Esta noticia no creo que pille a nadie realmente desprevenido: el E3 2020 ha sido cancelado por el coronavirus. Como ya había pasado con anterioridad con la GDC, ahora le ha tocado el turno al E3. Un punto de inflexión marcado por una crisis mundial. Aún no está anunciado oficialmente (ha sido una filtración en Bloomberg).
Un futuro incierto para la feria
Ahora mismo se nos presenta un panorama totalmente difuso en el horizonte. Si bien es cierto que durante los últimos años el evento había ido perdiendo fuelle al irse algunos de sus mayores ponientes (véase a Playstation) o que, al haberse abierto al público, había perdido parte de su esencia, seguía siendo la feria de referencia mundial y donde se realizaban gran parte de los anuncios importantes de los videojuegos.
¿Cómo puede afectar esto al E3 2020? De momento se está barajando la posibilidad de hacerlo online, pero sigue habiendo un problema: los publishers. La feria seguía teniendo esa función de juntar indies y publishers para lanzar juegos que de otra manera no podrían salir en muchas plataformas. Esta era una de las motivaciones de los desarrolladores independientes de conseguir asistir a la feria, al igual que intentan ir al PAX, al Tokyo Game Show y demás ferias grandes. Con todos los ojos puestos sobre la convención, es un must para cualquier indie con pretensiones de lanzar su producto de manera exitosa enseñándoselo a las empresas de publishing de videojuegos más importantes del mundo.
Sin gente y sin estas reuniones, ¿qué le queda a la feria entonces?. Los anuncios se han ido diluyendo con el paso del tiempo y no me sorprendería ver a empresas lanzarse a la aventura de los Directs para centrar la atención de los medios solo en su compañía. Esto podría ser la estocada mortal que le faltaba a la macrofiesta de los videojuegos de Los Ángeles. Sin lugar a dudas, es un punto de inflexión en la industria que podría cambiarlo todo. Que el E3 2020 haya sido cancelado es desde luego algo que debemos seguir, porque de las consecuencias depende la industria.