No More Heroes es un juego repleto de topicazos. Desde el nombre del protagonista, Travis Touchdown, al argumento, una especie de revisión de la sanguinaria cruzada de Uma Thurman en KillBill, pasando por la mecánica GTA presente en las idas y venidas por la no menos tópica por su nobre Santa Destroy, el juego de Suda51 parece un collage de algunos de los más grandes momentos de la cultura pop. Pero, por fortuna, su personalidad desbordante evita que la sensación de estar jugando a «más de lo mismo» haga acto de presencia.
El reto del jugador en No More Heroes es el convertir al protagonista en el mejor asesino del planeta. Para ello deberemos liquidar a los 10 hitman con mejor ránking que nosotros mismos para usurparles sus posiciones en la clasificación oficial. Pero no todo será matar a cuanta gente se nos ponga por delante, sino que deberemos ir ganando dinero para pagar la tasa reglamentaria para convertir nuestra ascensión en «oficial». Transportar cocos o cortar el césped serán trabajos poco glamourosos para un asesino tan metrosexual como Travis, pero en fin, todos los inicios son duros. También está la opción de ejercer de matón a sueldo, aunque sea en misiones casi calcadas al hilo principal.
Entre asesinato y asesinato, el periplo del jugador se ve aderezado con mil y un objetos coleccionables por todas las pantallas – que luego podréis admirar en la habitación de motel de Travis -, una ciudad a recorrer al más puro estilo Grand Theft Auto – gimnasio, tienda de ropa y servidores de misiones incluidas -, un sistema de trabajos al más puro estilo Shenmue y una ambientación a medio camino entre el manga y KillBill. Un contenido artístico de tanta categoría que compensa con creces los continuos deja vu por vivir retazos de las experiencias vividas en tantos otros juegos.
Entrando en materia técnica, el juego de Suda51 se presenta con un limitadísimo apartado visual – el hardware de Wii se sonrojará cada vez que recorramos Santa Destroy con la moto de Travis, no sólo por el continuo popup, sino por detalles tan funestos como el panel de indicadores de la moto- pero consigue sobreponerse gracias a un trabajo artístico de relumbrón, repleto a rebosar de guiños ochenteros, poperos, retros… Y de detallazos técnicos, como el usar el altavoz del wiimote como teléfono móvil, que por otra parte acaba convirtiéndose en el único uso inspirado de las características únicas de la consola de Nintendo. Por lo menos las combinaciones de movimientos con el nunchaku y el wiimote no parecen un pegote, quizá porque son puntuales.
Y es que se hace evidente que estaría bastante mejor servido con el hardware de 360 o PlayStation 3. El de Wii simplemente no da la talla, y el uso del wiimote, como tantas otras veces, acaba convirtiéndose en anecdótico. Y es que tan sólo se utiliza para ejectuar los fatalities al uso y para realizar determinadas llaves, además de algunos momentos-parche como batear contra enemigos situados en fila.
Enlaces de interés:
Página oficial de No More Heroes
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