Los juegos de NMC: caminando hacia la cima en A Short Hike

He estado muy tentado de no escribir un texto per se y, simplemente, acompañar imágenes de A Short Hike con el texto “salgamos de paseo”. Ahora incluso me arrepiento un poco de no haberlo hecho, porque esa frase define perfectamente el producto que tengo frente a mí, girando levemente la cabeza, en mi segunda pantalla.

A Short Hike

Un paseito, ¿te apetece?

No pocos son los juegos cuya mecánica principal es andar. Incluso, de manera popular, les hemos dado una denominación clara, los llamados walking simulators. Juegos donde andar constituye nuestro principal medio de avance a través de una historia generalmente narrada y pasillera. Pero, ¿y si hacemos lo contrario y, en lugar de tratar el acto de caminar cómo un medio, lo hacemos con un fin?

Y ahí, en ese punto exacto, tenemos A Short Hike. Simple, con unas mecánicas que hemos visto muchas veces gracias a los cientos de plataformeros que hemos podido catar a lo largo de los años, pero a su vez sabe dónde debe de atacar. Hace tiempo escribí un texto precisamente hablando de la necesidad que tenemos los seres humanos de sentirnos escuchados y su representación en los juegos de cafeterías. A Short Hike tiene, curiosamente, cierto punto en común con estos juegos y es precisamente su humanidad.

A Short Hike: oficina de turismo del bosque

Libres, sin duda

Andar nos ha acompañado siempre, al igual que el hecho de relacionarnos entre semejantes. Porque caminante no hay camino, se hace camino al andar, y en este caso, el camino dependerá de como queramos jugar. ¿Directo a la cima? ¿Buscas explorar? ¿Hablamos con las personas? ¿Y qué tal una partidita de palocesto, el deporte de moda? Hay algo en esta caminata que me hace sentir feliz.

Ojalá salir a pasear consistiera de los mismos elementos, pudiendo interaccionar con unos vecinos simpáticos al más puro estilo Animal Crossing (con diseños que nos recordarán en más de una ocasión al título de Nintendo) pero, además, y citando para esto un artículo de The Verge que me pareció muy curioso, con un lado de sandbox, ese regusto a Breath of The Wild que marca como realizamos nuestra caminata a la cima.

Tenemos todo un parque enorme para explorar, con campistas, guardabosques, una maratón que ocurre por el campo, así como poder correr, pescar, escalar, cavar y jugar al palocesto. Todo ello en un ambiente de calma como aquel que le trajo al desarrollador, Adam Robinson-Yu, el parque Algoquin durante su juventud. Se nota en la elección de colores su ascendencia canadiense, con tonos que te transportan directamente al Escudo Canadiense más meridional, con esos bosques helados pero de colores tan hermosos.

Pescando en A Short Hike

A Short Hike

Una pausa, ¿de verdad llevo ya 400 palabras sin decir realmente nada? Parece que sí y sin embargo, aquí estoy, cantando las alabanzas de un juego que va de pasear y hablar con las personas. Una vez llegas a la cima, se acabó, has cumplido tu objetivo. Vuelves a casa y te acuestas, ha sido un día muy largo y quieres descansar. Pero yo, como usuario, me llevo muchas cosas.

Me llevo el collar de conchas que le entregue al guardabosques porque una niña pequeña no se atrevió. Me llevo mi carrera contra la letrerista, tan divertida con sus mensajes en los carteles. Me llevo descender junto a la ladera del rio buscando peces. Me llevo el club de escalada, hablar con el pintor y escuchar a un pobre oso con problemas para finalizar su novela. Ah, y el paloncesto, gran deporte.

Un oso en la nieve

Y al final…

Me llevo una caminata que desearía repetir y un agradecimiento eterno no solo a Adam sino a todos aquellos autores maravillosos que cedieron sus creaciones de manera desinteresada como parte del Bundle for Racial Justice and Equality, porque gracias a ellos he podido descubrir joyas que se me habían escapado y que me han encandilado para siempre.

Me gustaría poder vivir un viaje similar al del juego. Llevo mucho tiempo sin salir a andar como me gustaría, parte por las obligaciones de mi día a día, parte por la desertificación de la zona donde vivo, lo cual solo me permite disfrutar de paramos baldíos de maleza y muerte. Y creo que por eso, entre tantas cosas, he amado este juego. Y espero que si me estás leyendo, si has llegado hasta aquí, le des una oportunidad a A Short Hike, porque no te defraudará.

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