Mercenarios 2 tendría que ser un juego de la pasada generación. Sin la obligación, al estar desarrollado para máquinas Next-Gen, de ofrecer un apartado gráfico de relumbrón, el juego de Pandemic podría haberse saltado el análisis visual y centrar todas las miras en su jugabilidad, que es curiosa. Por desgracia, con la potencia – y precio – de las máquinas actuales, obviar las carencias gráficas es imposible. Y Mercenarios 2 paga el precio antojándose para el jugador medio como un juego totalmente prescindible cuyas virtudes jugables no logran arreglar el desaguisado.
Que conste que si te gusta eso de disparar a mansalva, el último juego de acción de Electronic Arts no es malo. Muchas armas, muchos enemigos y, sobre todo, un engine que invita a la total y absoluta destrucción de todos y cada uno de los elementos que componen los escenarios. Además, se pueden controlar infinidad de vehículos, y el sistema de misiones se inspira en GTA.
El problema, aparte de visual, es que la Inteligencia Artificial de los personajes es, digámoslo así, limitada. Y eso le resta muchos enteros a Mercenarios 2, que acaba convirtiéndose en una galería de tiro en la que no encontraremos más dificultades a la hora de superar que las que nosotros mismos nos creemos.
Es una lástima, porque uno intuye que había algo grande detrás de todo el proyecto. Y no me refiero únicamente a la pegadiza canción del anuncio. Un buen doblaje, constantes gags, guiños y bromas para el jugador – Aún me estoy riendo al recordar la Devastator – merecían ser incluidos en un juego con un apartado técnico que estuviera a la altura. Por desgracia los buenos detalles se ahogan en un mar repleto de características por pulir.
Enlaces de interés:
Página oficial de Mercenarios 2
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