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Lego 2K Drive, Forza Horizon meets Mario Kart

Qué bien me lo he pasado en las horas que le he podido echar a Lego 2K Drive, el sorprendente videojuego de conducción arcade basado en los juguetes de las piezas. Su propuesta, en principio simple, queda simplemente ahogada por unos niveles de producción que lo hacen todo menos dar por sentado que echar mano de Lego es suficiente para nada.

La factura técnica está tan cuidada que me ha cogido a contrapie. Visualmente es una delicia, incluyendo el agua, que es una absoluta virguería. El doblaje es del nivel de las mejores películas, series o videojuegos, pero lo que le da una dimensión salvaje es la localización y la calidad del guión. Cada palabra, cada título está escogido a la perfección con el objetivo de hacerte sacar una sonrisa, no hay nada que se haya dejado a la casualidad, hasta el punto que parece una sucesión de brillantes monólogos.

Lo que tendremos que hacer es ir completando pruebas subiendo de nivel a nuestro personaje para ir desbloqueando nuevas misiones que irán, a su vez, habilitando nuevos escenarios temáticos que visitar. Las pruebas se dividen entre carreras y pruebas de habilidad en las que utilizaremos nuestro vehículo de formas pocas convencionales, como para repeler ataques de zombies o para recolectar piezas desperdigadas por los niveles, entre otras muchas cosas.

El core, las carreras de velocidad, son muy del estilo Mario Kart, en las que los potenciadores y la constancia son los ingredientes básicos para aspirar a ganar las carreras. Estas son muy caóticas, nada que ver con el arcade más refinado que es Forza Horizon, otra de las grandes influencias de este Lego 2K Drive.

Una gran cantidad de contenido -incluyendo pase de temporada- y las opciones de trastear con el editor de vehículos para modificarlos a tu gusto – muchísima curiosidad de ver lo que es capaz de crear la comunidad – son elementos de los que apenas he podido atisbar el potencial y que pueden acabar catapultando a Lego 2K Drive a juego de fondo de armario al que regresar en cualquier momento. Una gozada.

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