trabajar de lo lindo para restaurar el lugar

Preparándonos para las oleadas de enemigos

El caso es que para hacerlo deberemos seguir una estructura muy marcada basada en el ciclo día y noche. Básicamente el loop comienza al amanecer yendo a un lugar infectado de estos yokais que tendremos que purificar (de manera cronometrada), ya sea simplemente acercándonos a ciertos lugares en cuestión o matando los bichos que veamos y que nos darán ciertas recompensas.

También veremos a gente infectada que, una vez salvados, podemos utilizarlos para que nos ayuden a quitar obstáculos y conseguir recompensas (principalmente orbes que sirven como una especie de divisa), encender luces en el escenario o restaurar puntos defensivos del sitio. En estas fases también tenemos que ejecutar la mecánica principal para pasar de nivel, que es marcar el camino a la sacerdotisa hasta el tori de salida.

El caso es que la chica se toma su tiempo en esto, así que lo normal es que caiga la noche. Ahí es cuando empieza la parte de «acción defensiva», ya que desde ese torii infectado empezarán a aparecer enemigos varios que tendremos que ir eliminando, y con cuidado de que no ataquen a la sacerdotisa. Para ayudarnos a esta tarea tendremos la oportunidad de utilizar a los aldeanos que hemos salvado anteriormente y asignarles clases varias que en un principio serán algo estándar, como los arqueros o leñadores, para que nos ayuden a disuadir al enemigo. Más adelante, cuando vayamos recuperando una serie de máscaras, habrán otras clases más, como el luchador de sumo (básicamente, un tanque) y otros más de apoyo como el chamán.

Gestión de asentamientos

Entre las oleadas de combates y purificaciones del lugar, cada sitio conquistado nos servirá de base. Aquí se incluye otra mecánica más relacionada con la gestión. Básicamente, al ir restaurando cada uno de esos espacios y construyendo nuevos edificios, obtendremos recompensas que van desde los puntos de mejora de nuestros personajes a nuevos slots para asignar nuevas habilidades a nuestro protagonista e incluso reunir entradas que nos servirán para obtener información variada de este mundo tan espiritual.

Por supuesto, aquí podremos conseguir nuevas armas, guardar la partida, interactuar con los habitantes y animales que pululan por ahí e incluso dar a la sacerdotisa pasteles de un local real de Kioto como ofrenda. Esta parte ciertamente se agradece mucho porque deja de lado la presión del ciclo día y noche.

Enfrentamientos contra jefes

Ojo porque hay otro elemento a añadir, que es el de los combates contra jefes que significan el final de la fase en cuestión. Quizá es el punto donde más he notado el aumento de dificultad a medida que avanzaba ya que hay algunos enemigos más complicados de lo que pueda parecer. Y es que aquí no solo hay que tener en cuenta la defensa de la sacerdotisa o nuestros aliados, también resulta que los jefes tienen patrones de ataque/defensa y aliados propios, entre otros, por lo que hay que estar lo más preparado posible antes de adentrarnos en este tipo de duelos. Por supuesto, a medida que avanza la historia, nos va a tocar idear y ejecutar diferentes estrategias mientras le damos de lo lindo al contrincante, ya sea de manera directa o indirecta.

La variedad, uno de sus puntos fuertes

La verdad es que una vez visto lo anterior queda claro que Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es una mezcla bastante interesante ya que aúna varios géneros que han quedado implícitos en el texto. Por un lado tenemos estrategia en tiempo real, que es cuando tenemos que posicionar a nuestros reclutas por el escenario y que también podremos cambiar de clase, curarles y también darles indicaciones concretas y grupales. También hay un claro componente Tower Defense, ya que tenemos que evitar que hagan daño a la sacerdotisa, por lo que distribuir bien a las unidades es vital. Y, por último, acción ya que nuestro personaje puede hacer una serie de combos, esquivas y guardias. No es que en este aspecto sea muy profundo, pero da el pego.

Decir que otra de las virtudes de Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es su forma tan especial de escenificar su historia, ya que apenas hay voces y texto. Es un juego donde la narrativa se nos va contando con pequeñas acciones de los personajes y la transformación de los escenarios, y que de esta manera refuerza ese toque misterioso y espiritual del juego. Aparte, la música de acompañamiento me ha gustado mucho y casa con esto que mencioné, ya sea por esas piezas crepusculares de la parte de gestión como la más orientalista y demoníaca de los combates. Y sin olvidar el apartado artístico, no solo de los personajes o enemigos, sino que de vez en cuando nos obsequian con ilustraciones ikuyo-e muy chulas que ayudan a entender mejor los hechos. En fin, que audiovisualmente es muy bueno.

Algunas taras…

Eso sí, no todo es ideal. Aparte de que algunas veces las indicaciones a nuestros personajes no van del todo bien, principalmente lo que no me ha gustado mucho es que me ha dado la impresión de que he tenido que volver a repetir fases para conseguir mejoras que hacen falta en algunos enfrentamientos. También debo decir que me ha parecido bastante complicado en según qué duelos, lo que me ha hecho volver a intentar ciertos combates debido a que en la primera vuelta hay que acertar con la estrategia, por lo que a veces mi experiencia ha resultado algo tediosa en ese sentido. 

Por ejemplo, para conseguir matar al primer jefe “real” después de varios intentos, he tenido que hacer que mis acompañantes defendiesen a la sacerdotisa, mientras que mi personaje ejercía de un señuelo que no paraba de morir a cada diez segundos (resucita al poco tiempo) debido a los ataques imparables de un enemigo del que tocaba alejarlo del lugar que teníamos que salvaguardar. El caso es que cuando se entiende esto, es bastante gratificante ver que estrategias por intuición pueden salir bien aunque a veces cueste dar con la solución.

…y altibajos que me he encontrado

Otra cosa que no me ha terminado es la gestión de personajes, tanto en los pueblos como en el combate, ya que deja un poco que desear por cosas como el tener que asignar habilidades desde el menú de gestión que está inesperadamente mal montado. Por decir una de tantas, resulta que hay como medio centenar de “perks” y la lista no se ordena de una manera que, por ejemplo, tengamos al principio las que tenemos. Así que hay que ir pasando las numerosas páginas hasta tener la suerte de ver alguna de las desbloqueadas. Por otra parte, los proyectos de restauración se acaban según completamos enfrentamientos. En principio no hay problema al respecto, pero esto me ha hecho pensar en muchas ocasiones que han metido con calzador esto de ir repitiendo combates ya desde el principio de este título. 

No sé, el juego ya es largo de por sí (algo más de veinte horas) y no hacía falta alargarlo a veces de esta manera algo tediosa. Aunque es cierto que hay motivos para rejugarlo, ya que hay retos como acabar con cierto enemigo en menos de un minuto y cosas del estilo. Más allá de detalles como que para curar a un compañero hay que acercarse a él para desplegar un menú y ejecutar la acción desde ahí, lo anteriormente mencionado es lo que no me ha terminado del todo. Pero más allá de estas “pequeñas” quejas, tengo que decir que me ha impresionado más de lo que esperaba gracias a las muchas virtudes que he ido mencionando, como la parte artística y la fusión de géneros. En fin, que vale mucho la pena y más cuando sale a precio reducido. [81]



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

17 − catorce =